Esta publicación apareció originalmente en el blog Evidence for Action de UNICEF el 22 de julio de 2021.
Hace unas semanas, después de su último día de jardín de infantes, mi hijo quiso mostrarme su portfolio. Maravillándome con la encantadora colección de dibujos, artesanías, fotos y notas de sus maestros, no podía creer lo afortunados que fuimos por el hecho de que él haya podido experimentar un año completo de jardín de infantes a pesar del COVID-19.
A finales del verano pasado nos mudamos a Florencia, Italia, por mi trabajo como investigadora en UNICEF Innocenti; desde entonces, hemos estado bajo cierto grado de restricciones para contener la propagación del COVID-19. Los jardines de infantes, sin embargo, se han mantenido en su mayoría abiertos.
Mis sobrinos, que tienen la misma edad pero viven en una de tantas ciudades alrededor del mundo donde las escuelas pre-primarias han estado cerradas durante el último año y medio, no han tenido la misma suerte. Han probado distintos programas de jardín de infantes online con resultados mixtos y tuvieron entre muy poca y ninguna interacción con niños de la misma edad.
Este contraste refleja lo que estuvo ocurriendo alrededor del mundo. Un estudio de 143 países encontró que, en 2020, en los países de altos ingresos los estudiantes de pre-primaria perdieron menos días de enseñanza que los estudiantes mayores, mientras que en los países de ingresos medios o bajos ocurrió lo contrario.
Un nuevo documento de investigación de UNICEF Innocenti, “No es demasiado tarde para actuar en educación temprana”, que escribí junto con colegas de UNICEF y del Banco Interamericano de Desarrollo, examina el impacto en costos de estos cierres, cómo están respondiendo los países y qué puede hacerse para apoyar a este grupo de niños pequeños mientras se preparan para comenzar la escuela primaria.
A continuación presentamos algunos de los puntos principales del documento.
1. El costo de los cierres de escuelas pre-primarias es significativo…
Los niños de escuelas pre-primarias en países de ingresos bajos y medios perdieron en promedio 106 días de enseñanza en 2020, más que los días perdidos en escuelas primarias y secundarias.
Un amplio conjunto de investigaciones nos dice que la calidad de la educación de primera infancia puede tener un impacto tanto de corto como de largo plazo en el futuro de los niños – en sus resultados escolares y más allá. Millones de niños han perdido y están perdiendo esta oportunidad debido a los cierres por el COVID-19.
En los países de ingresos bajos y medios, los estudiantes de pre-primaria perdieron en promedio 106 días de enseñanza presencial en 2020, más que los otros niveles de enseñanza.
Un amplio conjunto de investigaciones nos dice que la calidad de la educación de primera infancia puede tener un impacto tanto de corto como de largo plazo en el futuro de los niños – en sus resultados escolares y más allá. Millones de niños han perdido y están perdiendo esta oportunidad debido a los cierres por COVID-19.
Construyendo sobre trabajo previo realizado en el Banco Interamericano de Desarrollo, el informe estima que los días perdidos de escuela pre-primaria pueden costar globalmente por lo menos $1,6 billones en ingresos futuros.
Los niños en países de ingresos medios serán, probablemente, los más afectados porque son quienes, como mis sobrinos, enfrentaron cierres más largos. En promedio, el impacto de los cierres de escuelas pre-primarias en 2020 equivale a más del 2,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) de los países de ingresos medios, o casi dos tercios del gasto público promedio en educación dentro de este grupo. En comparación, el impacto en países de ingresos altos y bajos se estima en alrededor del 1 por ciento del PBI en promedio.
2. … pero la educación pre-primaria muchas veces es dejada de lado de las respuestas al COVID-19
Aunque perdieron más días de enseñanza presencial que estudiantes mayores, los de pre-primaria en países de ingresos bajos y medios muchas veces fueron dejados de lado en las respuestas de sus países al COVID-19.
En 2020, fue menos probable que los estudiantes más pequeños accedieran a enseñanza a distancia durante los cierres. Cuando las escuelas reabrieron, fue menos probable que ellos regresaran a la enseñanza presencial. También fue menos probable que los países evaluaran las pérdidas de aprendizaje e introdujeran medidas de apoyo remedial en este nivel.
En países de ingresos bajos y medios es menos probable que los estudiantes de pre-primaria puedan aprender remotamente durante cierres de escuelas y que reciban apoyo después de reaperturas.
Y mientras que muchos países informaron un mayor gasto total para el sector educación, era menos probable que esto fuera el caso para el sub-sector de pre-primaria. Es importante destacar aquí el bajo punto inicial del gasto para este nivel: más de un tercio de los países invertía menos del 2 por ciento de sus presupuestos de educación en educación pre-primaria. El gasto de donantes en este sub-sector es también bajo y propenso a la volatilidad.
3. No es demasiado tarde para apoyar a los niños que se perdieron la enseñanza pre-primaria
Una reciente declaración conjunta por UNICEF y UNESCO abogó porque las escuelas fueran lo último en cerrar y lo primero en reabrir.
El informe se hace eco de este llamado, subrayando el alto costo de la falta de acción y del grado limitado de participación de los estudiantes de pre-primaria en actividades de continuidad de aprendizaje mientras las escuelas están cerradas.
Su primera recomendación: priorizar la reapertura de las escuelas pre-primarias, para que menos niños se pierdan importantes experiencias de aprendizaje temprano.
No será suficiente tan solo reabrir las puertas de las escuelas. Los niños que se perdieron oportunidades de aprendizaje de pre-primaria no están comenzando la escuela en igualdad de condiciones con quienes los precedieron. Responder a esta brecha en los primeros años de escolarización será más fácil y más barato para los sistemas educativos, antes de que esos niños se mantengan rezagados o se atrasen aún más.
El informe presenta lecciones clave de programas que han preparado exitosamente para la escuela a niños que se perdieron un programa completo de pre-primaria. Específicamente, estos son:
- programas acelerados (generalmente realizados en el período de vacaciones previo al comienzo de la primaria);
- programas puente (generalmente realizados antes o al comienzo de la escuela primaria);
- programas remediales en los primeros dos años de la escuela primaria.
El documento se refería a estos programas como “de transición” ya que muchas veces se usan mientras los países se preparan para o mientras hacen la transición hacia el acceso universal a la escuela pre-primaria. Un currículo acelerado puede informar el desarrollo de un currículo completo de pre-primaria y también puede ser aprovechado para responder a futuras crisis.
Las evaluaciones muestran que incluso programas de transición cortos y de bajo costo pueden ayudar para que los niños estén preparados para la escuela. Pueden ser liderados por maestros calificados o voluntarios, pero en cualquier caso es beneficioso que haya supervisión y apoyo o entrenamiento continuo para los educadores, lo que puede hacerse de manera conectada con sistemas existentes. Involucrar a las familias y a la comunidad local puede ayudar para alcanzar a los niños más vulnerables y apoyar la sostenibilidad del sistema.
Muchas familias alrededor del mundo compartirán el sentimiento de mi familia de que no podemos olvidarnos de los niños pequeños, como mis sobrinos, que se perdieron las oportunidades de aprendizaje de la pre-primaria debido al COVID-19. Afortunadamente, no es demasiado tarde ni imposible ayudarlos a ponerse al día.
* Se define a la educación pre-primaria como programas organizados de aprendizaje para niños desde los 3 años hasta el comienzo de la educación primaria.
Esta publicación apareció originalmente en el blog Evidence for Action de UNICEF el 22 de julio de 2021
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