Ante la pandemia de COVID-19, que azota a toda la región, los líderes empresariales del continente agrupados en el Diálogo Empresarial de las Américas (ABD, por sus siglas en inglés) trabajan coordinadamente para acercar los recursos y capacidades del sector privado a los gobiernos para hacer frente a la emergencia sanitaria y económica.
Entre las respuestas de esta iniciativa —liderada por el sector privado y facilitada por el Banco Interamericano de Desarrollo— se encuentra la preparación y reciente entrega a los gobiernos del hemisferio de una serie de importantes recomendaciones de políticas públicas.
Éstas buscan, por un lado, asegurar que el sector privado pueda continuar suministrando con eficiencia los bienes y servicios más necesarios para enfrentar la crisis, como dispositivos médicos, medicamentos, alimentos, energía, servicios financieros y acceso a herramientas digitales de trabajo.
Por otro lado, aspiran a aliviar el impacto económico causado por la pandemia, incluyendo a través del apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) y la protección de las fuentes de empleo, y sentar las bases para una sólida recuperación económica.
Las recomendaciones fueron consensuadas por las más de 300 empresas y asociaciones del sector privado de la región que conforman el ADB a partir de las experiencias y desafíos que enfrentan en los mercados de la región, y se discutieron en profundidad en intercambios recientes y en una reunión virtual el 31 de marzo pasado en la que participaron más de 200 empresarios.
Las medidas, contenidas en el documento Recomendaciones de políticas para enfrentar la pandemia del coronavirus (COVID-19) y mitigar sus impactos, se dividen en dos categorías. En primera instancia, buscan responder a la pandemia al asegurar la continuidad de los negocios y preservar cadenas de suministro vitales, para lo cual ABD propone a los gobiernos:
- Definir de manera clara y completa la infraestructura, industrias, bienes, servicios y trabajadores esenciales para enfrentar el COVID-19. Esto incluye entablar consultas abiertas, transparentes y continuas con la industria para desarrollar estos lineamientos, así como buscar la armonización regional para minimizar la disrupción en las cadenas de suministro.
- Participar de una respuesta internacional coordinada y coherente, que a través de mecanismos multilaterales, regionales y multisectoriales aborde de manera colaborativa la actual crisis de salud pública y preserve la confianza en el sistema de comercio e inversiones.
- Cooperar entre sí y con la industria para proteger la cadena global de suministros médicos y de productos esenciales para enfrentar el COVID-19, y abstenerse de implementar restricciones a la exportación.
- Evitar el acopio excesivo de medicamentos y dispositivos médicos, ya que esto podría conducir a una escasez crítica en todo el mundo.
- Trabajar para asegurar que los flujos de comercio e inversión continúen sin interrupciones y proteger las cadenas globales y regionales de suministro, fundamentales para la entrega continua de bienes y servicios esenciales. Entre las medidas a adoptar, recomienda a los gobiernos reducir o eliminar aranceles y remover barreras no arancelarias a productos esenciales para combatir la pandemia, junto con implementar medidas de facilitación del comercio que reduzcan los costos para su traslado y fomentar el uso del comercio electrónico.
- Implementar Buenas Prácticas Regulatorias (BPRs) y fortalecer la cooperación regulatoria para facilitar el comercio de bienes esenciales. El documento sugiere a los gobiernos, entre otras medidas, eliminar requisitos regulatorios innecesarios y adoptar estándares internacionales.
- Acelerar la transformación digital para garantizar la continuidad de la administración pública y permitir el trabajo y las operaciones comerciales remotas, eliminando la dependencia del papel y promoviendo el uso de tecnologías digitales para las transacciones y procedimientos. Asimismo, adoptar medidas efectivas de ciberseguridad y privacidad, y asegurar el libre flujo de datos transfronterizos.
- Colaborar con el sector privado en la búsqueda de alternativas efectivas de vacunación y tratamiento contra el COVID-19.
- Explorar medidas para garantizar que el sector energético no se vea afectado por el aplazamiento de pagos de manera que, al proteger a los sectores más vulnerables y garantizar su acceso a servicios públicos básicos, no se generen problemas de liquidez que impacten la continuidad del negocio.
Asimismo, para mitigar los impactos económicos y fomentar una recuperación robusta y rápida ABD recomienda a los gobiernos:
- Aumentar las inversiones en salud como estrategia para el crecimiento y la recuperación económica.
- Implementar medidas de política fiscal a corto y mediano plazo para apoyar la actividad económica, incluyendo el despliegue de estímulos económicos, además de considerar aplazamientos en las declaraciones y pagos de impuestos.
- Esforzarse por asegurar que los mercados financieros permanezcan abiertos y que el capital siga fluyendo para permitir a las empresas mantener liquidez.
- Ayudar a proteger los empleos a través de la postergación o subsidio de las contribuciones a la seguridad social durante la crisis y la modernización de la legislación laboral y los sistemas de seguridad social.
- Proteger de manera activa a las MiPymes que puedan enfrentar problemas de liquidez resultantes de escasos ingresos. Considerar diferentes tipos de programas de financiamiento y garantía, junto con apoyos a la exportación y simplificación de trámites.
- Mantener los más altos estándares de ética, transparencia e integridad durante y después de la pandemia.
- Dar prioridad a la inversión en educación e investigación científica para ayudar a acelerar los hallazgos basados en la ciencia que aporten soluciones a ésta y futuras crisis mundiales.
ABD fue creado en 2014 para promover un diálogo público-privado sobre las prioridades, desafíos y oportunidades para el crecimiento económico y el desarrollo de las Américas. Es, asimismo, el mecanismo para la participación del sector privado en el proceso Cumbre de las Américas.
ABD está comprometido a trabajar con los gobiernos y el BID en la implementación de estas y otras políticas e iniciativas, con el objetivo de superar los importantes desafíos que presenta la emergencia del COVID-19 y que son compartidos por los países de nuestra región.
El BID, como facilitador de la iniciativa, ha prestado su apoyo a la elaboración y diseminación del documento, convencido de la importancia fundamental del trabajo conjunto entre los gobiernos y las empresas de nuestra región, más crítica que nunca ante este desafío.
Desde el Banco continuaremos apoyando actividades que permitan acercar en concreto a nuestros gobiernos los recursos y conocimientos del sector privado a través de ABD, para permitir la implementación de estas recomendaciones, así como fomentar una colaboración que contribuya a superar este escenario y fortalecer la cooperación público-privada para enfrentar los desafíos estructurales de los países de América Latina y el Caribe.
Para consultar y descargar el documento de las recomendaciones, visite este enlace.
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