Hoy, más que nunca, los países de América Latina y el Caribe tienen que actuar juntos en su política comercial para abastecerse de los bienes e insumos que necesitan para enfrentar la crisis sanitaria causada por el COVID-19 y salir de la cuarentena generalizada.
Modelos epidemiológicos considerados en Europea y Estados Unidos, así como la experiencia de países como China, Corea y Singapur, que se encuentran en una fase posterior de la pandemia, indican que para implementar una estrategia efectiva de salida de la cuarentena y fin del confinamiento estricto, es fundamental que los gobiernos puedan adquirir en los mercados internacionales pruebas para identificar a los contagiados, insumos sanitarios y equipos médicos, como respiradores artificiales.
Sin embargo, a la fecha los países de América Latina y el Caribe (ALC) han realizado un número limitado de pruebas de detección del COVID-19 y los mercados nacionales están experimentando escasez de algunos productos médicos y de higiene, como desinfectantes, que necesitan con urgencia.
Obstáculos al comercio de insumos y equipos médicos
Los países latinoamericanos están experimentando tres grandes barreras comerciales que les impiden enfrentar la crisis sanitaria con la efectividad y contundencia necesaria.
Primero, desde que se inició la pandemia ha habido un rápido aumento de la demanda global de bienes médicos necesarios para enfrentarla, lo que ha generado escasez mundial de algunos elementos esenciales para acelerar el diagnóstico de la enfermedad y su tratamiento.[1]
Segundo, 90 países han implementado algún tipo de medida restrictiva a las exportaciones de insumos y equipos médicos, medicinas, mascarillas y otros bienes necesarios para atender la pandemia.[2] Estados Unidos, China y Europa, que representan casi el 70% de las importaciones de estos bienes por parte de los países de ALC, han impuesto restricciones a las exportaciones de insumos y equipamiento médico.
Si bien estas medidas son anunciadas como temporales y están cobijadas bajo las reglas del comercio internacional por tratarse de situaciones de escasez médica en los territorios nacionales, generan enormes distorsiones en el mercado, que afectan de manera más profunda a los países pobres y vulnerables, y que además tienden a generar una cultura de retaliación justo cuando se hace más necesaria la cooperación internacional.
Respecto a las pruebas de diagnóstico, la gran mayoría de los países de ALC no las producen y no cuentan hoy con la tecnología especializada o los derechos de patente necesarios para la producción local, con lo cual en el corto plazo dependen del abastecimiento que los países productores decidan darles.
Si bien sólo India ha impuesto restricciones formales a las exportaciones de las pruebas de diagnóstico, la demanda nacional de estos productos en Estados Unidos, Europa, China y Corea, los principales países productores, así como otras medidas de tipo regulatorio adoptadas por China recientemente[3], hace que la oferta de pruebas esté altamente restringida. Esto limita la capacidad de nuestros países de aumentar con rapidez la detección de la población infectada para mitigar los riesgos de la reapertura.
Dado que ningún país en el mundo es autosuficiente en este tipo de productos, es clave eliminar este tipo de restricciones. Al mismo tiempo, es imperante que los países de la región actúen de manera colectiva -por ejemplo, utilizando sus propias iniciativas de integración regional – y tomen posiciones conjuntas y coordinadas para buscar hacer más equitativo el acceso a estos bienes.
Adicionalmente, las regulaciones sanitarias nacionales han generado barreras para la distribución de estos bienes ya que, en muchos países de ALC, los procedimientos para conseguir estas certificaciones de calidad sanitaria tienden a ser engorrosos y lentos. Urge simplificar estos procedimientos.
Cómo pueden respoder los gobiernos
Para hacer frente a esta situación, el Banco Interamericano de Desarrollo preparó el documento Del confinamiento a la reapertura: consideraciones estratégicas para el reinicio de las actividades en América Latina y el Caribe en el marco de la Covid-19. Estas incluyen las siguientes consideraciones de política pública en materia de comercio exterior e integración, cuyo objetivo es mantener el suministro de insumos claves para atender la pandemia y organizar la reapertura de la economía:
1. Fortalecer y profundizar las iniciativas de integración regional (Mercosur, la Alianza del Pacífico, SICA, CAN, CARICOM, PROSUR) y los acercamientos entre estos bloques comerciales para alcanzar acuerdos de cooperación para:
- Fortalecer las cadenas regionales de insumos médicos y alimentos;
- Realizar compras conjuntas de insumos médicos en el marco de la Organización Panamericana de Salud (OPS), especialmente para insumos de diagnóstico y para el personal de salud;
- Avanzar en acuerdos de reconocimiento de certificaciones de calidad tanto a nivel regional como global (se destacan CE Mark y FDA Approval[4]) para agilizar el abastecimiento de insumos y equipos médicos en los mercados nacionales;
- Promover acuerdos con los países desarrollados para acceder a los derechos de patentes de pruebas de diagnóstico, medicinas, vacunas, y otros equipos que les permitan desarrollar una producción local y regional de estos bienes.
2. Continuar la implementación de medidas para la eliminación de barreras tanto arancelarias como no arancelarias a la importación de productos, insumos, servicios médicos y del sector agropecuario para fortalecer los sistemas de salud y asegurar el abastecimiento de cadenas productivas.[5]
3. Eliminar las restricciones a las exportaciones de productos, insumos y servicios médicos que no sean absolutamente esenciales y reducir su temporalidad.
4. Implementar medidas de facilitación comercial para agilizar el despacho de mercancías y asegurar controles seguros y eficientes de las autoridades nacionales en los pasos fronterizos. Además de las mencionadas aquí, se destacan:
- Acelerar la implementación de las ventanillas únicas de comercio exterior (VUCE) y la interoperabilidad con socios comerciales claves para reducir los tiempos y costos de las operaciones de comercio exterior y avanzar hacia una operación cero papeles ;
- Aumentar y priorizar la certificación de empresas importadoras, exportadoras, agentes aduaneros, almacenistas y demás operadores económicos bajo los programas de Operador Económico Autorizado (OEA) para promover procesos de control seguros y expeditos.
- Desarrollar planes de contingencia y protocolos de seguridad con las aduanas y las demás entidades que participan en las operaciones de comercio exterior, incluyendo la suscripción de acuerdos conjuntos de emergencia entre países limítrofes.
5. Fortalecer las capacidades de la industria nacional y ofrecer incentivos para aumentar el abastecimiento de productos e insumos médicos a través de empresas locales, al mismo tiempo que se simplifican los procedimientos internos para obtener certificaciones sanitarias de productos necesarios para atender la pandemia y reabrir las economías.
Para más información, consulte el informe Del confinamiento a la reapertura: consideraciones estratégicas para el reinicio de las actividades en América Latina y el Caribe en el marco de la Covid-19
Mariela Rios dice
Excelente artículo. Muy preciso y claro