El cambio climático impacta de manera negativa a América Latina y el Caribe (ACL) poniendo en riesgo a su población y causando desequilibrios y desastres en sus ecosistemas. Asimismo, genera desigualdades económicas y sociales que sufren e impactan en mayor medida a los más vulnerables. No obstante, la región tiene la oportunidad de transicionar hacia economías libres de carbono y resilientes al clima. Un estudio del BID y la OIT sostiene que el camino hacia la carbono-neutralidad podría crear 15 millones de nuevos empleos netos en ALC para 2030, en ámbitos como la producción de alimentos a partir de plantas, las energías renovables, la construcción y la industria manufacturera. Avanzar hacia una economía libre de emisiones conlleva beneficios económicos, gracias al uso de tecnologías más baratas como las energías renovables y los vehículos eléctricos, y a la reducción de costes como los asociados a la congestión o la contaminación atmosférica.
Hacia una transición energética justa y equitativa: Caso Colombia
América Latina es la región con la matriz energética más limpia del mundo y se espera que para el 2030 el 70% del consumo de energía eléctrica venga de las energías renovables. Colombia es uno de los países con mayor dinámica reciente en el desarrollo de proyectos de generación con energías renovables siendo un líder regional en materia de Transición Energética. Se espera que la generación renovable no convencional llegue a representar el 17% de la capacidad de generación hacia 2027, gracias a los más de 3 GW de capacidad de generación solar y eólica en desarrollo a entrar en operación en los próximos años[1].
Frente al Acuerdo de París, Colombia incluyó conceptos como la Transformación Energética y la Transición Justa en su contribución nacional (NDC) y la Transición Energética es un pilar fundamental de las políticas del Gobierno Nacional en aras de la descarbonización de los sectores productivos y consumidores de energía.
Colombia, además, cuenta con un marco legal y regulatorio que promueve la integración de Fuentes No Convencionales de Energías Renovable (FNCER) ofreciendo incentivos y garantías tanto a inversionistas locales como extranjeros. No obstante, el país enfrenta importantes retos para lograr la adecuada integración de las FNCER y cumplir con los objetivos de la transición energética:
(i) existen limitaciones en la infraestructura de transmisión para llevar la energía de nuevos proyectos a los centros de mayor consumo; (ii) limitación en las fuentes de financiación para proyectos de nuevas tecnologías como movilidad eléctrica, almacenamiento eléctrico e hidrogeno verde, entre otros; (iii) falta de incentivos para la implementación de medidas de administración de la demanda;
Una alianza clave y un programa nuevo que fomenta la integración de energías renovables
Los retos y las oportunidades que presenta Colombia con respecto a la integración de energías renovables motivaron a que el directorio de los Fondos de Inversión Climática (Climate Investment Fund – CIF) aprobaron el Plan de Inversión formulado por el país para la implementación de su Programa de Integración de Energías Renovables (Programa REI por su sigla en inglés) con un paquete de hasta US$ 70 millones. El plan fue elaborado por el Gobierno de Colombia bajo el liderazgo del Ministerio de Minas y Energía y será implementado con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El REI tiene por objetivo ayudar a los países de bajos y medianos ingresos a desarrollar sistemas energéticos más flexibles y resilientes a través de soluciones que puedan acelerar la adopción de las mejores combinaciones tecnológicas que impulsen la transición energética. Colombia fue uno de los cinco países elegidos para participar de la primera fase del Programa de entre 54 postulantes que manifestaron su interés en 2021, y es el primero en recibir la aprobación de su Plan de Inversión por parte del CIF.
El Programa REI de Colombia espera apalancar entre US$ 280 y US$ 560 millones para cumplir con sus metas esperadas de integrar indirectamente más de 100 MW de capacidad solar y eólica, beneficiando a más de 345.000 usuarios localizados tanto en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) como en las Zonas No Interconectadas (ZNI), y desarrollar capacidades de producción de hidrógeno verde en el orden de 1kT/año, en tanto que se contribuya a la meta de integración de más de 600.000 vehículos eléctricos para el año 2030. Así, el Gobierno de Colombia busca lograr un cambio transformacional que inicie por la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), con una contribución en el orden de 110 kt CO2eq/año de cara al cumplimiento de la NDC, y pase por ofrecer condiciones que promuevan la equidad de género en el acceso a oportunidades laborales de calidad dentro de los proyectos ejecutados. A través de estas inversiones, Colombia espera lograr reducciones de emisiones de 1,6 Mt CO2eq al mismo tiempo que proporciona a casi 20.000 hogares un mayor acceso a energía limpia y logra reducciones en los costos totales del sistema eléctrico.
Asimismo el Programa incorpora acciones para promover la inclusión social y la equidad de género a través de actividades tales como (i) el desarrollo e implementación de planes de acción de género y diversidad dentro de las entidades implementadoras y los operadores de proyecto, (ii) actividades de capacitación para aumentar el conocimiento de las mujeres en áreas técnicas tales como energía limpia, producción y conversión de hidrógeno, tecnologías de hidrógeno, almacenamiento, sostenibilidad y oportunidades en el mercado financiero, (iii) la promoción de la participación laboral femenina y de personas con discapacidad en sectores no tradicionales a través de la formación técnica, el desarrollo de habilidades de liderazgo y el impulso a políticas de adquisiciones y recursos humanos que prioricen la equidad de género, y (iv) talleres de sensibilización dirigidos a lograr el empoderamiento de mujeres y personas con discapacidad.
El BID, por encargo del Gobierno de Colombia, trabajará con el Ministerio de Minas y Energía y con bancos nacionales de desarrollo, como entidades implementadoras de los recursos concesionales, para seleccionar y financiar proyectos elegibles con los recursos CIF. También trabajará con el Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (FENOGE)con recursos de asistencia técnica destinados específicamente al apoyo de estudios e iniciativas piloto en hidrógeno verde.
El BID es un socio estratégico de Colombia que apoya al país en la construcción de un sistema energético cada vez más resiliente e inclusivo, a través del desarrollo de proyectos de acceso a la energía, el fomento de las redes inteligentes y la generación distribuida, la integración eléctrica regional y el desarrollo de capacidades institucionales para facilitar la integración de las FNCER. En los últimos años, el Banco apoyó el desarrollo de la Misión de Transformación Energética, así como la Hoja de Ruta del Hidrógeno para Colombia financiada con recursos del Programa de Infraestructura Sostenible con el Reino Unido (UK SIP), estudios para la conformación de un sandbox regulatorio para proyectos de hidrógeno y para el despliegue de infraestructura de carga de vehículos eléctricos.
Con este nuevo programa, se abren así oportunidades para generar condiciones habilitantes que faciliten la integración de nueva generación renovable prevista para los próximos años. También, se generarán oportunidades de empleo con enfoques de inclusión de género y diversidad, y brindar asistencia a quienes deban migrar de labores que serán reemplazadas por aquellas ligadas a nuevas tecnologías que hacen parte de la Transición Energética. Y más importante, se está apoyando a que el país pueda cumplir con sus compromisos de mitigación del cambio climático, bajo sus NDC.
Leave a Reply