La semana pasada se sumó un país más a la lista de naciones que han ratificado el Acuerdo París, y hoy, de los 26 países miembros prestatarios, contamos ya con 20 países que tienen una Contribución Nacional Determinada (NDC por sus siglas en inglés). Sin embargo, los esfuerzos no culminan con la ratificación, sino que empieza un ejercicio importante por parte de los gobiernos, pautado por la necesidad de coordinación y colaboración entre ministerios.
En la labor de presentar el objetivo de nuestra plataforma NDC Invest, el BID ha recibido solicitudes diversas para apoyar a los países en la fase previa de su implementación. Estas interacciones han sido muy enriquecedoras y nos han permitido identificar las necesidades específicas de cada país, aunque ya podemos observar ciertas similitudes.
- Los ministerios de ambiente tienen amplia experiencia en negociaciones climáticas y fueron fundamentales en la elaboración de las NDC, pero cada vez más cuentan con la colaboración y participación de los ministerios de finanzas y planificación, aliados ávidos de conocimiento.
- Los ministerios de finanzas y planificación están traduciendo la agenda del cambio climático a su agenda de trabajo, y han asumido diversidad de roles: desde ser el punto focal del país ante el Fondo Verde para el Clima, hasta buscar la manera de sistematizar la identificación de recursos climáticos en su presupuesto y en sus flujos financieros internacionales (donación y préstamos).
- Varios países reconocen que la revisión de sus NDC bajo la necesidad de buscar objetivos más ambiciosos no implica únicamente una revisión al alza de sus compromisos, sino principalmente una visión de las acciones concretas que permitirán alcanzar compromisos existentes y, con base a su consolidación, la viabilidad de una perspectiva de mayor alcance.
- La generación de una cartera de proyectos NDC puede facilitar su financiamiento con instituciones multilaterales, socios bilaterales y/o fondos climáticos, pero esta tarea se debe realizar de la mano de los ministerios encargados de las inversiones cruciales en materia de desarrollo e infraestructura. En este ámbito, identificar oportunidades de consideraciones climáticas en las carteras de ministerios sectoriales representa una estrategia de viabilidad de las NDC.
- Las NDC tienen metas concretas de adaptación al cambio climático. La vulnerabilidad de los países de la región requiere una hoja de ruta crítica para fortalecer los hitos de desarrollo alcanzados y lograr los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
- El sector privado es un aliado único, cuyos intereses y necesidades requieren de puentes de diálogo para fomentar su inclusión en la agenda climática, una actividad que ya no se restringe a acciones de responsabilidad corporativa social y ambiental, sino que se considera eje central de crecimiento bajo todas las aristas de las cadenas de producción y fuentes de insumos.
En esta fase de aprendizaje, el BID también está descubriendo cómo generar una agenda comprensiva de las NDC a través de sus divisiones sectoriales y mantiene su meta de alcanzar un 30% de su portafolio de inversión de aquí al 2020.
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