Más del 40% de niños pequeños en países de bajos y medios ingresos pueden no alcanzar su potencial. ¿Qué solución implementar? Promover intervenciones para su desarrollo. Pero hay desafíos: escasa evidencia longitudinal de un mismo niño y su familia e indicadores confiables y buenos predictores de desempeño para niños menores de 3 años. En Bogotá, el Estudio Longitudinal de Desarrollo Infantil (ELDIB) ya ha estado midiendo y siguiendo el desarrollo de 1.330 niños de hogares de bajos y medios ingresos por más de diez años. Conoce en este blog los aprendizajes y lo que se viene para la nueva ronda de medición que iniciará este año.
La primera ronda del ELDIB se llevó a cabo en el 2011, cuando los niños tenían entre 6 y 42 meses de edad. Midió su desarrollo cognitivo y de lenguaje, entre muchas otras características de los niños y sus familias. La segunda ronda, midió nuevamente a 940 de estos niños, cuando tenían entre 6 y 8 años, y recogió información sobre su coeficiente intelectual, desempeño académico y trayectoria de educación inicial. En ambas rondas, se midió la calidad del ambiente de su hogar—esto es, el acceso a oportunidades de juego y aprendizaje para su estimulación psicosocial.
¿Qué aprendimos en la medición en desarrollo infantil en las dos primeras rondas?
Los resultados muestran:
- Brechas en el desarrollo cognitivo y de lenguaje a partir del primer año de vida entre niños de hogares en el 25% más pobre y el 25% más rico en la muestra, las cuales incrementan con la edad y resultan en un coeficiente intelectual y un desempeño escolar sustancialmente más bajo entre los 6 y 8 años (edad escolar).
- El nivel educativo de los padres y la calidad del ambiente del hogar durante la primera infancia y en edad escolar son los factores protectores que más contribuyen a la reducción de estas brechas en desarrollo, tanto en los primeros años de vida como a los 6-8 años. Estudiar en centros de educación primaria privados también contribuye al cierre de brechas. No obstante, el estatus nutricional (talla por la edad) del niño en la primera infancia no explica las brechas en desarrollo a los 6-8 años.
- Las pruebas que miden el desarrollo cognitivo y de lenguaje en la primera infancia presentaron mayor capacidad predictiva de desempeño y coeficiente intelectual futuro que las que miden el desarrollo motor y socioemocional. Esta capacidad predictiva aumenta con la edad de los niños.
- Pruebas más cortas y sencillas de administrar, como los inventarios de vocabulario MacArthur-Bates y el Indicador de Cuidado (Ambiente) Familiar (FCI) de UNICEF, tuvieron una capacidad para predecir el desempeño escolar y coeficiente intelectual entre los 6 y 8 años, tan buena como la del Bayley-III—una prueba muy completa para la medición del desarrollo infantil en la primera infancia, pero de administración mucho más compleja y costosa.
Se viene la tercera ronda del estudio, ¿qué buscamos encontrar en relación a las brechas de desarrollo?
¡Este año inicia la tercera ronda del estudio! En colaboración con la firma de datos bogotana Sistemas Especializados de Información (SEI), visitaremos los hogares de los mismos niños—ahora ya adolescentes de entre 12 y 16 años—y mediremos nuevamente su desempeño académico y habilidades cognitivas y socioemocionales, incluyendo aspectos de función ejecutiva como la resiliencia, el liderazgo o la autorregulación y control emocional.
Así, con esta nueva ronda, profundizaremos en la investigación sobre la evolución de las brechas en desarrollo desde los primeros años de vida hasta la adolescencia; los factores de riesgo y protectores, que las incrementan y reducen, respectivamente; y la validez predictiva de pruebas de desarrollo costo-efectivas durante la primera infancia ahora que los niños del estudio son adolescentes.
Esta información es crucial para el diseño de programas e intervenciones que promuevan el desarrollo infantil, que contribuyan a la reducción de desigualdades desde los primeros años de vida y que, de esta manera, mejoren el bienestar de niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad en América Latina y el Caribe.
Aprende más sobre la tercera ronda del Estudio Longitudinal de Bogotá:
¿Participaste en este estudio o en estudios similares de medición de brechas en desarrollo infantil en niños? ¿Quisieras volver a participar? Cuéntanos más en los comentarios o escribe a martarubio@iadb.org
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