La pandemia mundial causada por la propagación del COVID-19 ha provocado millones de infecciones y más de un millón de muertes hasta el momento. Esta pandemia ha afectado drásticamente la vida, la salud y la economía de nuestras comunidades y colegas. En el BID hemos pasado de visitar proyectos e interactuar presencialmente con los clientes y grupos de interés, a tener que gestionar todo de forma remota.
Esto conlleva desafíos considerables en lo que se refiere a realizar consultas significativas con las partes interesadas durante la preparación e implementación de nuestros proyectos.
Una consulta significativa es un diálogo bidireccional y no una diseminación de información unidireccional, es un proceso en lugar de eventos puntuales, e involucra a personas de las comunidades afectadas y otras partes interesadas relevantes. Tradicionalmente, las consultas se llevan a cabo cara a cara en la comunidad donde se realizará el programa. Sin embargo, organizar grandes reuniones en las circunstancias actuales puede no ser viable. Los países continuarán desarrollando proyectos, y estos proyectos requerirán la participación de las partes interesadas y consultas públicas con las personas afectadas.
Entonces, ¿cómo realizamos consultas virtuales exitosas? ¿Cómo podemos promover una participación significativa sin encontrarnos de manera presencial? ¡Siguiendo estos pasos!
1. Identificar los temas prioritarios y llevar a cabo un análisis de los grupos de interés. Durante el proceso de evaluación de impacto ambiental y social se debe realizar un análisis específico para identificar a los actores que podrían participar en una consulta virtual.
Entre los aspectos clave a considerar al realizar el análisis de las partes interesadas se encuentra:
- Identificar las categorías y subcategorías de los diferentes grupos de interés
- Si las partes interesadas perciben que el proyecto los afectará positiva o negativamente.
- Características clave (p. ej., situación social y económica, aspectos culturales, ubicación, tamaño, capacidad organizativa y grado de influencia, vulnerabilidad o exclusión social).
- Cómo se relacionará el proyecto con cada uno de los diferentes grupos (p. ej., cómo proporcionará información de contexto significativa, si habrá reuniones virtuales con informantes clave, grupos focales, entrevistas estructuradas, instancias o formatos para la creación de redes de contacto, etc.).
- Alfabetización informática y accesibilidad a Internet de las partes interesadas
- Cuáles plataformas virtuales están disponibles ahora y cuáles se han utilizado antes
- Vulnerabilidad de la exposición al COVID-19
- Regulaciones actuales sobre el COVID-19, tales como las restricciones a reuniones sociales
Proyecto ejemplo – Honduras L-1203 – Renovación de la central hidroeléctrica Francisco Morazán para facilitar la integración de energía renovable En el inicio de la preparación, se decidió que el proceso de consulta se llevaría a cabo de manera presencial. Sin embargo, debido a las restricciones ocasionadas por el COVID-19, la agencia ejecutora decidió realizar la consulta a través de reuniones virtuales. La información recopilada durante la evaluación incluía el acceso que los beneficiarios tenían a los distintos métodos de comunicación disponibles, lo cual le permitió a la agencia ejecutora adaptarse rápidamente a las circunstancias y preparar una consulta virtual personalizada exitosa. |
2. Preparar un plan de consulta. La disponibilidad de los beneficiarios y de las personas afectadas debe ser la mayor prioridad al preparar un plan de consulta virtual. En un proceso de consulta presencial, se toma en consideración la accesibilidad al sitio donde se realizará la consulta y el tiempo de duración para asegurar la máxima participación. En una consulta virtual se deben tener en cuenta aspectos equivalentes.
Como parte de este plan, se deben considerar las siguientes preguntas: ¿Qué plataformas virtuales serían más accesibles para todas las partes interesadas? Por ejemplo, ¿plataformas de Internet (es decir, Zoom, Teams, Facebook Live), televisión, radio o una combinación? ¿Qué formato facilitaría la interacción y le daría a las partes interesadas la mejor oportunidad para hacer preguntas? ¿Debería haber un evento o varios eventos? ¿Están en riesgo las partes interesadas? ¿Cómo se podría proteger el anonimato de ser necesario?
Proyecto ejemplo – Panama L-1160 – Programa de inclusión social para personas con discapacidad Un esfuerzo conjunto entre el BID y la agencia ejecutora SENADIS permitió trabajar con actores clave para identificar las fechas y los canales de comunicación más adecuados para cada una de las provincias en las que se implementaría el programa. Conocer estos aspectos de antemano permitió que las consultas tuvieran una participación adecuada y fuesen fructíferas. |
3. Asegurar difusión previa de la información. Para promover la participación en una consulta es necesario que las partes interesadas comprendan cómo se verán afectadas por el programa. Informarlas sobre los posibles impactos ambientales y sociales del programa es parte del inicio de un diálogo significativo. ¿Pero cómo se difunde información cuando algunas partes interesadas pueden no tener acceso a una computadora y cuando la información proporcionada en los documentos, como en las evaluaciones ambientales y sociales, puede no ser fácil de entender?
Se pueden distribuir folletos del proyecto con información clave sobre impactos ambientales y sociales sin necesidad de contacto personal. También se pueden usar mensajes de WhatsApp o mensajes de texto SMS con un enlace que explique los impactos ambientales y sociales para garantizar que se informe a un mayor número de personas involucradas. De igual forma, se puede considerar una transmisión por televisión o radio.
Proyecto ejemplo – BR-L1551 – Educación para el futuro Paraná Las actividades de difusión de la consulta incluyeron la creación de un sitio web del programa con videos que explicaban los impactos del proyecto. El contenido también se difundió a través de radio, televisión y periódicos. Además, utilizaron las redes sociales y WhatsApp para llegar a una audiencia más amplia. |
4. Incorporar la retroalimentación y compartir los resultados. Al momento de la consulta, los detalles del programa deben ser bastante exhaustivos, pero no deben estar completamente diseñados. El diálogo permitirá a las partes interesadas expresar sus preocupaciones, hacer preguntas y ofrecer sugerencias para mejorar el programa. La consulta siempre debe ir seguida de una actividad que resuma los resultados del proceso, proporcione respuestas a las preguntas pendientes y explique cómo los comentarios recopilados influirán en el diseño del programa. En el caso de las consultas virtuales, se podría compartir el resumen usando los mismos canales que se utilizaron para los esfuerzos iniciales de difusión. La versión final de la evaluación ambiental y social también debe estar disponible.
Proyecto ejemplo – BR-L1551 – Educación para el futuro Paraná El programa realizó su sesión de retroalimentación a través de un evento de YouTube Live. Algunos representantes de la agencia ejecutora y del equipo técnico respondieron a las preguntas planteadas durante el proceso de consulta. |
5. Mantener la participación continua de los grupos de interés y dar fácil acceso a un mecanismo de reclamación. La clave para un programa exitoso no es solo tener informadas a las partes interesadas, sino mantenerlas comprometidas. Las plataformas creadas para la divulgación y consulta del programa deben usarse durante todo el ciclo del proyecto (es decir, durante las actividades previas a la construcción, en la construcción y en la operación). Si se utilizaron plataformas como WhatsApp o SMS para difundir las fechas de consulta, estos canales deberían permanecer accesibles para las partes interesadas durante el ciclo de vida del proyecto. La información recopilada para la consulta (p. ej. idiomas, disponibilidad de las partes interesadas, plataformas virtuales) también debe tenerse en cuenta en el desarrollo de un mecanismo de reclamación que sea de fácil acceso. Finalmente, es necesario asegurar que el plan de participación continua de las partes interesadas sea adaptable al contexto que habrá luego del COVID-19.
Una nueva realidad nos ha obligado a cambiar nuestros métodos y enfoques para el proceso de consulta y participación de las partes interesadas. Esto nos brinda la oportunidad de ser creativos y utilizar medios convencionales y no convencionales para garantizar que las opiniones, ideas y preocupaciones de los grupos de interés guíen el enfoque del diseño y la implementación del programa. Para obtener consejos y más información sobre los lineamientos para consultas virtuales en el contexto del COVID-19, consulte nuestra nota técnica sobre el tema.
German Herrera dice
Es una iniciativa la participación de la población en la prevención del Covid-19, en la República Dominicana, en el barrio La Zurza de la Capital, estamos trabajando con el Plan Covid-cero, y es con las familias y la tasa de positividad es baja.