Impulsar el talento en la investigación agrícola en Haití a través de becas

Más de la mitad de la población de Haití sufre de inseguridad alimentaria y nutricional. Para hacer frente a este desafío, en abril de 2018 el Ministerio de Agricultura y Recursos Naturales de Haití (MARNDR) lanzó el Programa de Innovación Tecnológica en Agricultura y Agroforestería (PITAG), que se extenderá hasta septiembre de 2024. El PITAG tiene como objetivo aumentar los ingresos agrícolas y la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores de los departamentos de Nord, Nord-Est, Artibonite, Sud y Grand’Anse, gracias al apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Global de Agricultura y Seguridad Alimentaria (GAFSP).

Aumentar el atractivo de la investigación y luchar contra el “éxodo de talentos”[1] 

En el campo de la investigación, la formación y el desarrollo, el fortalecimiento de la cooperación internacional se considera un factor crucial tanto a nivel institucional como en la formación de investigadores nacionales. El PITAG ha destinado fondos para que los estudiantes haitianos puedan mejorar su formación obteniendo una maestría en investigación en varios campos. Esta oportunidad contribuirá al fortalecimiento de las competencias nacionales y al desarrollo personal y profesional de nueve jóvenes talentos. En efecto, para reforzar las instituciones públicas y las universidades, y apoyar mejor al sector agrícola, la formación académica de los jóvenes es esencial. Este apoyo es aún más necesario para Haití, que se enfrenta a oleadas sin precedentes de emigración de talento debido al ciclo de inseguridad, violencia y situación económica del país. Esta fuga de cerebros, que atrae a la clase más educada y cualificada, es un obstáculo importante para el desarrollo económico y social, ya que deja a las instituciones públicas y a las universidades sin personal suficiente y con dificultades para contratar trabajadores cualificados.

Para hacer más atractivo el entorno profesional, en 2019 se lanzó una convocatoria de becas entre las universidades haitianas y el personal del MARNDR. Entre los criterios, los solicitantes debían ser mayores de 25 años, poseer un título de ingeniería de una institución haitiana reconocida y estar trabajando en Haití. De las 43 solicitudes recibidas, nueve fueron seleccionadas al final del proceso.

Los becarios fueron acogidos por universidades asociadas de cuatro países: Estados Unidos, Francia, Bélgica y España[2]. En la mayoría de los casos, los estudiantes siguieron un programa de máster de dos años (2021-2023), y todos se graduaron con éxito. Los programas de maestría abarcaron una amplia gama de temas, como el cambio climático, los suelos agrícolas, el procesamiento de alimentos, la nutrición animal, los cultivos vegetales, la hidrología, la bioingeniería, la socioeconomía y la agroecología, y cada estudiante llevó a cabo un programa de investigación de campo durante su maestría sobre un tema elegido.

Principales retos y perspectivas

Sólo uno de los becarios pudo llevar a cabo su trabajo de investigación en Haití[3] debido a la inseguridad, las dificultades logísticas o la falta de datos, pero todos ellos deberían poder aplicar las metodologías y los conocimientos aprendidos al servicio de la investigación científica y ponerlos en práctica a diferentes escalas en Haití.

De los nueve becarios, sólo una es mujer, lo que refleja la dificultad de las mujeres para acceder a la enseñanza superior en campos aún ampliamente dominados por los hombres, como la ingeniería. Sin embargo, es una de los tres becarios que se distinguieron con su trabajo de maestría y recibieron una beca de otra institución para seguir estudios de doctorado. De este modo, tres de los nueve becarios seguirán estudios de postgrado, con el acuerdo de la institución en la que trabajaban en Haití.

“La financiación de esta beca ha sido una piedra angular en mi vida, ya que me ha abierto las puertas a oportunidades educativas cruciales y me ha servido de modelo en un sector en el que la presencia de las mujeres a menudo roza lo minoritario. Ahora, fortalecida por estas experiencias, mi objetivo es compartir mis conocimientos y contribuir activamente a la investigación y al fortalecimiento de las instituciones agrícolas en Haití. Este intercambio de conocimientos ya ha comenzado con los estudiantes de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, a través de cursos de biología general e introducción a la fitopatología. En el futuro, espero colaborar con el MARNDR y con todas las demás instituciones que trabajan por el desarrollo sostenible del sector agrícola”, afirma Christ Mane Belizaire.

Todos los demás estudiantes se han reincorporado al programa en la institución en la que trabajaban anteriormente, o están buscando activamente oportunidades de empleo en Haití. De hecho, para garantizar el regreso de los becarios a Haití, se firmó previamente un acuerdo entre los estudiantes y la organización en la que trabajaban en Haití, para que pudieran volver allí una vez finalizada la maestría.

Sin embargo, existe un riesgo real de que este nuevo diploma permita a los estudiantes sumarse a la fuga masiva de cerebros que se está produciendo actualmente. Sólo si a los recién licenciados se les ofrecen salarios atractivos, puestos de responsabilidad y perspectivas profesionales interesantes en Haití, estarán dispuestos a enfrentarse a los desafíos que enfrenta el país.

---

[1] Naraghi Ehsan. L’exode des compétences. In: Politique étrangère, n°3 – 1967 – 32ᵉannée. pp. 269-279. https://www.persee.fr/doc/polit_0032-342x_1967_num_32_3_2184

[2] Respectivamente en las siguientes universidades: Universidad de Florida (2), Montpellier Supagro (3), Institut National Polytechnique de Toulouse (1), Université Catholique de Louvain (1), Université Libre de Bruxelles (1) y Universidad de Zaragoza (1).

[3] La investigación se centró en la caracterización de la erosión de los barrancos mediante teledetección en Haití (caso de la cuenca del Grande Rivière du Nord).