Si quieres encontrar un trabajo después de graduarse de la universidad, debes asegurarte de ser simpática. Al menos si eres una mujer que busca una carrera en un campo de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
Un nuevo estudio de Natasha Quadlin en Ohio State University revela que, para los hombres, ser competentes es el factor clave de contratación, pero para las mujeres es ser simpática. De hecho, un promedio de calificaciones (GPA) alto disminuye las probabilidades de las mujeres de obtener una entrevista de trabajo. Quadlin presentó 2.106 solicitudes para trabajos en varios sectores en los Estados Unidos, con diferentes combinaciones de GPA, género y carreras universitarias. Sorprendentemente, las mujeres con un GPA moderado tenían más probabilidades de ser llamadas para una entrevista que las mujeres con un GPA alto, particularmente en los campos STEM. Una encuesta de los empleadores reveló que se tienen diferentes estándares para hombres y mujeres, valorando la competencia en los hombres, pero la simpatía en las mujeres. Las mujeres de rendimiento alto con especialidades en STEM se consideraron menos agradables.
Como una STEMinista que ha dedicado mi carrera a promover la educación STEM de las niñas, los resultados son desalentadores. Durante décadas, en el sector educativo, nuestra estrategia para promover a las mujeres en STEM se ha centrado en aumentar su interés y logros en estos campos, incluidas las iniciativas que le presentan a las niñas modelos femeninos a seguir, mentores, tutorías y apoyo entre pares; así como la inclusión de mensajes positivos y la eliminación de estereotipos en libros de texto y currículos. Pero, si las mujeres no somos valoradas por nuestros logros sino por nuestra simpatía, es poco probable que estos esfuerzos cierren la brecha de género en los campos de STEM.
Desde que el artículo de Quadlin se publicó este año, me he estado preguntando cuáles son las implicaciones de política. Si el GPA alto y la simpatía afectan a las perspectivas de las mujeres de ingresar al mercado laboral STEM, seguramente la solución no puede ser dejar de promover el logro de la educación de las niñas en estos campos.
Sin duda, se necesita una variedad de respuestas políticas. El mundo de la música clásica puede proporcionar inspiración para las prácticas de contratación ciegas al género. Las orquestas sinfónicas fueron, durante siglos, una profesión masculina, ya que los constructos de género dictaban que las mujeres no debían tocar instrumentos fuertes o pesados. Se dice que Zubin Mehta, el director de la Orquesta Sinfónica de Los Ángeles de 1974 a 1978, argumentó “No creo que las mujeres deban estar en una orquesta”. En la década de 1970, las cinco mejores orquestas de los Estados Unidos tenía menos del 10% de mujeres. Hoy, más de un tercio de los músicos en estas orquestas son mujeres.
El cambio es sorprendente teniendo en cuenta la rotación extremadamente baja en las orquestas sinfónicas (de 4 a 6 nuevos empleados por año). ¿Cómo pasó esto? Desde mediados de la década de 1970, las orquestas cada vez más usaban pantallas, y alfombras para amortiguar los pasos de los talones, para así ocultar la identidad de los músicos durante las audiciones. Un estudio fascinante de la profesora de Harvard, Claudia Goldin y la profesora de Princeton, Cecilia Rouse sobre el sesgo sexual en las prácticas de contratación, mostró que el uso de la pantalla aumenta en un 50% la posibilidad de que una mujer avance para ciertas rondas de audición. El estudio atribuye una cuarta parte del aumento de las mujeres contratadas a las prácticas de contratación ciega al género.
Prácticas similares de contratación ciega al género en ocupaciones STEM podrían tomar la forma de departamentos de recursos humanos que eliminan nombres y asignan números de identificación a los CV y otros documentos de solicitud. Aunque es difícil lograr prácticas de contratación completamente ciegas al género para puestos de STEM ya que la mayoría de los empleadores desean entrevistar a los candidatos, el campo de juego podría nivelarse al menos hasta la etapa de selección para entrevista. Además de hacer que la primera fase del proceso de contratación sea ciega, esta práctica también podría reducir los sesgos raciales en las decisiones de llamadas para entrevistas.
El fallecido crítico de música Alan Rich dijo una vez que “en estos días hay muchas razones para no entrar en la música como carrera, pero ser mujer no es una de ellas”. Tampoco ser mujer debe ser una razón para optar por una carrera STEM. Esperemos que las orquestas sinfónicas puedan liderar el camino para que las compañías de STEM den el primer paso hacia prácticas de contratación neutrales con respecto al género.
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