Con el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) ahora establecidos, es evidente que ahora bailamos bajo un nuevo ritmo de desarrollo donde ya no podemos hablar de desarrollo sin considerar el cambio climático.
Los impactos o eventos relacionados con el clima se han convertido en noticias cotidianas, como los enormes desprendimientos de tierra en Colombia o las devastadoras inundaciones que tuvieron lugar a principios de este año y que han costado la vida de 350 personas y afectado a muchos otros; o incluso la reciente inundación de la bóveda de semillas del “fin del mundo” de Svalbard en el Círculo Ártico. Fue construida para proteger millones de cultivos alimentarios contra el cambio climático, las guerras y los desastres naturales y que, ahora está siendo afectado por las inusuales altas temperaturas en el Ártico. Sabemos que el cambio climático ya está costando a la economía global $ 5.3TN al año, además de los costos sociales inestimables, que es el equivalente al PIB total de LATAM en 2015.
El desarrollo a prueba del clima no es sólo un “tema de moda”, sino un asunto esencial para asegurar la prosperidad y un verdadero medio para lograr los ODS. De hecho, el Departamento Nacional de Defensa de Estados Unidos ha descrito el cambio climático como el “principal multiplicador de amenazas”. Los eventos del cambio climático, que se han vuelto más frecuentes y más destructivos, se traducen en una pérdida de crecimiento económico y desarrollo humano. Esto es cierto no sólo para los países en desarrollo, sino también para las economías desarrolladas y afecta a todos más allá del estatus social.
NDCs: la partitura para el Desarrollo
Para afrontar los desafíos climáticos actuales y aprovechar las oportunidades que ofrece un desarrollo más limpio y resistente, los países han identificado un conjunto de acciones para ayudarles a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar su capacidad para mitigar los impactos climáticos. Estas acciones se presentaron en lo que se conoce como “contribuciones determinadas a nivel nacional” (NDC, por sus siglas en inglés) en el período previo a la Conferencia de las Partes en 2015, COP 21 que tuvo lugar en París. Los NDCs son la herramienta rectora para que los países alcancen los tres objetivos establecidos en el Acuerdo de París:
- Limitando el aumento de temperatura a muy por debajo de 2ºC y persiguiendo esfuerzos para mantenerse por debajo de los 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales,
- Aumentar la capacidad de adaptación y resiliencia al cambio climático y
- Alineando los flujos de financiamiento con un bajo nivel de GEI y un desarrollo resistente al clima.
En virtud del Acuerdo de París, las Partes deben presentar nuevos NDC cada cinco años. Cada nuevo NDC tendrá que ser mejor que el último presentado, reflejando una ambición más alta. Esta mejora constante del compromiso es la piedra angular del Acuerdo de París.
Hasta la fecha, 32 de los 33 países de ALC han presentado sus compromisos nacionales. A través de los diferentes compromisos presentados por los países, las acciones más prioritarias para la mitigación del cambio climático se encuentran dentro de los sectores de energía, silvicultura y agricultura. A los efectos de la adaptación, las principales prioridades en la región son la seguridad alimentaria, la gestión de los recursos hídricos y la biodiversidad.
Los NDCs pueden ser vistos como la “partitura musical” para orquestar el nuevo desarrollo climático y sostenible. Los NDCs deben facilitar a los países la integración de las acciones de cambio climático en sus prioridades nacionales, en lugar de sobrecargar sus esfuerzos en curso.
La implementación de NDCs implica la participación activa y la participación coherente de diversos actores.
Pensemos en la implementación de los NDCs como una orquesta donde todos los músicos juegan un papel importante incluso cuando su participación puede parecer pequeña. En el contexto de los NDCs, los principales músicos incluyen el gobierno (a todos los niveles y sectores), el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil. Para que la orquesta funcione, todos los instrumentos deben ser interpretados en armonía con la partitura, compuesta de notas específicas, melodía y cadencia. Asimismo, los NDCs contienen acciones específicas, sectores prioritarios y plazos para coordinar los esfuerzos nacionales hacia un desarrollo sostenible y resistente al cambio climático.
Como era de esperar, la aplicación de los NDCs plantea diversos desafíos: los países están haciendo malabarismos para establecer la capacidad en una serie de competencias técnicas, políticas y financieras; desarrollar una cartera con proyectos de calidad; logrando un apalancamiento efectivo de las finanzas públicas y privadas y construyendo un compromiso intersectorial completo.
En este contexto, el Grupo del BID ha desarrollado NDC Invest, un esfuerzo colectivo -tanto técnico como financiero- para ayudar a los países de la región a alinear sus carteras nacionales para cumplir con sus compromisos internacionales. NDC Invest actúa como una “ventanilla única” del BID que combina las solicitudes de los países con la mejor experiencia y los mejores recursos del Grupo del BID.
Sabemos que la transición a un desarrollo sostenible y resistente al cambio climático plantea desafíos difíciles, pero también sabemos que una planificación y una implementación eficaces permitirán economías más fuertes y saludables, ciudades habitables, protección de nuestra biodiversidad y en última instancia mejorarán la vida de todos. Por lo tanto, nos unamos en la sinfonía hacia un nuevo clima.
foto: COPYRIGHT © by greens_climate (CC BY 2.0) – FLICKR
ENCUENTRO POCA LITERATURA ACERCA DE COMO SE TRATARÁ Y FUNCIONARÁ EL MERCADO DE CARBONO A PARTIR DE LOS ACUERDOS DE PARÍS. EN EL PROTOCOLO DE KYOTO ESO ESTABA MUY CLARO, A TRAVÉS DE LOS LLAMADOS MECANISMOS DE FLEXIBILIDAD (IMPLEMENTACIÓN CONJUNTA Y MECANISMO DE DESARROLLO LIMPIO) Y HABÍA UN MERCADO EN DESARROLLO, AL CUAL EL ECONOMISTA INGLÉS STERN, DABA UNA IMPORTANCIA RELEVANTE, ESPECIALMENTE AL PRECIO DEL CARBONO COMO INCENTIVO EN LA ESTRATEGIA DE MITIGACIÓN.