En el contexto actual de creciente variabilidad climática, los impactos derivados de eventos climáticos extremos —como olas de calor, lluvias intensas, incendios forestales y alteraciones en los ciclos de lluvia, temperatura o calidad del aire— están generando condiciones laborales más complejas y riesgos que desafían los enfoques tradicionales de gestión en seguridad y salud en el trabajo (SST). Sectores como la agricultura, la construcción, la gestión de residuos y el trabajo al aire libre se encuentran particularmente expuestos, afectando tanto la integridad física como el bienestar psicosocial de los trabajadores.
Ante este escenario, es imperativo que los sistemas de SST evolucionen hacia modelos más proactivos, adaptativos y resilientes, capaces de anticipar, mitigar y responder eficazmente a los desafíos que plantean los cambios en los patrones climáticos. En este esfuerzo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desempeña un papel clave al apoyar a los países en el fortalecimiento de sus sistemas de gestión ambiental y social, incluyendo la seguridad y salud en el trabajo a través de su Norma de Desempeño Ambiental y Social 2.

¿Qué efectos producen los eventos climáticos adversos en la SST?
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 70 % de la fuerza laboral mundial está expuesta a graves riesgos derivados del cambio en los patrones climáticos. Entre ellos destacan:
- Calor excesivo. El aumento de las temperaturas y la frecuencia de olas de calor está convirtiendo muchos entornos laborales —tanto interiores como al aire libre— en espacios peligrosos para la salud. Los trabajadores enfrentan condiciones térmicas extremas sin poder controlar factores como la ventilación, el acceso a sombra o pausas adecuadas. Cada año, el calor extremo causa 18.970 muertes laborales y 22,87 millones de lesiones relacionadas con el trabajo.
- Radiación ultravioleta. Las modificaciones en la atmósfera y en la capa de ozono intensifican la exposición a la radiación UV. Esta sobreexposición representa un riesgo significativo para los trabajadores al aire libre, ya que puede provocar cáncer de piel, daños oculares y debilitamiento del sistema inmunológico. En 2019, un total de 18.960 trabajadores murieron por cáncer de piel no melanoma atribuido a la exposición laboral al sol, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OIT.
- Fenómenos meteorológicos extremos. El aumento en la frecuencia e intensidad de eventos como huracanes, incendios forestales, inundaciones y sequías representa una amenaza directa para la seguridad de los trabajadores. Estos fenómenos pueden interrumpir operaciones, dañar infraestructura y poner en riesgo la vida de quienes desempeñan tareas exigentes al aire libre o en entornos peligrosos. Trabajos en altura o maniobras con grúas son particularmente vulnerables a vientos intensos que pueden provocar accidentes.
- Contaminación del aire. La exposición a la contaminación atmosférica en el lugar de trabajo varía según la ubicación del lugar de trabajo, las condiciones climáticas y la calidad del aire exterior. Los trabajadores de la construcción en ciudades congestionadas y concurridas presentan un mayor riesgo que los de zonas rurales. La OMS estima que en 2019 la contaminación del aire ambiental (exterior) provocó en todo el mundo 4,2 millones de muertes prematuras.
- Salud mental. La exposición prolongada a altas temperaturas y a una mala calidad del aire puede incrementar significativamente los niveles de estrés en los trabajadores, generando agotamiento físico y mental. En este contexto, se intensifican los riesgos psicosociales, que producen fatiga, irritabilidad, conflictos interpersonales e incluso conductas agresivas. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de España (INSST), durante las olas de calor se observa que los accidentes laborales aumentan un 17,4%.
- Enfermedades transmitidas por vectores. El aumento de temperaturas, las lluvias intensas y las sequías modifican los hábitats de vectores como mosquitos, garrapatas y roedores, facilitando su expansión a nuevas zonas. Esto aumenta el riesgo de que los trabajadores contraigan enfermedades transmitidas por vectores. Se ha registrado un aumento de casos de dengue, chikungunya, zika, fiebre del Nilo Occidental y malaria en regiones donde antes no eran comunes. Según la OIT, cada año, 15.000 muertes relacionadas con el trabajo son atribuibles a enfermedades parasitarias y vectoriales.
- Productos agroquímicos. El incremento en el uso de productos químicos en la agricultura, impulsado por la variación en los patrones de plagas, representa un riesgo considerable para la salud y seguridad de los trabajadores del sector. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte sobre intoxicaciones laborales y muertes por exposición a plaguicidas altamente peligrosos.

¿Cómo fortalecer la gestión de SST ante escenarios ambientales cambiantes?
Para enfrentar los desafíos que los eventos climáticos adversos imponen a la SST, las organizaciones deben adaptar su gestión de manera estratégica y proactiva. El cambio climático está generando nuevos riesgos laborales que requieren una revisión profunda de las prácticas tradicionales de SST. Para enfrentarlos, las organizaciones deben adaptar su gestión de manera estratégica y proactiva. La evolución de las condiciones ambientales está generando riesgos laborales emergentes que requieren una revisión profunda de las prácticas tradicionales de SST.
Una respuesta clave viene del ámbito normativo: la Organización Internacional de Normalización (ISO) y el Foro Internacional de Acreditación (IAF) han anunciado la incorporación de consideraciones climáticas en todos los estándares de sistemas de gestión, incluyendo la ISO 45001. Además, se está desarrollando la norma ISO 45007, que ofrecerá directrices específicas para abordar los riesgos derivados de las medidas de adaptación y de mitigación del cambio climático.
La OIT ha desarrollado convenios, recomendaciones y directrices técnicas para enfrentar los riesgos laborales relacionados con el cambio climático. Algunos países ya han integrado la SST en sus políticas climáticas, promoviendo campañas de sensibilización, programas de formación y convenios colectivos que abordan estos peligros emergentes. Estas iniciativas fortalecen la capacidad de respuesta de los sistemas de gestión y promueven una cultura preventiva más robusta.
La SST se integra con la NDAS 2
La Norma de Desempeño Ambiental y Social 2 del BID ofrece un marco integral que refuerza la gestión de SST en este contexto con disposiciones integrales y relevantes como:
- Evaluación de riesgos: identificación de peligros físicos, químicos, biológicos, ergonómicos y psicosociales, que incluyen aquellos como calor extremo, enfermedades transmitidas por vectores o eventos climáticos extremos.
- Protección de grupos vulnerables: adaptación de condiciones laborales para mujeres embarazadas, personas con discapacidad, trabajadores migrantes y otros grupos sensibles a los efectos climáticos.
- Planificación ante emergencias: desarrollo de planes de respuesta ante epidemias, pandemias y desastres naturales, vinculados a eventos climáticos extremos.
- Condiciones de alojamiento y servicios básicos: establecimiento de estándares que contemplan ventilación, protección contra calor y frío, acceso a agua y saneamiento y elementos críticos ante eventos climáticos extremos en alojamientos laborales.
- Sistema de gestión de SST (como parte del Sistema de Gestión Ambiental y Social – SGAS): promoción de un enfoque sistemático, con participación activa de los trabajadores, para identificar, mitigar y monitorear riesgos.
Implementar estas directrices y políticas permitirá a las organizaciones contar con un marco estructurado y eficaz para identificar, evaluar y gestionar los riesgos climáticos en el entorno laboral. Esto no solo fortalecerá la protección de los trabajadores, sino que también contribuirá a construir organizaciones más resilientes y responsables frente a los desafíos del siglo XXI.
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