La pandemia de la COVID-19 ha golpeado económicamente a América Latina y el Caribe. Debido a su extenso sector informal, débiles sistemas de salud y fuertes restricciones fiscales, la economía de la región ha sido más afectada que ninguna otra. Registró una caída del PIB del 7% durante el año pasado—la contracción más severa desde 1821. Pero a diferencia de las crisis anteriores en las que los problemas se originaron o se agravaron en el sector financiero, esta vez los mercados financieros han sido parte de la solución, un fenómeno muy potenciado por la aceleración de la digitalización y la inclusión financiera en el último año y medio.
Empresas de tecnología financiera, bancos, cooperativas y otras instituciones financieras, respondiendo al desafío, hicieron un gran esfuerzo para llegar a los ciudadanos no bancarizados. Los formuladores de políticas públicas proporcionaron la infraestructura y las políticas necesarias para, por un lado, bancarizar a millones de ciudadanos que estaban fuera del sistema financiero, y por el otro, destinar rápidamente los recursos a las empresas vulnerables. Se distribuyeron enormes cantidades de ayuda a través de plataformas digitales. Para citar un ejemplo, el Gobierno colombiano amplió los pagos de transferencia monetaria a más de 3 millones de hogares, el 70% de los cuales no estaban bancarizados anteriormente.
Mientras la región se enfrenta a los inmensos retos que supone la recuperación económica, se hace palpable la gran importancia de acelerar estos esfuerzos de digitalización e inclusión financiera, así como de reconstruir mejor. Es por ello que el Grupo BID estará lanzando una iniciativa de inclusión financiera, conocido como FINLAC, en aras de promover un mayor intercambio de conocimientos sobre datos de mercado actualizados, experimentos de política económica y transacciones de inversión exitosas, proyectos de asistencia técnica eficaces, modelos empresariales innovadores y asociaciones dinámicas. La idea es hacer de la inclusión financiera una parte clave de la transformación económica, tratándola no como parte de un nicho de mercado, sino como una extensión natural y característica de un sistema financiero moderno.
Estos esfuerzos por lograr una mayor digitalización e inclusión financiera serán cruciales para incorporar a la economía moderna a los más de 200 millones de ciudadanos de la región que carecen de acceso a servicios financieros. Dichos esfuerzos también podrían ayudar a suministrar capital a las microempresas y pequeñas empresas, que generan gran parte del empleo en la región, y permitirles beneficiarse de la integración en las cadenas de valor locales, regionales y mundiales mediante el acceso a la infraestructura de pagos electrónicos. De este modo, la transformación digital y la inclusión financiera de las pequeñas y medianas empresas, así como el empoderamiento económico de grupos tradicionalmente excluidos o desatendidos —un pilar fundamental de la Visión del Grupo BID para 2025— ayudarán a reformar y dinamizar las economías de la región.
El Grupo BID que ha fomentado la inclusión financiera a lo largo de sus 62 años de historia ahora se encuentra en un momento decisivo. La recuperación económica está creando una demanda mucho mayor de recursos financieros. Las nuevas tecnologías digitales están mostrando un enorme potencial para transformar el sector financiero y ampliar rápidamente su alcance, y los consumidores están adoptando cada vez más la digitalización en su vida cotidiana. Además, tanto la banca privada como los gobiernos han demostrado que están dispuestos a adoptar las nuevas tecnologías e incorporar a los grupos desatendidos al sistema financiero.
FINLAC promoverá estas causas, en primera instancia, tratando de garantizar que la inclusión financiera sea una prioridad absoluta para los sistemas financieros de la región y que se avance en el uso de los pagos digitales y en la creciente innovación digital en todas las economías de la región. Pero hay muchas ideas por explorar, por lo que estamos extendiendo una invitación a todos para que participen con ideas, comentarios y sugerencias.
América Latina y el Caribe se enfrenta a uno de los momentos más críticos de su historia tras la inmensa contracción económica y las alteraciones provocadas por la pandemia de COVID-19. El futuro de toda una generación está en juego. Ante esta situación, nos complace poder presentar FINLAC con la convicción de que un mayor conocimiento de la digitalización y la inclusión financiera podrá ayudar a rectificar la grave situación actual de la región y contribuir a brindar alivio a algunos de sus habitantes más vulnerables.
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