Lissette es cuidadora en una residencia de larga estadía para personas mayores. Su trabajo consiste en acompañar y asistir a quienes requieren ayuda para moverse, comer o incluso levantarse. En 2015 comenzó a sentir molestias en su hombro. Fue al consultorio y el médico que la atendió la derivó a un especialista, pero el alivio buscado tardó seis años en llegar, y lo que fue inicialmente una incomodidad, se trasformó en nuevas patologías. “El periodo mientras esperaba fue complicado, porque en el fondo uno parte con una lesión y al final termina lesionándose en otras partes para evitar el dolor”, relata Lissette, quien se atiende en el sistema público de salud en Chile. En 2021 logró que la atendieran, gracias a un proyecto piloto impulsado por el BID e implementado por el Laboratorio de Innovación Pública de la Universidad Católica de Chile, que fue diseñado para mejorar la gestión y disminuir las listas de espera por atención en especialidades.
Aunque en la actualidad se están implementando distintas estrategias para mejorar la red asistencial, todavía hay trabajo por hacer en el sistema. Actualmente existen más de 2 millones de personas con alguna consulta nueva de especialidad pendiente en el país.
Con el desafío de encontrar mecanismos que contribuyan a reducir este número, se trabajó con equipos clínicos y con usuarios de servicios de salud en la identificación de oportunidades de mejora para agregar eficiencia a procesos y procedimientos asociados a la gestión de los pacientes en varias especialidades. El resultado fue un modelo de gestión del cuidado y acompañamiento a personas en lista de espera en especialidades no cubiertas por la garantía de oportunidad del régimen GES.
Piloto puesto en marcha: cómo se redujo el tiempo de espera
Para aplicarlo, en 2020 se implementó el piloto en dos especialidades del hospital Padre Hurtado en el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente (SSMSO), y en una especialidad del hospital San Juan de Dios en el Servicio de Salud Metropolitano Occidente (SSMOC). En todos los casos, el trabajo se enfocó en optimizar los métodos de trabajo de los equipos y en acompañar a los pacientes a lo largo de su tránsito en los distintos puntos de atención.
Los resultados de los pilotos mostraron reducciones importantes en las listas de esperas: en Gastroenterología, la lista inicial se redujo un 65%; en Traumatología, 50%; y en Cardiología, 33%.
Las claves de la implementación fueron, en primer lugar, tener un socio implementador –que en este caso fue el Laboratorio de Innovación Pública–, de la mano de los servicios de salud y los equipos directivos y de gestión clínica de los hospitales, verdaderos protagonistas de esta experiencia. Además fue fundamental establecer un protocolo de gestión de acuerdo con cada especialidad, e implementar estrategias para la optimización de los procesos, aprovechando las capacidades existentes y potenciando el desempeño de todos los integrantes del equipo de salud, en particular profesionales y técnicos de enfermería.
Más allá de la agilización: otros beneficios asociados a este modelo de atención
Disminuir los tiempos de espera y reducir el número de personas que esperan por atención es uno de los desafíos más complejos que enfrentan los sistemas de salud. En este caso, se buscó resolver casos antiguos, por lo general los más desatendidos de las estrategias de contacto y rescate de pacientes. Y se trabajó con otras variables para la priorización de pacientes, más allá de considerar exclusivamente “tiempo de espera”. Para esto, se incorporó un modelo de priorización dinámica con base en la actualización de riesgo clínico y un agendamiento consistente con los criterios de priorización. Como resultado, se logró que una proporción relevante de egresos correspondiera a atenciones efectivamente realizadas y no gestionados solamente por alta administrativa.
Uno de los aspectos importantes de este modelo –complementario a otras estrategias de carácter más estructural que también son importantes para mejorar la capacidad de la respuesta asistencial– es su bajo costo, porque se centra en la gestión de los recursos existentes, y no en la contratación de nuevos especialistas, aspecto que lo hace altamente replicable y escalable a otros servicios de salud.
Si quieres saber más sobre esta experiencia sobre listas de espera, puedes descargar la publicación en este enlace.
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