El panorama de la salud en América Latina y el Caribe es desafiante y está íntimamente ligado al cuidado del medio ambiente. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, actualmente el 13% de las muertes en la región son atribuidas a riesgos ambientales, suponiendo 847.000 muertes anuales.
Recientemente, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución histórica, declarando derecho humano universal el acceso a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible. Con esta resolución, se insta a los países, organizaciones internacionales y al sector privado a intensificar los esfuerzos para garantizar un medio ambiente saludable para todos y frenar la triple crisis a la que se enfrenta nuestro planeta: la emergencia climática, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.
Tanto la crisis climática como la aparición de enfermedades zoonóticas tienen su origen en la destrucción de hábitats, la introducción de especies invasoras, los cambios en el uso del suelo, la contaminación, el crecimiento de la población y la sobreexplotación de los recursos naturales. Estas crisis reafirman la necesidad de ampliar sustancialmente el alcance de los temas ligados a la salud y adoptar enfoques sistémicos y transdisciplinarios, teniendo en consideración la gestión sostenible de los recursos naturales.
Nuestro Marco de Política Ambiental y Social (MPAS), que fue aprobado en el contexto del COVID-19 y de nuestro compromiso con la acción climática, refleja este entendimiento y promueve la protección de la salud bajo una visión de evaluación integrada de riesgos e impactos para los seres humanos, los animales y los ecosistemas en distintos sectores. De esta forma, buscamos ir más allá de un enfoque en el control de enfermedades para acoger una comprensión más completa de sus vínculos con otros sectores.
Los impactos a la salud se integran de manera transversal en los diferentes estándares del MPAS desde una perspectiva sistémica bajo el enfoque de jerarquía de mitigación de impactos. En él, se incluyen instrumentos para su tratamiento, como la evaluación de impacto en la salud, la lista de exclusión de usos de substancias peligrosas para la salud y el desarrollo de los respectivos planes de mitigación. A continuación, daremos una mirada rápida a cómo las distintas Normas de Desempeño Ambiental y Social (NDAS) acogen el tema de la salud.
NDAS 1: Evaluación y Gestión de Riesgos e Impactos Ambientales y Sociales
La NDAS 1 se concentra en los impactos y riesgos de un proyecto en su entorno y establece que, en el proceso de identificación de estos, se tendrán en cuenta los riesgos vinculados con pandemias, epidemias y cualquier contagio de enfermedades transmisibles causado o exacerbado por las actividades del proyecto. También considera los impactos potenciales del proyecto en los recursos naturales, incluida la seguridad alimentaria. Por último, contempla los brotes de enfermedades dentro de las situaciones de emergencia para las que se debe contar con medidas de preparación y respuesta.
NDAS 2: Trabajo y Condiciones Laborales
La NDAS 2 se concentra en los impactos a la fuerza laboral del proyecto y considera que, en caso de pandemias o epidemias, el prestatario deberá elaborar y aplicar medidas y protocolos de salud y seguridad en el trabajo para proteger a los trabajadores del riesgo de exposición a enfermedades. Esto debe hacerse de conformidad con las directrices nacionales y las mejores prácticas internacionales, como las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.
NDAS 3: Eficiencia en el Uso de los Recursos y Prevención de la Contaminación
La NDAS 3 aborda los posibles impactos adversos del proyecto sobre las condiciones ambientales existentes, incluida la capacidad asimilativa de los ecosistemas, el uso presente y futuro de la tierra, la proximidad a zonas de importancia para la biodiversidad y los posibles impactos acumulativos con consecuencias inciertas o irreversibles. De igual forma, regula el uso y manejo de pesticidas y fomenta el manejo integrado de plagas y/o vectores para prevenir daños económicos significativos por plagas y la transmisión de enfermedades a humanos y animales.
NDAS 4: Salud y Seguridad de la Comunidad
La NDAS 4 considera cómo los efectos directos, indirectos y acumulativos del proyecto sobre servicios ecosistémicos prioritarios pueden generar riesgos e impactos adversos para la salud de las personas afectadas por sus operaciones. Por ejemplo, la disminución o la degradación de los recursos naturales, tales como los impactos adversos en la calidad, cantidad y disponibilidad de agua dulce, pueden ocasionar riesgos e impactos relacionados con la salud.
La NDAS 4 también requiere evitar o reducir al mínimo la exposición de la comunidad a enfermedades transmitidas por el agua, por vectores y a las enfermedades contagiosas que puedan ser originadas o exacerbadas por las actividades del proyecto, teniendo en cuenta la exposición diferenciada de los grupos vulnerables y su mayor sensibilidad. En el caso de determinadas enfermedades que sean endémicas en las comunidades ubicadas dentro de la zona de influencia del proyecto, se alienta al prestatario a que, durante el ciclo de vida de la operación, explore oportunidades de mejora de las condiciones ambientales que puedan contribuir a minimizar la incidencia de esas enfermedades. En el caso de brotes de enfermedades no endémicas, el prestatario deberá tomar medidas para evitar la exposición de la comunidad.
NDAS 5: Adquisición de Tierras y Reasentamiento Involuntario
En temas de salud, la NDAS 5 establece que se deberá prestar debida atención a los riesgos relacionados con brotes de enfermedades, desastres provocados por peligros naturales, y al cambio climático en los sitios de reasentamiento. De ninguna manera las personas desplazadas serán reubicadas en áreas con brotes activos de enfermedades o áreas propensas a desastres.
NDAS 6: Conservación de la Biodiversidad y Gestión Sostenible de Recursos Naturales Vivos
Esta norma establece que, en hábitats críticos, no se implementará ninguna actividad del proyecto que tenga impactos adversos potenciales y que es necesario incluir un programa bien diseñado de monitoreo y evaluación de la biodiversidad a largo plazo destinado a evaluar el estado de los hábitats críticos. Así mismo, limita la introducción intencional o accidental de especies exóticas de flora y fauna, dado que pueden convertirse en invasoras, ocasionando cambios en el ecosistema que pueden generar la presencia de vectores que afecten la salud de la población colindante. Finalmente, la NDAS 6 prevé medidas para que el prestatario evite crear condiciones que faciliten la transmisión de enfermedades zoonóticas a trabajadores, comunidades y áreas pobladas.
NDAS 7: Pueblos Indígenas
La NDAS 7 reconoce que los pueblos indígenas, como pueblos sociales y culturales distintos, a menudo se encuentran entre los segmentos más marginados y vulnerables de la población. Los pueblos indígenas son particularmente vulnerables si sus tierras y recursos son transformados, invadidos o significativamente degradados. Esta vulnerabilidad puede incluir la exposición al empobrecimiento y enfermedades, por lo que se recomienda realizar diagnósticos socioculturales donde se analicen, entre otros factores, parámetros de salud.
NDAS 9: Igualdad de género
La NDAS 9 examina el riesgo de impactos desproporcionados del proyecto en mujeres, niñas y minorías sexuales y de género. Las áreas de riesgo incluyen la exposición a enfermedades y se prevé la realización de un análisis en el que se identifiquen potenciales impactos a la salud y se incluyan medidas de mitigación para evitarlos y prevenirlos.
Un enfoque multidimensional para la salud y el ambiente
América Latina y el Caribe se enfrenta a una convergencia de riesgos que amenazan la frágil relación entre la salud humana y la salud de los ecosistemas. Por esto, contar con un enfoque integrado de salud desde el inicio del ciclo de vida de los proyectos permite fomentar beneficios más amplios. La implementación de evaluaciones de impacto en la salud y en el medio ambiente previstas en nuestro MPAS se convierte en una herramienta indispensable, al considerar los vínculos entre la salud y el ambiente que hoy determinan una parte fundamental de nuestro bienestar.
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