Facundo Manes, internacionalmente reconocido neurocientífico y neurólogo argentino, es PhD en Sciences de Cambridge University y ha dedicado gran parte de su trayectoria a descifrar los secretos del cerebro, actividad que sigue desarrollando como investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Creó y desarrolló el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) y el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. Es profesor de neurología y neurociencias cognitivas de la Universidad Favaloro, presidente de la International Frontotemporal Dementia Society y consultor del Cognition and Brain Sciences Unit del Medical Research Council de la Universidad de Cambridge (Inglaterra). El Dr. Manes es además un reconocido conferencista internacional, autor de 10 libros y más de 250 contribuciones científicas publicadas oen las revistas más prestigiosas de su especialidad, personaje de la vida pública, y es un invitado especial en nuestra serie de blogs sobre el desarrollo de #habilidades21 en América Latina y el Caribe.
La pandemia del COVID-19 ha obligado a cerrar escuelas y suspender clases presenciales. Millones de niños, niñas y adolescentes en edad escolar alrededor del mundo vieron interrumpidas o trastocadas sus rutinas cotidianas y las circunstancias nos han obligado a maniobrar rápidamente para poder dar respuesta a un derecho esencial que no puede darse el lujo de cerrar: la educación.
Las desigualdades que azotan a la región latinoamericana tienen, por supuesto, un correlato en lo educativo y esto se ve hoy agravado por las dificultades de acceso a la tecnología y a la conectividad para poder sostener las nuevas rutinas de “presencialidad digital” en las aulas virtuales.
Todo parece indicar que nos encaminamos a un modelo de enseñanza híbrida que combine lo presencial con las alternativas digitales, tomando lo mejor de ambos mundos. El contexto nos obliga a superar el miedo a la “deshumanización” ya que solo sería un riesgo si pensáramos en reemplazar completamente las aulas con inteligencias artificiales o dispositivos tecnológicos. Las capacidades humanas son y seguirán siendo irremplazables, pero las tecnologías son una enorme ventana de oportunidades para aprender y compartir nuestro aprendizaje.
Hoy más que nunca resulta evidente la necesidad de mejorar la alfabetización digital de toda la población no solo para educar y educarse sino también porque hoy hace la diferencia entre poder o no contar con atención médica a distancia, operar en las bancas online, realizar trámites de forma remota.
Nuestro cerebro está adaptándose permanentemente al contexto, cambiando, generando miles de conexiones nuevas. Es un órgano plástico y se modifica con cada nuevo aprendizaje, hasta el último día de nuestra vida. Por eso, tenemos que aprender cosas nuevas siempre. Todos debemos de alguna manera “volver a la escuela”. Aprender protege al cerebro y es además inspirador: la curiosidad y la motivación por seguir aprendiendo no pueden imponerse por la fuerza, pero sí pueden contagiarse con el ejemplo.
Hace tiempo venimos hablando acerca de cómo estamos transitando una nueva revolución industrial, aún más arrolladora que las anteriores ya que no solo trasformará lo que hacemos sino lo que somos. Se trata de la fusión de esferas entre lo físico, lo digital y lo biológico. Estos son algunos ejemplos de los que ya somos testigos: interface cerebro-computadora, avances en la biotecnología, robots invencibles para diversos retos, autos que se manejan solos, drones que controlan extensas tierras sembradas y recolectan información para trabajar sobre ellas. Así, la inteligencia artificial, la medicina digital, las impresoras 3D, la nanotecnología, la energía renovable y la realidad virtual forman parte de las tareas cotidianas de infinidad de personas.
La combinación de esta nueva revolución industrial y el contexto post-pandemia acelerarán los cambios en las habilidades que son consideradas fundamentales para adaptarse a los cambios. Esto nos plantea enormes desafíos a nivel educativo y laboral, especialmente para los jóvenes. Necesitamos acompañarlos a adquirir habilidades para conseguir y desarrollarse en empleos que todavía no se han creado, ya que las nuevas tecnologías también generarán nuevas formas de trabajo. Muchas de estas habilidades son ya imprescindibles en la actualidad mientras que otras van ganando terreno.
Este panorama no debe desalentarnos, sino más bien impulsarnos a pensar los cambios urgentes que necesitamos en los procesos de formación de las personas y las comunidades. Por ejemplo, el conocimiento enciclopédico y las memorias prodigiosas dejarán lugar a nuevas habilidades ya que hoy, como nunca antes en la historia, la información está más disponible y accesible. Por el contrario, los trabajos del futuro, para los que tenemos que prepararnos hoy sin más demora, valorarán nuestra resiliencia y nuestra capacidad de adaptarnos a contextos cambiantes junto con aquellas habilidades que nos hacen humanos, aquello que la tecnología no puede –y difícilmente pueda algún día- imitar o reemplazar y que nos permiten aprender y funcionar en distintos escenarios. Una de estas habilidades es la capacidad de resolver problemas complejos, es decir, encontrar respuestas novedosas a situaciones difíciles. Igualmente, la creatividad humana será esencial y, por eso, los roles que la requieran no podrán ser fácilmente reemplazados. Por ejemplo, la sensibilidad estética es una de estas: si bien la tecnología puede aportar mucho al mundo del arte, la emoción contenida en una obra literaria o musical no puede provenir más que de la experiencia humana. Otra de las habilidades imprescindibles será la capacidad de pensar críticamente, de observar y reflexionar. Además, poder tomar decisiones que tengan en cuenta las consecuencias a corto y a largo plazo de las acciones será sumamente valorado; así como la negociación, y con ella la flexibilidad cognitiva, es decir, la capacidad de adaptar nuestra conducta a escenarios cambiantes.
La intuición y el contacto entre las personas también será insustituible. Nuestro cerebro es un órgano social. En ese sentido, las habilidades emocionales y sociales son esenciales para la supervivencia y para el bienestar, y estas no pueden ser trasladas a un robot ni a una computadora. Las máquinas pueden ser “más inteligentes” que nosotros en muchos aspectos, pero nunca lo van a ser en habilidades como la compasión, en imaginar qué piensa el otro y en entender que ese otro piensa diferente a nosotros, en sentir la alegría o el dolor ajeno.
Por eso, la empatía, entender lo que los demás sienten y necesitan, continuará siendo una cualidad esencial. La inteligencia colectiva, la capacidad de manejar equipos y de interactuar con otras personas, de comprender cómo se sienten y qué es lo que saben los demás, será fundamental para los trabajos del siglo XXI. Por más información estadística que una máquina pueda procesar, es improbable que detecte líderes, lidie con personalidades complejas y ayude a crear vínculos entre los miembros de un equipo.
Por más exposición a pantallas que estemos experimentando, la compañía y el cuidado amoroso del prójimo seguirán siendo un deseo y una necesidad, por ende, aquellos con la capacidad de brindarlos serán personas sumamente valiosas. En este mismo sentido, las maestras y los maestros serán irremplazables y tienen que ejercer cada vez más ese rol primordial que es el de inspirar, motivar y formar a las próximas generaciones no solo en estas habilidades necesarias sino también en los valores esenciales para vivir en sociedad. Las computadoras no podrán sustituir el valor del vínculo y la interacción entre quienes aprenden y quienes enseñan porque existe un componente social y emocional muy fuerte ligado a cómo procesamos la información, a cómo memorizamos, a cómo aprendemos.
En un mundo basado en el conocimiento necesitamos preparar a nuestros chicos y nuestras chicas en las habilidades cognitivas para el siglo XXI. La transformación educativa necesita de estilos de enseñanza dinámicos y flexibles, que se ajusten a las necesidades y desafíos presentes y futuros. Desarrollar la capacidad de “aprender a aprender” y habilidades como la lecto-escritura y el pensamiento lógico matemático, la resolución de problemas junto al desarrollo de la creatividad, la empatía y la curiosidad, deben ser objetivos prioritarios en la agenda educativa. Mejorar la calidad y la relevancia de los contenidos y las estrategias educativas nos ayudará también a luchar contra la deserción escolar.
Pero no debemos descuidar el contexto. Necesitamos generar un contexto creativo en toda América Latina y el Caribe para lograr ser sociedades basadas en el conocimiento. Nuestro cerebro aprende fundamentalmente cuando algo nos motiva, nos inspira y nos parece un ejemplo. Necesitamos sociedades que valoren al conocimiento, al esfuerzo y a la perseverancia, con líderes dignos de ser ejemplos para nuestros jóvenes. La revolución educativa y, la decisión clara de invertir en educación, es básico para el desarrollo de la región. Pero, para que la educación sea exitosa, necesitamos personas bien nutridas desde el embarazo, sanas, creciendo en ambientes saludables, con adecuados estímulos cognitivos, sociales y emocionales, y con posibilidades de proyectar un futuro en un contexto en donde el conocimiento sea también sinónimo de movilidad social ascendente.
Es indiscutible que debemos repensar nuestro sistema educativo. A pesar del esfuerzo cotidiano de docentes, trabajadores y trabajadoras de la educación, la escuela actual no prepara a los y las estudiantes para un mundo dominado por las ideas, la creatividad y la innovación. Pero además, en América Latina, aún si lográramos el mejor sistema educativo del mundo, si no aseguramos las condiciones para que los chicos y las chicas efectivamente aprendan, seguiremos en problemas. Porque pensar la educación como la mayor herramienta para la lucha contra las desigualdades implica pensar mucho más allá. Para que en nuestra región se pueda enseñar y aprender es necesario lograr un mínimo indispensable de bienestar y equidad.
Debemos prepararnos ya para vivir en este nuevo mundo. En momentos difíciles como el que estamos atravesando la equidad y la innovación educativa no son opcionales y no debemos permitir que se transformen en un lujo: son la clave para avanzar en justicia social, romper los círculos viciosos de crisis tras crisis y encaminarnos hacia el desarrollo verdadero y sustentable. Los recursos cognitivos y emocionales que permiten hacer frente a nuevos y complejos desafíos y desarrollar el potencial de cada persona harán la diferencia entre las naciones que prosperen y las que no. Hoy tenemos la oportunidad histórica de decidir de qué lado queremos estar y hacerlo posible.
Manténgase en sintonía siguiendo nuestra serie de blogs sobre educación y #habilidades21 en tiempos del coronavirus. Encuentra la primera entrada de esta serie aquí. ¡Descarga el Futuro ya está aquí y mantente atento a nuestras novedades!
Silvia dice
Es un genio este hombre pongámonos a trabajar para ser valioso para nuestra juventud, Empatía es importante que hablemos y enseñar lo que es la empatía!!!
Maria Gloria Muñoz dice
Invalorables palabras con la autoridad del que hace. Gracias querido Dr. Manes. Saludos desde Mendoza Argentina
Carlos dice
Como siempre, Dr. Manes : información de fácil lectura. Si puedes leer entre líneas y eres proactivo verás en él al revelador de una nueva cosmovisión.
Martha dice
Excelente la información manejada en este artículo muy veraz .
Silvia dice
ME ENCANTO LA PROPUESTA DE FACUNDO ADEMAS SOY DOCENTE Y QUIERO ESE CAMBIO
Ana Figueira dice
Excelente trabajo
Marco Antonio Aquino Aguilar dice
Muy cierto la tecnología avanza a pasos agigantados aún no domino machine learning (I.A) y ya pronto por vislumbrarse la tecnologías “cuánticas” donde se romperán paradigmas, la encriptación cambiará, desaprender y aprendes otras ciencias y disciplinas, será el nuevo reto y la “resiliencia” será de los más aptos, de los que logremos aprovechar el cambio tecnológico y cultural.
Inés Aguerrondo dice
Encuentro esta nota muy interesante por todo lo que dice y sugiere. Me parece muy útil que el concepto “presencialidad virtual” se incluya en el vocabulario educativo para superar enfoques binarios, como la idea de lo “blended”, que opone lo presencial a lo virtual.. La fusión de esferas entre lo digital, lo físico y lo biológico que estamos presenciando más que una deshumanización augura una nueva humanización,.en la cual el aprendizaje permanente y a lo largo de toda la vida será un rasgo distintivo. Hoy sabemos que la plasticidad del cerebro lo permite, pero también sabemos que para que llegue a que esto esté vigente se requiere de un esfuerzo descomunal de reconversión de las estructuras sociales, de un acuerdo social muy amplio. y de un Estado que sea capaz de liderar una transformación que, a partir de los obsoletos sistemas escolares existentes, nos lleve al desarrollo de múltiples oportunidades de aprendizaje para todos. .
SHERLY GOMEZ dice
Me parece un buen articulo, que en lo personal me motivo y sobre todo me puso a pensar después de esta pandemia que estamos pasando a nivel mundial, América latina en principal mi país Perú dio un gran salto a la educación tecnológica sin querer por que dentro de sus ¨planes¨ era dentro de unos año; claro en estos momentos estamos aprendiendo desde cero sobre todo los docentes que no estaban preparados para la tecnología.
Pero me motivo por que nuestro futuro a dado un giro de 360, claro si nos preparamos y nos adaptamos para lo que sera mas adelante ya no seremos un país en subdesarrollo.
Mirta Susana Jardón dice
Totalmente de acuerdo con el artículo. EXCELENTE!!
Después de muchos años de dar clases en todos los niveles sé que será como.lo manifiesta el auto. Por tal motivo mucho me gustaría poder aportar mis conocimientos.. Dejo.mis datos personales.
Silvana dice
Muchas gracias por la información y su dedicación de lleno en este y varios temas, la educación digital vino para quedarse, esperemos tener el acompañamiento necesario,
Carolina dice
Muy interesante!… gracias
Rafaela dice
Muy interesante!!!
Eduardo dice
Estoy de acuerdo en cuanto a las necesidades educativas para enfrentar el siglo XXI. Creo que para acelerar el proceso Educativo el CGE debería. ser un ente apolítico independiente del gobierno de turno. Algo así como el cuarto Poder. Deberíamos modificar la Constitución Nacional.
Graciiela dice
Excelente nota. Como siempre Facundo Manes un gran Neurólogo; un gran maestro.
Sandra dice
En este nuevo marco de la educación del covid 19 los enfoques para desarrollar habilidades cognitiva necesita de estilos de enseñanza dinámicos y flexibles, que se ajusten a las necesidades y desafíos presentes y futuros. Desarrollar la capacidad de “aprender a aprender” dónde ayuda a buscar invocación en :
1) habilidades es la capacidad de resolver problemas complejos, es decir, encontrar respuestas novedosas a situaciones difíciles. Igualmente, la creatividad humana será esencial y, por eso, los roles que la requieran no podrán ser fácilmente reemplazados en el nuevo entorno del estudiante
2)Otra de las habilidades imprescindibles será la capacidad de pensar críticamente, de observar y reflexionar. Además, poder tomar decisiones que tengan en cuenta las consecuencias a corto y a largo plazo de las acciones será sumamente valorado; así como la negociación, y con ella la flexibilidad cognitiva, es decir, la capacidad de adaptar nuestra conducta a escenarios cambiantes.
3), la habilidad de la empatía, entender lo que los demás sienten y necesitan, continuará siendo una cualidad esencial. La inteligencia colectiva, la capacidad de manejar equipos y de interactuar con otras personas, de comprender cómo se sienten y qué es lo que saben los demás, será fundamental para los trabajos de identificar las distintas personalidades complejas y ayude a crear vínculos entre los miembros de un equipo en el aula virtual.
agustina dice
Buenos días! hemos leído el artículo y suscribimos 100%.
Somos una plataforma de educación digital basada en desafíos interactivos, que tiene a la interacción y a las emociones como pilares fundamentales. (go4clic.com)
Somos fervientes defensores del método aprender haciendo y esperamos poder sumar voluntades para acercarnos a un futuro mejor, con más ideas, con más solidaridad y sabiduría para afrontar lo que viene.
Muchos saludos y gracias
Agustina
Mariela Quiroga dice
No tengo más que admiración y aprobación profunda de todo lo dicho aquí. Gracias infinitas por compartir tanta sabiduría y buen decir!
Eduardo dice
Muy interesante. Recuerdo haber leído esto anteriormente en The Third Wave y Powershift de Alvin Toeffler así como en algunos trabajos de Isaac Asimov. Sería importante que los gobernantes leyeran esto y se pusieran a pensar que sociedad quieren.
Adolfo dice
Si bien me percato en gran parte de los principios y nociones que aqui se intentan poner de manifiesto, como un hecho consumado. Mi contacto con la Historia me sugiere que los cambios, los verdaderos cambios, vamos a llamarlo el proceso revolucionario que terminara imponiendo los cambios, lleva mucho mas tiempo que el que da la impresión este texto.
Es probable que las sociedades más avanzadas, como Israel, Japón, Dinamarca, Suecia…puedan disponer con mayor celeridad la puesta en marcha de un plan educativo que contemple la incorporación de varias de estas características, seguramente no, de todas.
La historia, suele depararnos sorpresas: la pandemia…otras que no lo son: hambre, desocupación, desarraigo, falta de vivienda y otras muchas. incorporación de todas estaa opciones al común de las sociedades dista mucho de alcanzase y las elitessolo toman lo que las aventaja.