El 2020 será recordado como el año en que un virus sacudió al mundo entero. Su velocidad de propagación, letalidad y la particular afectación de las personas mayores y personas con enfermedades crónicas no transmisibles, sometió a los sistemas de salud a una presión inédita, saturando los servicios de tratamiento intensivo.
Como respuesta, los servicios de salud adoptaron medidas urgentes, con el fin de evitar concentraciones de usuarios, readecuar espacios físicos y redireccionar personal de salud desde diferentes áreas hacia los servicios de atención a personas contagiadas o con sospecha de estarlo.
A raíz de esas medidas, necesarias y pertinentes, se redujo la atención en policlínicas y servicios descentralizados, se suspendieron consultas y actos quirúrgicos programados; descontinuando la atención de personas con enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) o que padecen otras patologías, los controles de mujeres embarazadas y los pediátricos, inmunizaciones y la realización de exámenes de diagnósticos o de control. Según una encuesta realizada en mayo del corriente por OPS/OMS, la interrupción de servicios ambulatorios, parcial o total, alcanzó al 71% de los países de las américas, mientras que sólo una cuarta parte los mantuvo abiertos.
No solo de COVID-19 enferma (y muere) el hombre
La pregunta sobre qué impactos, directos e indirectos, tienen esas medidas en la salud de las personas con enfermedades crónicas, en niños y mujeres embarazadas, gana centralidad en la agenda pública conforme pasan los meses. Estudios publicados recientemente acercan las primeras respuestas, alertando de los impactos sobre la mortalidad infantil y materna: la Universidad Johns Hopkins estima hasta 2.300.000 muertes infantiles y 133.000 muertes maternas adicionales en este primer año de la pandemia como resultado de las medidas de contingencia adoptadas. Asimismo, la London School of Hygiene & Tropical Medicine señala que, por cada muerte por COVID-19 atribuible a contagios durante las visitas de inmunización de rutina, podría haber hasta 549 muertes evitables en niños si se mantienen estos servicios en África.
La salud en la “nueva normalidad”
Hacia adelante, con esa evidencia, y lejos aún de contar con una vacuna efectiva y accesible para los 7 mil millones de habitantes del mundo, se abre paso al escenario de la llamada “nueva normalidad” donde convivirán los procesos de reactivación social, económica y cultural junto con el COVID- 19.
Este escenario requiere una mirada estratégica para aprender de las carencias y fortalezas de los sistemas de salud evidenciadas con la pandemia, así como de las respuestas implementadas, de cara a atender los rebrotes del COVID-19 que surjan, la eventual aparición de nuevos virus y muy particularmente, para no desatender patologías menos mediáticas y altamente mortíferas.
En ese tránsito a la “nueva normalidad” los sistemas de salud tienen un rol fundamental, tanto por las recomendaciones que impartan al conjunto de la sociedad, como por las medidas que adopten para reactivar y consolidar su propia red de servicios.
¿Qué hacer ahora y cómo hacerlo? Más allá de respiradores y tapabocas.
La reactivación de servicios de salud requerirá combinar instrumentos, que posibiliten mejorar la calidad de los servicios, generar eficiencia en los procesos, favorecer la comunicación con los usuarios al tiempo que evitan traslados innecesarios en los servicios, minimizando los riesgos de contagio de usuarios y del personal de salud. Se destacan:
La planificación de los servicios -acompañando la evolución epidemiológica-, establecen: en qué orden se reactivan los servicios; qué espacios físicos se usan; qué adecuaciones y equipamiento requieren; con qué personal y protocolos trabajan; qué se comunica al personal y a los usuarios.
Telemedicina. Son herramientas centrales para mejorar los servicios, sostener la relación con los usuarios posibilitando la continuidad asistencial de mujeres embarazadas, niños, niñas y pacientes con ENT, y discriminar consultas banales de las que requieren atención telefónica o presencial.
Gestión de las agendas. Programar, telefónicamente o en línea, día y hora de realización de consultas, exámenes y acceso a medicación, evitando pérdidas de tiempo en transporte público, y reduciendo tiempos de espera.
Los protocolos. Sintetizan y traducen el conocimiento científico en orientaciones precisas y unificadas para minimizar los riesgos de contagio en centros de salud y otros ámbitos de la actividad económica y social (mercados, transporte colectivo, centros educativos).
La comunicación. Es esencial para reactivar los servicios y generar confianza en la población. Utilizando diversos medios y formatos y dirigida a diferentes públicos, deberá informar sobre la pandemia (evolución, medidas adoptadas) y abordar “empáticamente” sobre los temores al contagio, los efectos del aislamiento en la salud mental y la desconfianza hacia nuevas modalidades de atención (telemedicina), entre otros.
La región cuenta con experiencias -con diferentes niveles de desarrollo y maduración- para la reactivación de los servicios salud: testeos e inmunizaciones en modalidad de “drive through” o ventanilla, registros administrativos en línea, historia clínica electrónica, atención en domicilio, atención primaria en territorio y servicios ambulatorios (vacunatorios, policlínicos o emergencias móviles). Escalar las experiencias para garantizar el acceso y la continuidad de la atención es un reto que exige múltiples esfuerzos de naturaleza técnica y presupuestaria.
El caso de Perú
Perú recientemente presentó directrices ministeriales para dar atención integral a personas con ENT para prevenir y reducir el impacto de la pandemia en la salud de la población. Las medidas definen protocolos y herramientas para cada nivel de atención y ENT; destacándose la centralidad de las TIC, en particular de la telemedicina. Desde el primer nivel con el telemonitoreo y la teleorientación se procura descartar signos de COVID-19 y señales de descompensación por alguna ENT, al mismo tiempo que prevé facilitar el acceso a medicamentos vía receta electrónica y entregas domiciliarias. En hospitales del tercer nivel la teleconsulta se reserva para el tratamiento e identificación de posibles complicaciones. Las directrices enfatizan los sistemas de registro; la programación de agendas de atención; la comunicación entre servicios y niveles de atención; la identificación del personal capacitado para realizar trabajo remoto y la disposición del equipamiento necesario; y los cuidados del personal que atiende de forma presencial -equipamiento de protección individual y definición de protocolos.
Pocas veces en la historia una amenaza sanitaria ha generado tanta conciencia colectiva y simultánea sobre la importancia de la salud en la vida de las personas; un derecho que las sociedades reclaman en forma creciente, tanto en acceso como en calidad. Es un llamado a que el sector ocupe una centralidad mayor en la inversión pública y privada, porque esta crisis ha demostrado que la salud lejos de ser un costo es condición para el desarrollo.
¿En tu país cómo se está desarrollando la reactivación de los servicios de salud en estos tiempos de nueva normalidad? ¿Cómo se estructuran los servicios para atender a la demanda no relacionada con el COVID-19? ¿Qué otras medidas crees que son necesarias para acompañar este proceso? Déjanos un comentario ó menciónanos en Twitter @BIDgente
Excelente reportaje sobre este tema que afecta a todos. .
O texto é extremamente importante esclarecedor sobre o momento que se vive e essa realidade transformadora que assolou o mundo.
O Bid tem fomentado essa discussão sobre o covid 19 com todos os setores de saúde do Peru e da América Latina, assim como a população sobre a importância do isolamento social como medida mais eficaz até o momento para o controle da pandemia.
Quanto mais informação e convencimento do papel de todos no combate à pandemia maior a proteção da saúde de todos e também evitando o caos ainda maior no setor de saúde público e privado, até que possamos esperar pela medida mais efetiva que será a imunização.
Great reflection on the burden resulting from this pandemic. Not only people are dying from Covid, but dying (or living less healthy) because of Covid. Finding the right balance is hard, especially for low and middle income countries dealing with a variety of other priority conditions. Expanding telehealth systems seems like a good approach during these quarantine times.
Muy interesante planteamiento de la planificación para la reapertura, la verdad es que la pandemia nos va a llevar a la modificación de la prestación de los servicios y a una posible descentralización de algunos servicios que pueden hacerse en otros sitios que no sean los hospitales o centros de servicio; ej. la entrega de medicamentos.
La salud comunitaria debe reforzarse e invertir mas en ella, así como replantearse la educación en salud.
Excelente articulo, nos demuestra que si se deben reabrir los servicios, provee ejemplos de modalidades innovadoras de servicios a la población.
Gracias por compartir.
Que grande Rita. Gracias por el arduo trabajo apoyando al sector y en especial a Perú en estos momentos. Si algo nos ha enseñado el Covid-19, es que no distingue de estratos sociales. Sin embargo, el acceso a sistemas de salud de calidad en países en vías de desarrollo sigue siendo un desafío. Como señalas, la Telemedicina es un instrumento valioso y hoy más que nunca demuestra su utilidad, debido que promueve una visible inclusión social; permite el acceso a la atención médica especializada en zonas donde no hay suficientes especialistas y/o los usuarios no cuentan con los recursos y las garantías para poder desplazarse y continuar sus tratamiento médicos como lo hacían habitualmente. Pienso que si este y otros instrumentos, fueran respaldados por una política pública sólida que promueva la innovación tecnológica en el sector, sin importar la perspectiva de los cambios en el personal ministerial, quizás podríamos tener un avance gradual mucho más notable.
Excelente nota. Muchas gracias
Importante análisis sobre la reinvención de los sistemas de salud, en la época de la pandemia. En el Perú la O.N.G.D. FOCCADI, viene constituyéndose en una organización que forma parte de un sistema de salud de atención primaria, pues con su equipo médico viene publicando en su facebook periódicamente recomendaciones para actuar de la mejor manera en cautela de la salud, frente a un enemigo no humano como el COVID-19, alertando que no solo impacta en la mortalidad que ocasiona, también por la secuela que viene dejando en contra de la salud mental de las personas, y más aún, distrayendo a los servicios de salud, sobre una epidemia que silenciosamente viene atacando a la población mundial que es la demencia y dentro de ella al Alzheimer, con impacto aterrador en el paciente, familia y sociedad.
Interesante planteamiento. El COVID-19 y sus consecuencias, ha hecho de la población un estrés sanitario, psíquico, social, económico y financiero a escala mundial, que ha desencadenado con pérdidas de vidas humanas, contaminación psíquica y física de la vida humana. Mientras que la ciencia, la tecnología y las infraestructuras sanitarias y de salud, han demostrado estar desequilibradas, limitadas y no han podido dar respuestas oportunas a la población para la preservación de la vida humana.d. La solución al estrés, el regreso a una nueva normalidad, a la tranquilidad y a la confianza humana, está sustentado en la creación de la vacuna que pueda neutralizar o exterminar el COVID-19, aunado a la producción, distribución, adquisición y accesibilidad de dicha vacuna en escala mundial. En la medida que la población libere el estrés y recupere la confianza; en esa misma medida se activaran los aparatos productivos de los países en escala mundial.
Es cierto que la digitalización de los sitemas de salud , son una gran ayuda, siempre y cuando el Sistem de Salud principal del país, esté implementado, porqué una cosa es lo qué está escrito en Plan y otro lo que existe en Perú, sólo ESSALUD tiene historia clínica electrónica y hace Telemedicina no está implementada en todas las provincias, distritos de las 24 regiones, mientras MINSA, no tiene implementado la HC electónica en el país, es un grave problema para el monitoreo e incluso a través del teléfono WTHAS APP en algunas zonas no llega la señal para hacer el monitoreo de los pacientes con COVID-19 y menos los ENT, y sí llegan a comunicarse dicen que van a hacer visita domiciliaria para vacunar y nunca llega, por falta de recusos humanos. Hay muy buena intención, sin embargo mucha burocracia y un buen sistema único de salud de calidad.
Excelente Articulo!
Escribo desde Uruguay, donde la pandemia del COVID 19 viene siendo más leve que en muchas regiones. Pero lo que describe el artículo se aplica perfectamente. En mi país están habiendo más muertes y complicaciones secundarias, por falta de atención a pacientes con otras enfermedades que no sean COVID que la media de años pasados. Un cirujano conocido me comentaba hace un mes que tuvo que hacer 2 amputaciones de piernas a personas diabéticas por mala atención, cuando se podrían haber evitado.. En mi caso tengo artritis reumatoide y desde que comezón la pandemia me ha sido complicado que me atiendan, y necesito un monitoreo periódico.
Han habido muchas pandemias en el mundo peores que la del COVID 19 y en situaciones donde las sociedades estaban menos preparadas (tecnología, experiencia, etc). En la actualidad también las hay con grado de mortalidad mucho mayor (ej Ebola, un tipo de COVID que produce la MERS-CoV en medio oriente, etc). La diferencia que el COVID 19 es más democrático y ha afectado a países del primer mundo, a personas con gran poder adquisitivo, gobernantes, etc. Otro punto es que el SAR COV 2 tiene una gran facilidad de transmisión.
Pienso que por un lado si hay que ser muy cuidadoso con los protocolos para evitar el contagio del COVID 19 y los países deben de estar preparados para atender a los casos graves, pero al mismo tiempo atender como corresponde a las enfermedades crónicas y no crónicas graves, y a todos los pacientes en general. Si descuidamos la salud en general seguirán habiendo muchas más muertes por la pandemia del COVID sin haber tenido COVID 19.
Como decía en el artículo la tecnología está en grado de desarrollo que permite realizar buenas atenciones de forma remota mediante la telemedicina (video conferencias, mediciones de signos pertinente a distancia que se transmiten e tiempo real a especialistas médicos, etc). Uruguay tiene la ventaja de tener una historia clínica electrónica global y centralizada a nivel del país.
Las herramientas están hay que utilizarlas y poner toda la voluntad en ello.
Gracias, Mayarí
Great information such a very helpful content