Reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en América Latina y el Caribe conllevan varios desafíos que no se pueden dejar de lado. Teniendo en cuenta que el uso de carbón genera un 25% de las emisiones globales de carbono de acuerdo al World Energy Outlook 2022, reducir su uso es clave para avanzar hacia la carbono neutralidad. Con una demanda eléctrica creciente, los países en desarrollo se enfrentan a muchas dificultades a la hora de analizar el cierre de centrales de carbono existentes, algunas que incluso llevan un par de años en operación.
En los últimos años Chile ha avanzado en el proceso de cierre de centrales de carbón, ofreciendo un ejemplo claro, con lecciones clave para que los países de la región, desde el sector público y privado puedan implementar para alcanzar las metas que el planeta necesita. Por ejemplo, en República Dominicana, las tres centrales a carbón del país suman 1.094 MW de capacidad instalada y aportan el 31% de la generación eléctrica total. En Colombia representa un 9,5%, y en México un 6%.
Un elemento para destacar del proceso de Chile fue el papel del sector público en el desarrollo de capacidades prospectivas para evaluar técnicamente escenarios de retiro de carbón. En el caso del sector privado fue esencial la creación de políticas que fomentaron la inserción de energías renovables no convencionales (ERNC) eficientes, que permitieron avanzar en la transición de carbón a energías limpias, así como una nueva estrategia para que dicha transición sea justa e inclusiva.
El desarrollo de capacidades prospectivas en el sector público es clave para la toma de decisiones
Para desarrollar este tipo de materiales, también se requiere la incorporación de capital humano especializado y softwares de simulación. Asimismo, es esencial contar con data disponible y de calidad de la oferta y la demanda eléctrica, que muchas veces tarda tiempo en recopilarse.
El caso de Chile demuestra la importancia del papel de las autoridades energéticas y su rol como ente rector del sector para elaborar políticas energéticas, tomar decisiones y apoyar el cumplimiento de las metas de carbono-neutralidad. Además, la elaboración de análisis técnicos con diferentes escenarios, considerando aquellos más apropiados y realistas requiere construir, de forma paulatina y consistente, un plan de fortalecimiento de los instrumentos prospectivos de la autoridad energética.
La experiencia chilena, que inició entre conversaciones técnicas en el marco de la elaboración de la Planificación Energética de Largo Plazo 2016-2021 entre el ministerio y distintos grupos de interés, demostró que compartiendo información relevante que permita realizar proyecciones y modelación de escenarios de descarbonización y transición a energías renovables no convencionales, facilitó la preparación y desarrollo de capacidades previas para ejecutar el proceso.
El aumento en la generación de energía renovable competitiva incentiva al sector privado a dejar el uso del carbón
Tras llegar a un acuerdo, las empresas generadoras con unidades de carbón en Chile se comprometieron a retirar las 28 unidades que tenían en funcionamiento al 2040. A ese momento, el 40% de la generación eléctrica del país se basaba en carbón, por lo cual era un gran desafío. No obstante, al ver la acelerada tasa de crecimiento de generación renovable, que pasó de 1,8% de generación ERNC en 2010, a 19% en 2019, dichas empresas se vieron motivadas en avanzar en su descarbonización.
Ahora bien, ¿qué causó la aceleración de proyectos renovables? Aquí explicamos algunos de los factores:
- Políticas de fomento ERNC: en 2008 el gobierno introdujo las primeras cuotas obligatorias de generación en base a fuentes ERNC , con el objetivo de alcanzar 10% de la energía eléctrica comercializada. En 2013, la obligación se elevó a 20% al 2025.
- Contratos para suministro de largo plazo: en 2015 se realizaron modificaciones a las licitaciones de contratos de suministro eléctrico que favorecieron la contratación de ERNC por bloques horarios
- Nuevas normativas en transmisión: en 2016 se modificó la ley general de servicios eléctricos, la cual introdujo la Planificación Energética de Largo Plazo a cargo del Ministerio de Energía, que se lleva a cabo quinquenalmente, y una planificación anual de la expansión de la transmisión a cargo de la Comisión Nacional de Energía, con medidas que favorecieron la conexión de nuevos proyectos.
- Interconexión de los sistemas eléctricos: en 2017 se inicia la interconexión de los dos sistemas eléctricos existentes SIC (Sistema Interconectado Central) y SING (Sistema Interconectado del Norte Grande) para crear un único sistema eléctrico nacional, con lo cual el potencial renovable del norte podría por primera vez aprovecharse en casi todo el país.
Todas estas acciones fomentaron la inversión en generación renovable a precios competitivos. Por ello no es de extrañar que los grupos de generación comenzaran el retiro o reconversión del carbón en forma paulatina, a medida que la generación a carbón fue perdiendo más y más espacio en el despacho. Es destacable, como se observa en el gráfico siguiente, el auge de la inversión renovable a partir del anuncio de cierre de las centrales a carbón, lo que sin duda va a seguir poniendo presión sobre los márgenes de operación de las centrales a carbón en los años venideros.
Fuente: Bloomberg NEF
Sin lugar a dudas, la importancia que tuvieron las políticas de fomento a las ERNC así como el fortalecimiento de las capacidades prospectivas de las autoridades energéticas se encuentran entre las condiciones habilitantes para iniciar un proceso sostenible de retiro del carbón en América Latina. Para conocer más del proceso de descarbonización chileno, es recomendable consultar los documentos disponibles en del gobierno chileno.
Este blog hace parte de una serie sobre la descarbonización del sector eléctrico en República Dominicana y el apoyo que el BID proporciona al país para avanzar hacia la carbono neutralidad. La descarbonización del sector eléctrico es el primer pilar de la reducción de emisiones de una economía. La República Dominicana ha hecho importantes esfuerzos para avanzar en este sentido, y busca profundizar sus esfuerzos a través de un nuevo programa de inversión financiado por el Accelerating Coal Transition (ACT) investment program del Climate Investment Funds (CIF).
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