Los largos tiempos de espera para los servicios públicos de salud son comunes en América Latina, como lo confirman los datos disponibles. Por ejemplo, en 2022 el tiempo medio de espera para una prótesis de cadera -una cirugía electiva común- fue de 408 días en Chile y de 632 en Costa Rica. E incluso para la cirugía de bypass coronario, más de tres de cada cuatro pacientes han estado en lista de espera durante más de tres meses.
¿Qué efectos tienen las largas listas de espera? ¿Y cuáles son las estrategias para reducirlas? Como demuestra un trabajo reciente apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hay margen para hacerlo. Lee este artículo y descubre cómo.
Los efectos no deseados de los tiempos de espera prolongados
En la atención sanitaria, los tiempos y las listas de espera no son meros inconvenientes menores; afectan significativamente a los resultados sanitarios, la equidad, la calidad de la atención y la eficiencia de los sistemas sanitarios, así como a la confianza de los ciudadanos. Repasemos algunos de los efectos indeseables que producen las esperas prolongadas para recibir atención sanitaria.
- La salud se pone en riesgo. Las listas de espera son perjudiciales para la salud de las personas. Representan retrasos en la prestación de atención esencial a los pacientes y pueden provocar un empeoramiento de las condiciones de salud y un sufrimiento prolongado. Mientras están en listas de espera, los pacientes tienen que convivir con sus problemas de salud, con el riesgo de complicaciones y deterioro de la calidad de vida.
- Problemas de equidad. Las listas de espera suelen poner de manifiesto una falta de priorización en los sistemas sanitarios. Aunque lo ideal sería que los pacientes con necesidades urgentes reciban atención en primer lugar, no siempre es así. Además, algunos pacientes, sobre todo los que pueden permitírselo, pueden eludir las listas de espera acudiendo al sector privado. En algunos países, los pacientes pueden utilizar el sistema legal para acceder más rápidamente a la atención, saltándose de hecho la cola y aumentando así el tiempo de espera para los demás.
- Atención de mala calidad y poco centrada en el paciente. Una buena calidad asistencial significa centrarse en los pacientes y sus necesidades particulares, y capacitarlos para que participen activamente en su atención. Las largas listas de espera son lo contrario de esa atención centrada en el paciente, ya que a menudo ignoran las necesidades individuales y no consiguen empoderarles. Además, los tiempos de espera prolongados pueden erosionar la confianza en el sistema sanitario, ya que los pacientes se preocupan de si recibirán a tiempo los servicios que necesitan y los ciudadanos se preguntan hasta qué punto pueden confiar en el sistema sanitario en momentos de necesidad.
- Baja eficiencia. Las largas listas de espera son ineficientes, ya que provocan peores resultados sanitarios, mala calidad y un uso subóptimo de los recursos. Además, las listas de espera son también indicadores de deficiencias en la capacidad y el rendimiento del sistema sanitario.
Estrategias para reducir los tiempos de espera
Para reducir los tiempos de espera es necesario abordar sus causas profundas: el desequilibrio entre la oferta y la demanda de servicios sanitarios y la ineficacia de los procesos.
- Aumentar la oferta: Para ello hay que ampliar el número de citas o replantear el uso de los recursos mediante el cambio de tareas (por ejemplo, traspasar las responsabilidades de los escasos médicos a enfermeras más disponibles). Algunos sistemas sanitarios públicos también han introducido tiempos de espera máximos (aunque a menudo no se cumplen) y algunos pagan a los pacientes para que acudan al sector privado si los tiempos de espera son demasiado largos. Estas estrategias, sin embargo, pueden ser prolongadas y costosas.
- Reducir la demanda: Entre las medidas eficaces está la prevención mediante una mejor atención primaria, que ayuda a evitar que las enfermedades se desarrollen o empeoren. Otro enfoque consiste en mejorar la asignación de pacientes y la limpieza de las listas de espera mediante la priorización y el triaje. Hacer un seguimiento activo de los pacientes en lista de espera y trabajar con ellos es también una forma de implicarlos en su atención. Todo ello puede aliviar la presión sobre el sistema sanitario.
- Optimizar los procesos: Una mejor gestión e innovaciones en los procesos pueden reducir los tiempos de espera, disminuir la incertidumbre y mejorar la experiencia de los pacientes. Por ejemplo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires utiliza un chatbot para su proceso de gestión de citas, incluidos los recordatorios y la gestión de cancelaciones y reprogramaciones. Se espera que esto reduzca las citas perdidas y, por tanto, ayude a maximizar las capacidades existentes. La optimización no se limita a los procesos técnicos, sino que puede incluir una relación más estrecha con los pacientes.
No hace falta esperar: estrategias puestas en práctica
Un proyecto reciente apoyado por el BID se centró en los tiempos de espera para tres especialidades médicas del sistema público de salud chileno. El proyecto investigó el flujo actual de pacientes e identificó oportunidades para mejorar la gestión de procesos y personal con el fin de reducir el riesgo de tiempos de espera prolongados. Posteriormente, el proyecto pilotó procesos rediseñados relacionados con la gestión clínica y los procesos estructurales para mejorar el recorrido del paciente. Los resultados del proyecto piloto son prometedores e incluyen:
- disminución general de los tiempos de espera;
- un mayor número de casos resueltos que tenían esperas más largas;
- un mayor número de casos cerrados y de altas por motivos médicos y un contacto eficaz con los pacientes.
Todo ello logró a través de medidas clave para una gestión más eficaz, entre ellas:
- adopción de un protocolo de gestión de pacientes para cada especialidad;
- aprovechamiento de las capacidades de recursos humanos existentes;
- implantación de un modelo dinámico de priorización que reclasifica el nivel de riesgo clínico;
- introducción de nuevos criterios de asignación de horas y programación;
- mejora de los tiempos de los exámenes médicos para potenciar la resolución de la primera consulta;
- incorporar la telemedicina a las consultas de baja complejidad para potenciar la resolución del primer nivel con la orientación de un especialista.
Este proyecto muestra el potencial de acortar sustancialmente las listas de espera y demuestra que no tiene por qué ser complejo ni caro. Sin embargo, requiere una atención cuidadosa en el diseño y la implementación, y un fuerte enfoque en los pacientes y sus necesidades.
¡Próximos pasos en la fila!
Los tiempos de espera son más que números: reflejan la capacidad del sistema sanitario para atender a su población de forma eficaz y equitativa. Si comprendemos y abordamos las complejas cuestiones que rodean a los tiempos de espera y las listas de espera, podremos avanzar hacia un sistema de salud que dé prioridad a los resultados sanitarios, la equidad, la calidad y la eficiencia, y que genere confianza. No tiene por qué ser complicado ni costoso. ¡No hay razón para esperar!
Para saber más sobre las lecciones aprendidas a lo largo del piloto y la visión de los expertos sobre esta experiencia, te invitamos a ver nuestro reciente webinar sobre este estudio. ¡Y no olvides dejar tu comentario si tienes más experiencias para compartir!
Miguel dice
Hola. Buen análisis. Los costos de la no calidad en sector de la salud, no solo ocasiona pérdidas millonarias del presupuesto, sino que aumenta riesgos y la morbi mortalidad en nuestros paciente.
En mi país, es indignante , y similar. Los profesionales de la salud , vemos que Las gestiones están encabezados por gestores políticos, de “confianza” , sin capacidad para mejorar o con limitación para formar equipos de gestión, porque los políticos de turno colocan en cada nivel de gestión su recomendado, y con su respaldo de ese ” poder ” político, no hay sistema regulador que permita evaluar las gestiones de cada nivel, porque están impuestos por diferentes poderes políticos. Menos formar equipos de gestión firmes y técnicos. Todo esto sin duda manchado con corrupción y mucho desfalco del presupuesto por los gestores , que tratan de recuperar inversiones aportadas en las campañas políticas o cuando son financiadas por mafias, gestionan a favor de estas mafias. Además, mucho daño hace la microcorrupcion de algunos trabajadores, muchas veces blindado por directivos gremiales , tomados igual por trabajadores sesgado Asus grupos cercanos.
Sergio Yesuron dice
Hola, el problema real es que nunca estan creadas las estructuras de los servicios , por lo tanto no se sabe cuanto recurso dispones y tampoco cual es tu capacidad de atencion , al menos eso pasa en Argentina, con el agravante en el tema radiaciones, ya que la unica manera de reducir las irradiaciones innecesarias es fundamental la justificacion del pedido de irradiacion, no estan habilitados el equipamiento emisor de radiaciones y tampoco hay ecografias en las guardias, directamente se pasa a estudios tomograficos, muchos de los cuales se resolverian sin el uso de Tomografia por citar un ejemplo. Se construyen hopitales y se compra equipamiento y nunca se crean las estructuras de los mismos, quedando su manejo en manos de tecnicos radiologos o licenciados en bioimagenes los cuales por mas buena voluntad no son medicos con el problema del control de calidad de esos estudios ….
Walter Menchola Vásquez dice
Ha cambiado el perfil epidemiológico y demográfico de los países, predominan en todo aspecto las enfermedades crónicas, ha cambiado la demanda de la atención médica, pero no ha cambiado el modelo de atención, sigue siendo la misma forma creada desde que se empezó a tratar pacientes, un médico – un paciente, cuando no se conoce el diagnóstico, pacientes agudos, es valedero el modelo, cuando se conoce y se viene por el sostenimiento del tratamiento o prevención de complicaciones el modelo debe cambiar dramáticamente, sostengo, que ya no se requiere, en esta etapa, de médicos especialistas y muchas veces ni siquiera de médicos. ¡Es hora de cambiar¡
Juan Rodríguez Abad dice
Saludos desde Perú.
En relación con unos de los aspectos considerados en el análisis, la “optimización de la oferta” sería otro ítem a incluir, en especifico el referido al uso óptimo de las horas-médico disponibles. En el país, en la última década, ha sido noticia publicada con cierta frecuencia (aun cuando no cuantificado), que médicos dejan de atender en sus horarios de trabajo en establecimientos públicos para atender en centros privados, lo cual “reduce” la oferta disponible. Si bien, ello tiene que ver con el comportamiento de cada profesional, también requiere un mayor control y en ese sentido, se torna indispensable la implementación y uso de herramientas tecnológicas como la Historia Clínica Electrónica y otras similares.
Por otro lado, aunado con ello, completamente de acuerdo en que la salud digital (Telemedicina, telemonitoreo) son una alternativa costo-efectiva para ampliar la oferta y por ende la cobertura de la demanda de salud no-atendida que en el país alcanza al 70-75% según las encuestas trimestrales del Instituto Nacional de Estadística.