América Latina y el Caribe atraviesa una crisis educativa. Aunque la cobertura en educación primaria ha aumentado y hoy es prácticamente universal, la tasa promedio de finalización de la educación secundaria es del 64%, frente al promedio de 79% en los países de la OCDE. Asimismo, apenas el 35% de los alumnos de 15 años en América Latina y el Caribe alcanzan un nivel mínimo en matemática, muy por detrás del promedio del 76% de los países de la OCDE, de acuerdo a datos del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) 2018.
Además, existen grandes desigualdades en las tasas de finalización de la educación secundaria y en el rendimiento académico entre estudiantes de altos y bajos ingresos. Y la pandemia de la COVID-19 ha agravado estos problemas estructurales. Debido a que en América Latina y el Caribe las escuelas han estado cerradas por más tiempo que en cualquier otra región del mundo, el proceso educativo se ha estancado, mientras que la ansiedad y la depresión entre los adolescentes se han incrementado.
El potencial de la digitalización
Todo esto requiere atención urgente y, como lo indica un reciente estudio del BID, la tecnología podría ayudar a los gobiernos a avanzar en esta dirección a bajo costo. El uso de la infraestructura digital existente, como computadoras y teléfonos móviles, junto con la formación docente en el uso de tecnología y la inversión en software podría marcar una enorme diferencia a la hora de enfrentar problemas educativos centrales, como la deserción escolar y los bajos niveles de aprendizaje.
Los impactos de estos esfuerzos, especialmente en los estudiantes de bajos ingresos, se verían potenciados si también se avanza en expandir el acceso a dispositivos digitales y a Internet de banda ancha en las escuelas.
El potencial de la digitalización puede verse en la capacidad que esta tiene para abordar el problema de millones de estudiantes que abandonan sus estudios antes de terminar la escuela secundaria. Está demostrado que la deserción de estos estudiantes reduce las posibilidades económicas durante la edad adulta y agrava otros problemas sociales, como las actividades delictivas y el embarazo adolescente. La buena noticia es que un innovador estudio implementado en República Dominicana a principios de la década de 2000 mostró que informar a los estudiantes acerca de los beneficios de la educación genera importantes reducciones en la deserción escolar.
Estos resultados motivaron a un grupo de investigadores a colaborar con el Ministerio de Educación de Perú en la implementación de un programa de tecnología a gran escala, el cual procuró informar a estudiantes de los beneficios de la educación. Para ello, en 2015 se enviaron DVDs a cientos de escuelas urbanas que incluían cuatro videos e instrucciones para los maestros, con el objetivo de informar a los estudiantes acerca de los beneficios sociales y económicos de la educación, así como sobre las posibilidades de obtener becas y los beneficios esperados de las distintas áreas de especialización universitaria.
Presentado en formato de telenovela y emitido durante el horario escolar a un costo por alumno adicional de US$0,05, el programa tuvo un efecto notable. La tasa de abandono escolar a dos años de los estudiantes en escuelas beneficiarias cayó de un 9,6% a un 7,8%. Y la intervención en zonas rurales, la cual involucró un único video de 30 minutos, resultó aún más eficaz, disminuyendo la tasa de abandono en un 50%. Cada año adicional de escolarización supone un aumento promedio del 10% en los salarios de los trabajadores en América Latina y el Caribe. Esto hace que estos resultados sean potencialmente transformadores, permitiendo a muchos niños ampliar sus futuras oportunidades profesionales y económicas. Según nuestras estimaciones, esta intervención podría cubrir a 1,6 millones de estudiantes en Perú a un costo de implementación de tan solo US$2,2 millones, y podría generar USD$1.100 millones en incremento de salarios futuros.
Intervenciones tecnológicas para mejorar el aprendizaje
La tecnología también puede complementar la labor de los maestros de modo de mejorar el proceso de aprendizaje e incrementar el rendimiento académico. Un ejemplo de este tipo de iniciativas es el programa “Conecta Ideas”, el cual ofreció 2 sesiones semanales de matemática de 90 minutos en laboratorios de computadoras a alumnos chilenos desfavorecidos de cuarto grado. El programa utilizó una plataforma en línea con ejercicios alineados al currículo nacional. Una de las sesiones semanales sustituía la enseñanza tradicional de matemática, mientras que la otra suponía tiempo adicional de instrucción en dicha asignatura. El programa también recurrió a la “gamificación”. Es decir, incorporó al proceso de enseñanza elementos de juego, como competencias individuales y por equipos, a fin de aumentar la motivación y el esfuerzo de los alumnos.
Al cabo de siete meses, el programa aceleró el aprendizaje de los alumnos participantes en un 50%. Estos avances en el aprendizaje son sustancialmente mayores que aquellos producidos por intervenciones más tradicionales, como la ampliación de la jornada escolar, la reducción del número de alumnos por clase o la formación docente. Y al igual que el programa en Perú, este programa resultó ser sumamente costo-efectivo.
La carrera hacia el futuro
El nivel educativo y de aprendizaje en América Latina ha sido históricamente bajo y desigual. Estos problemas se agravaron con la pandemia de la COVID-19. Actualmente, los gobiernos deben llevar adelante intervenciones a una escala sin precedentes en medio de importantes restricciones fiscales. Nuestra investigación revela que diferentes programas de tecnología en educación pueden generar grandes resultados a bajo costo mejorando el aprendizaje de los alumnos y reduciendo la deserción escolar. También muestra que el diseño de los programas es fundamental. Aquellos programas que invierten en cerrar las brechas digitales, expandiendo el acceso a dispositivos compartidos en las escuelas, proporcionan aún mayores beneficios para la sociedad. De igual manera lo hacen aquellos programas que proporcionan a los maestros apoyo personalizado por parte de capacitadores para mejorar sus habilidades digitales, con especial énfasis en los maestros de escuelas de bajo rendimiento.
Dada la crítica situación educativa que enfrenta América Latina y el Caribe con estudiantes que se están quedando muy rezagados, poniendo en riesgo no solo sus perspectivas personales sino las de sus sociedades, resulta crucial una respuesta política urgente y eficaz. Combinando enfoques de enseñanza y aprendizaje de alta calidad, así como intervenciones tecnológicas eficaces, la región podría recuperar el tiempo perdido y encontrar el camino hacia el progreso.
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