Las risas y los gritos se escuchaban por doquier en el patio de la escuela mientras los niños uniformados de blanco y azul se apresuraban a salir de sus aulas para asistir a la asamblea matutina. A medida que se congregaban los casi 300 estudiantes que hacen parte de la Escuela Católica Romana de Cayo Caulker, se sentía en el ambiente un entusiasmo palpable. Ese día, según informó la Directora Beatrice Chan, la escuela recibiría invitados muy especiales que traerían un anuncio importante.
Cayo Caulker es un paraíso de pies descalzos. La isla se encuentra a una milla al oeste del Sistema de Reservas de la Barrera del Arrecife de Belice y a 23 millas del área continental de la Ciudad de Belice. Aguas cristalinas enmarcan playas arenosas, bordeando la isla que alberga una comunidad de 2.000 personas. Cayo Caulker cuenta una historia de construcción de barcos y de pesca, y sus raíces turísticas se remontan a la década de 1970 cuando viajeros con presupuestos ajustados se trasladaron al sur de México para descubrir un refugio apacible de calles estrechas y casas de madera pintadas de colores vibrantes, que quedaba a un salto de algunos de los mejores lugares de buceo del mundo en la Barrera del Arrecife de Belice.
Si bien el encanto de la isla permanece y los letreros de las calles sin automóviles recuerdan a los visitantes que deben “ir despacio”, el número de turistas ha aumentado constantemente a lo largo de los años. Cayo Caulker, el segundo destino más visitado de Belice con 176.623 llegadas con pernoctación en 2018, ahora alberga 133 hoteles para un total de 950 habitaciones. Muchas familias multigeneracionales operan tiendas, restaurantes, establecimientos de buceo y pensiones, y se sienten muy orgullosas del turismo como medio de subsistencia.
La amenaza del cambio climático es muy real para Cayo Caulker, dado que es un banco de arena con una elevación de poco más de 8 pies en su punto más alto. En años recientes, las marejadas ciclónicas han cubierto la isla en los casos del huracán Hattie y el huracán Keith. Las inundaciones y los daños causados por las tormentas obstaculizan la vida diaria, pero también afectan la sostenibilidad económica del turismo, lo cual puede ser devastador para una comunidad remota.
En agosto de 2016, el huracán Earl, una tormenta de categoría 1, tocó tierra cerca de la Ciudad de Belice y causó graves daños al Cayo Ambergris, el Cayo Caulker y el corredor central de Belice que se extiende desde la Ciudad de Belice hasta la frontera de Benque Viejo del Carmen.
El Ministerio de Turismo y Aviación Civil de Belice (MTCA, por sus siglas en inglés) descubrió que el huracán Earl afectó directamente a aproximadamente el 70% del stock total de habitaciones de hotel del país y provocó la cancelación y el cierre temporal de todo el sector de cruceros. Los estudios sobre las Islas del Norte, incluido Cayo Caulker, revelaron que los principales impactos fueron causados por el viento y la marejada ciclónica, ya que muchas propiedades en estos dos destinos turísticos populares perdieron muelles y zonas de playa, y unos pocos reportaron daños estructurales o pérdidas importantes en las habitaciones, los equipos y los muebles. Las pérdidas estimadas para Cayo Caulker fueron de BZ$750.467 (US$372.238).
Cayo Caulker, climáticamente inteligente
Para ayudar a desarrollar la resiliencia contra el cambio climático, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó el Programa de Islas Climáticas Inteligentes del Caribe (CCSIP, por sus siglas en inglés). El programa tiene como objetivo mostrar formas de realizar la transición hacia un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima en Tobago (Trinidad y Tobago), Cayo Caulker (Belice) e Isla Harbour (Bahamas). El CCSIP ha estado trabajando durante los últimos dos años para identificar e implementar medidas de mitigación y adaptación resilientes al clima en sectores prioritarios tales como transporte, infraestructura, energía, agua, tratamiento de residuos y turismo.
Las medidas identificadas se están analizando desde una perspectiva de costo-beneficio y de potencial comercial, y se están llevando a cabo proyectos piloto en las tres islas. Al ser una comunidad que enfrenta problemas de escasez de agua, especialmente después de un desastre natural, Cayo Caulker se preparó para este proyecto piloto que vería un sistema de agua instalado en la Escuela Católica Romana de Cayo Caulker, el cual sería utilizado por los estudiantes durante todo el año, y luego por aquellos que busquen refugio en la escuela, que funciona además como el albergue contra huracanes de la comunidad.
En octubre de 2019, se instaló el sistema en la escuela. El BID se asoció con el Ministerio de Turismo y Aviación Civil de Belice y el Consejo del Municipio de Cayo Caulker para facilitar el proyecto a nivel regional y comunitario.
“Aire en agua potable”
El sistema de producción de agua independiente de la red de Zero Mass Water de Arizona es un hidropanel de ocho pies que crea agua potable simplemente a partir de la luz solar y el aire, lo cual es posible gracias a la combinación de termodinámica, ciencia de materiales y tecnología de controles. El agua se mineraliza con calcio y magnesio y luego se dispensa desde un sistema de grifo instalado en lugares ubicados al interior y exterior de la escuela.
Cada panel genera un promedio de 4-10 litros por día u 8-20 botellas de agua de tamaño estándar, dependiendo de la luz solar y la humedad. Cada hidropanel almacena 30 litros en un depósito donde se mineraliza y se mantiene limpia para obtener un nivel de sabor y salubridad óptimo. Las matrices estándar tienen capacidad de almacenamiento de 60 litros de agua. Los hidropaneles utilizan energía solar y una pequeña batería para permitir la producción de agua cuando brilla el sol y el suministro de agua en días nublados o de noche, y se pueden monitorear a través de una aplicación. En este proyecto “Cayo Caulker, Climáticamente Inteligente”, el BID se asoció con ERM para la evaluación ambiental y gestión de proyectos, y con el aliado local Caye Solar para la instalación.
Se han instalado un total de 21 paneles en la azotea de la escuela, y una segunda configuración más pequeña de dos paneles está programada para su instalación en el Centro Comunitario Cayo Caulker para fin de año. Aproximadamente 170 litros de agua por día serán recolectados y suministrados a los estudiantes de forma gratuita, creando un beneficio significativo para las familias que típicamente pagan BZ$5 (US$2,48) al mes por agua embotellada por niño en la escuela.
A medida que Belice se propone eliminar el plástico de un solo uso y luchar contra la emergencia climática, el agua embotellada eventualmente será más difícil de obtener, haciendo que un suministro de agua independiente sea un activo comunitario aún más valioso para Cayo Caulker.
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