El juego es crítico para promover el aprendizaje de los niños pequeños, sin importar su edad. Sin embargo, esa es sola una parte de la historia. Los beneficios de los programas de promoción de juego e interacciones efectivas se expanden a las familias de esos niños y las comunidades en las que están insertos. Dejan herramientas y capacidades instaladas.
Así lo explica Sara Guillén Montezuma, maestra comunitaria del programa “Cuidarte” en la comunidad de Kuerima en la Comarca Ngäbe Buglé en Panamá: “Hubo un cambio muy grande en los niños, pero también en sus familias. Mejoró su autoestima, perdieron el miedo, pudieron ellos estar más activos con los niños. Se fortaleció ese vínculo familiar en donde no se veía eso, donde la maestra no podía llegar a su casa y los recibía desde lejos”.
A través del programa, implementado por la organización Nutre Hogar como parte de la ejecución del Programa de Inclusión y Desarrollo Social financiado por el BID y liderado por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) de Panamá, maestras como Sara trabajan directamente en las comunidades, con las familias, para transmitirles técnicas de estimulación temprana, en un momento clave en el desarrollo infantil. Además, preparan a esos niños para su posterior incorporación al sistema educativo. A la fecha, 1,200 niños menores de 4 años de áreas rurales e indígenas de Panamá han recibido los beneficios de “Cuidarte” y su expansión a 7,000 niños iniciará en 2024 con la puesta en marcha de la segunda fase del Programa de Inclusión y Desarrollo Social. “Cuidarte” fue adaptado al contexto panameño del programa “Reach Up and Learn” cuya implementación en diversos países de la región ha mostrado resultados positivos a corto y largo plazo sobre el desarrollo cognitivo y de lenguaje, con efectos sostenidos en el largo plazo que se han traducido en incrementos salariales en la edad adulta.
En el contexto de la Asamblea Anual del BID en Panamá, Sara conversó con la comunicadora del BID Soledad Planes. A ellas se sumó también Vanessa Vicuña, directora de Nutre Hogar.
A continuación, puedes leer momentos destacados del diálogo que mantuvieron:
Soledad: Los primeros cinco años de vida en los niños son fundamentales, son una oportunidad única porque es el momento en donde el cerebro tiene mayor crecimiento. Entonces, tenemos que asegurarnos de que en esos años los niños reciban la estimulación, la educación y el cuidado adecuados. Pero ¿qué pasa cuando esos niños viven en zonas aisladas? Por ejemplo, en comunidades rurales o comunidades indígenas. Aquí es donde programas como “Cuidarte” cobran una importancia fundamental. Vanessa, ¿nos podrías contar sobre el programa “Cuidarte”?
Vanessa: “Cuidarte” consiste, además de la estimulación temprana, en llevarles salud, nutrición y acompañarlos en ese proceso. Pudiera parecer que ese derecho a la educación es algo muy normal. Sin embargo, para las comunidades indígenas y rurales es muy difícil, y a través del programa “Cuidarte” logramos que ese derecho fundamental en esos años tan importantes de la vida para los niños menores de cuatro años se pueda llevar. Maestras como Sara llevan esa educación casa a casa. Cada maestra indígena tiene a su cargo diez niños. Se encargan de llevar actividades de juego y lenguaje a la casa, se aseguran de que ese niño tenga la nutrición adecuada. Aparte, se preocupan de que la madre tenga todos los controles de salud al día y se encargan también de que el niño esté reconocido, que tenga su cédula al día, que tenga todos sus documentos al día, que sea ciudadano de este país y que todos los derechos se cumplan.
Soledad: Sara, ¿podrías contar cómo es tu día a día? ¿Qué actividades haces con los niños y con su familia?
Sara: Mi trabajo es llevarles el mensaje de cómo trabajar con sus niños mediante actividades como juegos y cantos. Esto también motiva a esas madres que aún no tenían esas oportunidades. Me siento muy feliz porque estoy segura de que esos niños, cuando vayan a una escuela primaria, no tengan problemas de incorporación y de aprendizaje.
Soledad: Vanessa, ¿qué impacto ha tenido el programa “Cuidarte” en sus beneficiarios?
Vanessa: El impacto no ha sido solo en los niños y en los hermanos. Cuando llegan las promotoras comunitarias al hogar impacta en toda la familia: en las madres, en los padres, en los abuelos. La familia entera cambia, se siente con esperanza, siente que en ese mar de necesidades que tienen nuestras comunidades indígenas hay una voz de aliento. Se empoderan, se sienten orgullosos de los logros de sus niños. En las comunidades veo mujeres empoderadas, líderes de su comunidad, que están dispuestas a seguir trabajando por la infancia. Entonces creo que hemos creado unas capacidades maravillosas en la Comarca Ngäbe.
Soledad: ¿Consideras que también este programa impactó en las promotoras, en las maestras comunitarias?
Vanessa: Las promotoras comunitarias son otras mujeres, son mujeres seguras de sí mismas, que te miran a los ojos, que se expresan. Cuando empezamos aquellas capacitaciones hace un año atrás, eran muy tímidas, muy temerosas de la tecnología. Hoy todas ellas manejan muy bien la tecnología para hacer reportes, se expresan muy bien. Realmente hemos creado capacidad en las comunidades. Hoy en día, en Nutre Hogar nos sentimos complacidas de tenerlas a ellas parte de la organización y son comunidades más maduras. Queremos que existan muchas, muchas Saras.
Soledad: Una última pregunta que puede ser útil para madres, padres y cuidadores. Sara, ¿podrías dar algunos consejos para que puedan estimular a sus niños en sus casas?
Sara: Les digo a esos papás y esas mamás que se involucren en las actividades que esos niños realizan, que orienten a su niño. Mamá y papá, les animo a que motiven, que sigan hacia adelante, que esos niños que tienen serán unos niños seguros que van a ir más a la escuela. Tenemos esa oportunidad.
Puedes ver la conversación completa sobre el programa “Cuidarte” aquí:
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Interesante, gracias.