¿Se comportan las mujeres de manera diferente a los hombres a la hora de pagar sus impuestos? Diversos estudios realizados en todo el mundo revelan que las mujeres son más propensas que los hombres a pagar sus impuestos, probablemente debido a que son más adversas al riesgo y a que tienen una mayor moral tributaria (que es la motivación intrínseca para pagar impuestos). Si es así, las autoridades podrían ajustar sus estrategias para tomar en consideración el género a la hora de tratar con los contribuyentes morosos.
Este enfoque de género podría ser fundamental para América Latina y el Caribe donde la evasión de impuestos es extremadamente alta y existe una enorme necesidad de aumentar el cumplimiento del pago de impuestos como vía hacia una mejor provisión de bienes y servicios, unos presupuestos más saneados, y combatir la desigualdad.
En 2011, Lucio Castro y yo llevamos a cabo un experimento en el municipio de Junín en Argentina para ver si podíamos darles un empujoncito a los evasores de impuestos para que se pusieran al día con sus pagos. Probamos tres enfoques diferentes buscando animar a los morosos a pagar sus impuestos prediales o inmobiliarios: un mensaje enviado a los morosos en el que se hacía hincapié en las sanciones a disposición de las autoridades; otro mensaje en el que se describían las obras públicas que se han logrado realizar gracias a los impuestos, y un tercero en el que se hacía hincapié en la obligación moral de pagar los impuestos. El mensaje que implicaba sanciones (disuasión), resultó ser el más eficaz, alcanzando un éxito significativo al lograr un aumento del cumplimiento del 9%.
El género en el pago de los impuestos inmobiliarios
En un documento publicado en 2023, Andrea López-Luzuriaga y yo retomamos ese estudio para desglosar los resultados por género y utilizar datos de encuestas en esa misma población para intentar comprender la diferencia entre las motivaciones y los recursos de hombres y mujeres. Descubrimos que era más probable que las mujeres, en comparación con los hombres, pagaran sus impuestos. Y entre quienes cumplen regularmente con sus obligaciones tributarias, recibir el mensaje sobre las sanciones aumentó la probabilidad de que las mujeres pagaran antes, pero no así los hombres. Las cartas, al contrario de lo que esperábamos, afectaron más a los hombres en cuanto al cumplimiento general, es decir, el pago de los impuestos atrasados en la fecha límite de vencimiento.
Los datos de nuestra encuesta permiten comprender mejor estos interesantes resultados. Descubrimos que las mujeres cabeza de hogar eran más propensas que los hombres a preocuparse por las posibilidades de exigencia de cumplimiento por parte del gobierno de la ciudad, y, el efecto de la carta disuasoria sobre las mujeres aumentó de manera significativa el cumplimiento cuando el monto de la factura de impuestos que adeudaban era bajo. Pero a diferencia de los hombres, ese mayor efecto en las mujeres desaparecía a medida que el monto de la factura de impuestos aumentaba. Esto sugiere que la principal restricción para los hogares con mujeres cabeza de hogar es su escasez de recursos. Si analizamos una encuesta de hogares urbanos que incluía al municipio, descubrimos que los hogares encabezados por hombres tenían 13 puntos porcentuales más de probabilidades de tener ingresos estables. Los ingresos promedio de los hombres eran un 30% superiores.
El problema con los impuestos indirectos
Los resultados también apuntan a un posible problema con los gravámenes indirectos, como los impuestos inmobiliarios, que no dependen de los ingresos, un problema en América Latina y el Caribe donde los impuestos sobre la renta representan solamente el 10% de los ingresos públicos, frente al 25% aproximadamente en los países de la OCDE. Dada la escasa profundidad de los mercados de crédito y las limitadísimas opciones de financiamiento hipotecario, las personas con bajos ingresos pueden disponer de poca liquidez. Como consecuencia, pueden tener problemas para pagar sus impuestos prediales o inmobiliarios, un fenómeno especialmente relevante en el caso de las mujeres, dado que es menos probable que tengan ingresos fijos y sus ingresos globales son más bajos. De hecho, los impuestos prediales o inmobiliarios podrían aumentar la desigualdad de género después de impuestos.
En busca de soluciones
Las autoridades fiscales deben aplicar métodos de cumplimiento que sean, como mínimo, neutrales desde el punto de vista del género. Eso significa comprender las diferentes formas en que los distintos impuestos afectan a cada género y, en el caso de los impuestos prediales o inmobiliarios, vincular potencialmente esos impuestos de forma indirecta a los niveles de ingresos. Esto podría hacerse, por ejemplo, permitiendo a los hogares con bajos ingresos recibir un descuento en el impuesto inmobiliario o acceder a planes de pago diferenciados en función de sus ingresos.
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