Por Heather Sutton
El primero de dos posts sobre encuestas de victimización. Lean el segundo post aquí.
Generar políticas basadas en evidencia puede ser difícil si uno no dispone de buenos datos, y lamentablemente esa es una realidad en muchos países en vías de desarrollo. Muchos delitos no son reporteados y el su registro policial es a menudo incompleto.
Las encuestas de victimización son herramientas especialmente útiles en nuestros países donde existe una importante “cifra negra” del crimen y la violencia. El reto es que estas encuestas suelen ser complejas y costosas. La tentación de cortar camino y producir datos de baja calidad y utilidad está siempre presente.
Si bien las encuestas de victimización tienen requisitos específicos para asegurar su utilidad técnica, para una persona que no sea un experto puede resultar difícil diferenciar entre una encuesta que contesta las preguntas clave para la cual fue diseñada, y otra que no logra hacerlo.
Las guías para alguien que quiere realizar una encuesta pueden encontrarse en nuestra nota técnica para implementar y financiar una encuesta de victimización (por ahora sólo disponible en inglés). Aquí algunos errores comunes que deben evitarse.
- Una encuesta de victimización no es una encuesta de opinión
Una encuesta de victimización no es lo mismo que una encuesta de seguridad ciudadana. Esta última busca obtener información sobre las percepciones y las actitudes de las personas ante la delincuencia. Una encuesta de victimización se enfoca en las experiencias individuales con el crimen. Es común que se pregunte sobre la experiencia y las opiniones en las encuestas de victimización, pero existen diferencias importantes. Todos tenemos una opinión, así que las encuestas de opinión son mucho más baratas. El tamaño de la muestra no necesita ser tan grande para generar estimaciones confiables sobre el sentir de la gente ante el crimen (¿Ha aumentado o disminuido su sensación de inseguridad?). Pero si quiere hacer una encuesta de victimización, invierta el dinero para hacer un estudio como corresponde. De no ser así, no debe catalogarla como una encuesta de victimización y no debe intentar estimar la prevalencia de distintos tipos de crimen.
- Use técnicas y lenguaje comprobadas
Muchas técnicas de encuestas específicas han sido desarrolladas a lo largo de muchos años por expertos en encuestas de victimización y es recomendable seguir sus consejos. Esto incluye técnicas para impulsar la gente a entregar más información, la inclusión de preguntas tipo filtro, la mejor secuenciación y uso de ciertas frases, entre otros elementos. No busque reinventar la rueda. Incorpore las técnicas ya perfeccionadas de instrumentos conocidos, como es la Encuesta Internacional de Víctimas del Crimen. Si quiere desviarse, debe tener una muy buena razón para hacerlo, y debe estar consciente de las consecuencias (como, por ejemplo, la pérdida en la capacidad de hacer comparaciones).
- Cuidado con el tamaño de las muestras demasiado pequeño
Aún en lugares con altos índices delictuales, el crimen es un hecho de relativa baja ocurrencia frente a nuestro quehacer diario, como es tomar el transporte público o ir al cine. Esto quiere decir que los tamaños de las muestras (el número de personas encuestadas) deben ser mucho más grandes que una encuesta común y corriente. Y desde luego, mientras menos frecuente el crimen, más difícil es su medición. Crímenes violentos son menos comunes que delitos contra la propiedad. Utilice una muestra más numerosa para estimar un asalto con violencia. Va a necesitar una muestra aún más grande para obtener información delictual más detalladas, como el tipo de arma utilizada o la relación entre la víctima y el delincuente. Muchas de las llamadas encuestas de victimización incluyen preguntas sobre crimen violento que no sirven por el tamaño insuficiente de la muestra. Alcanzar un nivel de muestra adecuado por la información que se busca es un emprendimiento costoso, de varios millones de dólares. Desafortunadamente, muchas personas y gobiernos no saben diferenciar entre una encuesta buena y una mala. Instituciones como el BID pueden marcar una diferencia al elevar la calidad de encuestas, tal como estamos haciendo con varios países en el Caribe.
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Foto crédito: Flickr CC Anses
Ernesto Velàsquez Pèrez Dice
Coordine la realización de una encuesta de victimización en el año 2013 en la ciudad de Guatemala, en el año 2016 estamos planificando la realización de la 2º encuesta, encontré muy interesante los tres aspectos que usted planteo en el artículo y estoy interesado en compartirle el informe final de la encuesta del 2013.
Hemos integrado un grupo multinstitucional que está revisando el proceso de realización de la encuesta, haciendo énfasis en aspectos metodológicos, muestra y características del instrumento.
Me puede enviar una dirección de correo electrónico al cual le pueda enviar el informe.
Nos agradaría estar en comunicación e irle compartiendo los pormenores del proceso de la realización de la encuesta versión 2016
Gracias
Dr. Ernesto Velásquez Pérez
Director Centro de Investigación en Salud Urbana
25 avenida 1-56 Colonia Vista Hermosa II, Zona 15
Tel. 4188-6395 / 2369-8068
egenesisv@gmail.com
evelasquez@saludurbana.org
http://www.saludurbana.org
Pablo Bachelet Dice
Muchas gracias por su interés. Puede enviar un email a seguridadciudadana@iadb.org y también a la autora del blog, Heather Sutton, heathers@IADB.ORG.
Saludos,
Pablo