El médico informático es un perfil que combina conocimientos clave para enfrentar la pandemia actual. De pequeño, en mi versión 1.0 (10 años), soñaba con dos mundos muy distintos, al menos era el concepto que en aquel momento yo creía. Esos dos mundos, la informática y la medicina, dos hermosas disciplinas que nunca imaginé poder fusionar, se fueron acercando y hoy son mi diaria realidad, la profesión de médico informático ya con versión 3.8. La pandemia me presentó un desafío ¿desde cuál de esos mundos podría dar mi mejor esfuerzo? La experiencia me hizo dar cuenta que la pregunta era innecesaria: los dos mundos se conjugan en el sector de la salud digital.
En marzo de 2020, con el primer caso de COVID-19 en Uruguay, tuvimos una alerta pop up en nuestro sistema sanitario, en un contexto de incertidumbres totales, pero con dos variables que nos ayudaron en el camino. Por un lado, en Uruguay el avance de la transformación digital en salud fue un largo camino iniciado hace casi una década. Este trabajo sentó las bases y dio el tiempo necesario para la maduración gradual del sistema sanitario digital, lograr la interoperabilidad requerida, una historia clínica unificada con conjuntos mínimos de datos compartidos y funcionando en un renovado sistema nacional integrado de salud. Todos ellos han probado ser de vital importancia duranta el transcurso de la pandemia.
Llegada la pandemia y habiendo aprendido de la experiencia de otros países tomamos nuestras primeras medidas sanitarias a nivel nacional. Aplicamos nuestros firewalls cerrando las fronteras con los países limítrofes, tomamos medidas de distanciamiento social protegiendo nuestras burbujas, dejando de lado nuestros Hub´s para protegernos de este “malware” que invadía nuestro sistema.
Fue en ese momento tuve que tomar la decisión desde cuál de mis núcleos colaboraría con la pandemia; si lo hacía como médico clínico cuidando a nuestro capital humano del “COVID analógico” y saliendo a la red asistiendo pacientes, o desde el mundo informático, preparando y desarrollando los nuevos requerimientos que necesitaríamos desde nuestros sistemas de información sanitario para sostener al gusano que nos invadía, “COVID digital”, que cambiaría nuestra manera de trabajar.

Sin dudas que fue una decisión compleja ya que veía como en otros países las medidas tomadas no eran suficientes y las infecciones se disparaban exigiendo al personal sanitario asistencia al límite. La evolución de la pandemia en Uruguay, por varios factores como las medidas sanitarias tomadas, el compromiso de la población, un sistema integrado de salud y un fuerte y desarrollado sistema prehospitalario, registró una curva de contagios muy plana, lo que me permitió poder realizar ambas tareas hasta el día de hoy. Una de las variables que ayudó, fue el hecho de que en el sistema sanitario uruguayo es muy frecuente que el médico concurra al domicilio de las personas en casos de enfermedad, más que el paciente concurra a un centro sanitario, disminuyendo la posibilidad de contagios en estos centros por las esperas aguardando ser atendido.
Con este contexto y con las condiciones favorecedoras, pude atender a los pacientes desde mi rol como médico asistencial en una unidad emergencia móvil medicalizada, así como desde los sectores de informática en salud, en los que desarrollo mis otras actividades, atendiendo y entendiendo las necesidades sanitarias desde la experiencia, creando el enlace de los dos mundos, clínico e informático. De lo anterior, es importante destacar el sinnúmero de desarrollos iterativos de requerimientos funcionales para adaptar los expedientes/historias clínicas electrónicas al contexto que exigía la rápida respuesta. También ha ayudado el mantenernos informados sobre la evidencia científica que surgía todo el tiempo por diversos canales, trazabilidad de la actuaciones, siempre teniendo en cuenta el paciente como centro de los beneficios finales y evaluando la calidad de los registros electrónicos.
Todo lo anterior hizo que la cadena de valor; datos, información y conocimiento, sentaran las bases mediante herramientas como la analítica de datos (usada en dashboard y mapas de calor) la contabilización de casos sospechosos y positivos de la enfermedad gestionada por el sistema nacional de emergencias, la gestión de camas de CTI y la prescripción electrónica de test de laboratorio. Estas herramientas permitieron mejoras en el posicionamiento de ambulancias en las zonas de mayor demanda, optimizando los recursos materiales, mejorando nuestra estrategia de actuación y adecuándonos a la demanda, vinculado a la historia clínica nacional asegurando la continuidad asistencial. Un sistema realmente integrado.
Actualmente debido a varios factores, entre ellos la flexibilización de nuestros firewalls, hemos registrado un aumento significativo de casos que está sometiendo a nuestro sistema sanitario a testing de performance y testing de carga, identificando además los primeros casos de la versión viral actualizada, la cepa P1. De toda esta experiencia aprendimos y seguimos aprendiendo la importancia de la planificación estratégica de los procesos de transformación digital y de contar con un sistema nacional de salud integrado y electrónicamente maduro, que hacen la diferencia en la gestión sanitaria mediante el rol de los informáticos clínicos como elementos vinculantes que comprende ambos mundos. Solo nos resta valorar las lecciones aprendidas y aguardar por la actualización del antivirus con la tan esperada vacuna y oír el mensaje: “La base de datos de virus ha sido actualizada” restableciendo nuestra interoperabilidad social.
¿Conocías la labor del médico informático? Déjanos un comentario
Excelente trabajo que describe los pros y las dificultades de la tarea del médico informático! Describe muy bien el contexto de la pandemia que vive el mundo y el caso de Uruguay que tiene sus particularidades.
Gracias!
Excelente aporte Sergio a un mundo informático-salud ya presente en esta realidad que enfrentamos día a día. Felicitaciones.
Un gran trabajo Sergio, sin duda alguna esta pandemia se puede relacionar con el mundo actual que mezcla salud e informática. Un saludo.
Sergio, saludos desde Lima, Perú.
Definitivamente la convivencia mixta de atención de salud presencial-virtual es y será el nuevo estándar en los sistemas de salud. Ante ello, tanto el personal de salud como los ciudadanos debemos adaptarnos lo más rápido posible.
Felicitaciones a Uruguay y sus dirigentes de salud por haber decidido, hace una década, por la transformación digital de su sector salud… Algo que en mi país, no ocurrió por falta de decisión política a pesar de tener más de 20 años con proyectos de salud digital.
Al respecto, comparto un artículo sobre el tema:
https://www.esan.edu.pe/conexion/actualidad/2021/03/17/covid-19-en-el-peru-el-universo-paralelo/
Salud y herramientas tecnológicas llegaron para quedarse y la Pandemia ha demostrado con crece este dúo para el avance de nuestra medicina a nivel mundial, Así como la vacuna muchas veces es inalcanzable para Paises confinados en la desigualdad, una barrera mayor es contar con esos soportes tecnológicos tan necesarios para avanzar hacia el desarrollo humano. agradecer de esta gran propuesta que podamos multiplicar en quienes urgentemente lo necesitan.
Excelente Sergio !!! Felicitaciones !!