De la medición a la acción: Usando los datos para mejorar el aprendizaje en el Caribe
Cada año, durante los últimos 40 años, miles de estudiantes del Caribe de habla inglesa se sientan en sus pupitres, nerviosos, a tomar una prueba que cambiará sus vidas. Estas evaluaciones son administradas por el Caribbean Examination Council (CXC). El Certificado de Educación Secundaria del CxC (CSEC – por sus siglas en inglés) se aplica al final de la educación secundaria obligatoria a aproximadamente 120.000 estudiantes de los países del Caribe de habla inglesa (actualmente, participan 16 territorios) con el propósito de medir el desempeño de los estudiantes. Los resultados del CSEC constituyen la principal credencial para continuar con estudios superiores o ingresar en el mercado laboral. Estas pruebas son de “implicancias altas” para los estudiantes individuales, porque su rendimiento determina su futuro. Lamentablemente, en muchos países, menos de la mitad de los que presentan el examen alcanzan tasas de aprobación satisfactorias en áreas clave como inglés y matemáticas.
Tanto los resultados de las pruebas como los promedios nacionales se devuelven a los Ministerios de Educación. Varios los publican, otros los discuten en las reuniones ministeriales y algunos envían los resultados a las escuelas. Sin embargo, rara vez se usan sistemáticamente para reflexionar sobre estudiantes y escuelas, o para identificar brechas de aprendizaje para que los maestros puedan realizar cambios en el proceso de enseñanza o de aprendizaje. En consecuencia, la mala noticia se repite año tras año. En palabras de un educador del Caribe: “no se engorda al puerco con tan solo pesarlo”.
La desconexión crítica trae como consecuencia la inacción o las acciones ineficaces
Entre el 28 y 29 de octubre de 2013, funcionarios públicos y estadísticos de los Ministerios de Educación de 14 países de la región se reunieron en un taller titulado: “Uso de datos para mejorar los resultados educativos en el Caribe”. El taller fue patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en colaboración con la Unidad de Gestión del Desarrollo Educativo (EDMU) de la Organización de Estados Caribeños del Este y CXC. Entre los ponentes, estuvieron tanto educadores que compartieron iniciativas actuales de sus propios países como expertos internacionales.
Fotos tomadas durante el taller por Marcellus Albertin, Jefe Education Development Management Unit, Organisation of Eastern Caribbean States
Los participantes del taller discutieron por qué los resultados de las evaluaciones nacionales o internacionales no se utilizan más a menudo para guiar la formación docente, la metodología de enseñanza, el currículo y las evaluaciones, y así mejorar lo que sucede en el aula. Los participantes identificaron desconexiones a nivel de sistema y escuela.
La mayoría de las iniciativas para mejorar el monitoreo y la evaluación se centran en la recolección de datos, mejoras en la confiabilidad y el desarrollo de sistemas para almacenar y reportar los datos. Sin embargo, muchas interrogantes clave a menudo no se abordan:
- ¿Existe una visión clara de qué hacer con los datos?
- ¿Existe la capacidad técnica e institucional suficiente en los ministerios y en las escuelas para analizar los datos y utilizarlos en el diseño de políticas y en la mejora de las prácticas en el aula?
- ¿Los protagonistas (directores y maestros) encuentran datos útiles? ¿Por qué o por qué no?
- ¿Qué se puede hacer para convertir los resultados de las evaluaciones de los estudiantes en herramientas útiles para cambiar las prácticas de la escuela y del salón de clase?
Estas preguntas no tienen respuestas sencillas. Les invitamos a que compartan sus ideas y a que permanezcan atentos a nuestra próxima entrada del blog para conocer más sobre buenas prácticas identificadas y puntos de vista intercambiados durante las discusiones.
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