El segundo post de nuestra serie sobre encuestas de victimización
Por Heather Sutton
La policía es con frecuencia la primera fuente de información sobre crimen y violencia. No obstante, las estadísticas policiales son la punta del iceberg para medir y entender la delincuencia. Según una publicación del BID que saldrá pronto, apenas un 44 por ciento de los delitos comunes fueron reporteados a la policía en el Caribe en 2014.
Y, en realidad, esto no está tan mal. A nivel mundial se estima que poco más de la mitad (53 por ciento) de los crímenes comunes son reportados a la policía. Para algunos delitos, como acoso sexual, el porcentaje es mucho menor, a veces por debajo del 10 por ciento.
En el mejor de los casos, las estadísticas de la policía nos arrojan una imagen parcial de lo que ocurre en un país. En el peor de los casos, distorsionan nuestra comprensión del fenómeno. Cuando las estadísticas policiales suben o bajan, esto no necesariamente quiere decir que la delincuencia va en aumento o en disminución. Puede ser que los oficiales de policía sean más o menos competentes en la manera que registran el crimen. Es también posible que hay menos ciudadanos reportando los delitos. Puede haber grupos enteros en situación de riesgo de ser víctimas que desconocemos porque no reportan su victimización. Los crímenes más problemáticos pueden ser aquellos que no aparecen en las estadísticas policiales. Además, los datos de los policías son difíciles de comparar entre un país y otro, lo que dificulta tener un mejor entendimiento de los fenómenos regionales de la delincuencia.
Todo esto puede llevar a decisiones erradas en las políticas a implementar y en los recursos asignados para combatir el crimen.
Las encuestas de victimización que involucran una muestra de la experiencia ciudadana con el crimen y la violencia es una buena solución. A través de ellas podemos tener una mejor comprensión de las características de los delitos, incluyendo cuándo y dónde ocurrieron. Para más detalles, ver una nota técnica nuestra al respecto.
Entre otras cosas, las encuestas nos ayudan a
- Obtener estimados confiables del porcentaje de individuos que han sido víctimas del crimen y la violencia.
- Explorar detalles sobre el crimen (dónde ocurre, la relación entre la víctima y el victimario, y en cuántos delitos se usó un arma)
- Identificar los factores que ponen a un individuo en una situación de mayor riesgo de sufrir un delito, o que al contrario, disminuyen las probabilidades de sufrir un hecho de violencia
- Identificar grupos socio-demográficos más vulnerables de ser victimizados
- Identificar el impacto de crimen sobre las víctimas (daño físico, pérdida económica, etc.)
- Saber cuántos delitos dejan de ser reporteados a la policía, y quién tiene más probabilidad de no hacerlo, y qué tipo de delitos suelen quedar fuera de los registros policiales
- Entender mejor el efecto de la delincuencia sobre sus víctimas y sobre la comunidad, como pueden ser las medidas de protección que toman los ciudadanos por el hecho de tener más miedo al crimen.
Esta información puede ayudar a los líderes políticos a generar políticas de reducción al crimen hechas a la medida, con programas que tienen más chances de tener éxito. También sirven como un punto de partida para determinar si se están logrando mejoras.
Algunos países como México, Colombia y Chile tienen encuestas de victimización con un alto grado de profundidad y sofisticación. Pero otras regiones, en particular aquellas con países pequeños que no pueden afrontar fácilmente el costo de una buena encuesta de victimización, sufren de un vacío importante.
Por ejemplo, las encuestas en el Caribe han sido pocas y muy esparcidas en el tiempo. Los datos producidos son limitados y no siempre están disponibles para la ciudadanía y la comunidad académica. Esto motivó al BID a diseñar y llevar a cabo una encuesta de victimización para cinco países del caribe (Jamaica, Trinidad y Tobago, Barbados, Suriname y The Bahamas) en 2014 y el 2015. El módulo fue incluido en el cuestionario del Latin American Public Opinion Project (LAPOP). Esto nos permite ubicar los datos sobre victimización en un contexto sociopolítico más amplio. Los resultados serán publicados en un estudio cuyo objetivo, en últimas instancia, es permitir a los formuladores de políticas tomar mejores decisiones para reducir el crimen y la violencia, e implementar programas que tienen mejores resultados.
Los invitamos a descargar nuestro nuevo estudio sobre costos del crimen y la violencia y a suscribirse a nuestro blog. www.iadb.org/CostosCrimen
Crédito foto: Flickr CC Policía Nacional de Colombia
Hugo Dice
Los informes de estadísticas de la policía sólo deberían ser llevados como referencia nada más, aunque eso dependería de cada país en cuanto al nivel de corrupción que presente dicha institución, almenos aquí en Paraguay son los informes menos confiables, los mismos no registran todos los insidentes que ocurren en muchas comisarías, en algunos casos trabajan sin comunicación alguna al ministerio público.
Es la corrupción exagerada que los desacredita totalmente y eso lo hacen sin mayores escrúpulos actúan como fiscales y jueces como se denuncia en este informe periodístico que fueron cometidos por la misma comisaría.
http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/edicion-impresa/policiales/item/15991-fiscal-cuestiona-actuación-irregular-de-policías-de-la-comisaría-tercera
http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/component/k2/item/26016-fiscal-cuestiona-la-falta-de-comunicación-sobre-el-percance-rutero
Pueden incluso cambiar de forma alevosa las declaraciones en sus actas de manera que les convenga en casos donde se involucren oficiales, como este caso donde un periodista fue arrestado y golpeado por policías y luego le cambian su declaración.
ea.com.py/v2/policia-cambia-declaracion-de-periodista-y-dice-que-este-dejo-caer-la-camara/
Estos sólo son algunos ejemplos como la policía de paraguay maneja sus informes y son casos muy frecuentes dentro de la institución policial, por estos y muchos otros motivos sus índices no son nada confiables, informan lo que ellos quieren que se sepa que no necesariamente es la realidad. Si se tienen en cuenta estos informes se realizaría un trabajo ineficaz que de ninguna manera podría dar resultados esperados.
En cuanto a los delitos que no sabemos es justamente los que esconden donde siempre terminan involucrados personal policial, como los distintos casos de corrupción que ocurren en paraguay, como son los caso de las mafias de policías con delincuentes y narcotraficantes.
http://www.abc.com.py/nacionales/policias-mafiosos-en-amambay-479511.html
Esto facilita el actuar de los delincuentes en total impunidad en detrimento de la sociedad, que la gente tiene temor a denunciar por miedo a represalias por lo tanto jamás podrían aparecer en ninguna encuesta o informe oficial, y que sólo son denunciados en casos extremos por periodistas quienes hasta pierden su vida, eso desalienta aún más a los demas a denunciar ya que tampoco las autoridades esclarecen los hechos, como se informa en este periódico.
http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/corrupcion-policial-tolera-el-trafico-de-marihuana-1296748.html
Existen muchos casos en que se podrían mencionar los tipos de delitos que no conocemos, lo más acertados es decir, cuáles son los casos que no se denuncian o no se pueden denunciar? De cualquier forma es seguro que la corrupción esta presente.
Esto es lo que ahí que saber.