En 2011, Ciudad Juárez, ciudad fronteriza mexicana dentro del estado de Chihuahua, tenía el récord no tan glorioso de ser la ciudad más violenta del mundo con base a su tasa de homicidios. Pero, ¿qué factores propiciaron esto? ¿Acaso existen factores urbanos o sociales que hayan desencadenado tal situación, o son los cárteles de la droga los únicos culpables?
Antes de responder a estas preguntas es importante aclarar que, aunque la tasa de homicidios no es el único indicador para medir el nivel de violencia en una ciudad determinada, éste es uno de los indicadores más relevantes al momento de medir la percepción de los ciudadanos sobre las tasas de criminalidad.
Imagen: Ciudad Juárez, tomada de Google Maps
Una vez dicho esto, es importante mencionar que la violencia y la delincuencia—así como los diferentes factores que las generan—no aparecieron por sí solos en Ciudad Juárez. Sus raíces, se remontan a la década de 1920, en la época de la prohibición del alcohol en los Estados Unidos. En ese momento, muchos ciudadanos norteamericanos cruzaban la frontera de El Paso para comprar alcohol e ir a las casas de apuesta, lo que ocasionó la creación de un mercado negro que ayudó a aumentar la violencia en las zonas fronterizas[1].
En vista de lo anterior, el argumento más sencillo de esgrimir es que los niveles de violencia de hoy en día son producto de la prohibición de las drogas en Estados Unidos y el aumento de las tasas de consumo en México. No obstante, el más reciente aumento de la violencia no se debió a la prohibición en el estado fronterizo, sino más bien fue consecuencia de una falta de planificación urbana. ¿Cómo pasó esto? A continuación, dos de los principales factores:
- Crecimiento de la población: La entrada en vigor del del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994 dio lugar a la aparición de un gran número de fábricas de textiles (maquiladoras) en Ciudad Juárez. De acuerdo con datos oficiales, entre 1990 y 1997, hubo un aumento del 57% en el número de personas empleadas en las maquiladoras en el estado de Chihuahua[2]. Estos datos coinciden con el resultado de Ciudad Juárez como la ciudad con el mayor aumento de la tasa de crecimiento promedio de la población en Chihuahua, entre 1990 y 2000, alcanzando el 4,35%, por encima de la media nacional del 1,85[3].
Trabajadoras de maquiladoras en Ciudad Juárez. Foto: www.larednoticias.com
- Servicios Sociales: Lamentablemente, el aumento en términos de población y puestos de trabajo no correspondió con el aumento de otras necesidades sociales, como escuelas. En este sentido, Juárez estaba por debajo del promedio estatal respecto al número de personas que asisten a la escuela[4], con sólo dos escuelas secundarias en el noroeste prestando servicio a 50 barrios[5]. Junto con este tema, hubo un aumento en la cantidad de hogares de madres solteras[6], que súbitamente se enfrentaron la crisis de los servicios sociales que no crecieron al mismo ritmo en el que se expandía la ciudad.
Estos factores fueron la mezcla perfecta que dio lugar a un aumento de la vulnerabilidad de un gran número de jóvenes que no tenían acceso ni a los servicios sociales ni el empleo, con lo que se incrementó su participación en las más de 950 bandas delictivas detectadas en 2010—principalmente en la parte noroeste de la ciudad—cuyos miembros tienen edades comprendidas entre los 13 y 20 años[7]. En otras palabras, esos jóvenes eran los mismos niños que crecieron dentro del entorno urbano mal planificado descrito anteriormente.
Con el fin de superar estos desafíos, las autoridades junto con la sociedad civil y el sector privado pusieron en práctica diferentes proyectos. Entre ellos, uno bajo la óptica de la prevención del delito mediante el diseño ambiental, que permitió la recuperación de los espacios públicos con altos índices de inseguridad para transformarlos en áreas sociales. Este proyecto permitió que la ciudad pudiera alcanzar importantes hitos, tales como el de pasar 29 meses sin un secuestro.
En este sentido, es importante destacar las asociaciones público-privadas que muchas veces dan sostenibilidad a los proyectos. Una de estas alianzas se está haciendo con el Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (FICOSEC), que presentó su proyecto durante la Semana de la Seguridad Ciudadana 2014, organizada por el BID y el Gobierno de México. Ahora, FICOSEC se encuentra implementando diversos proyectos tales como el mega mural Juárez Mágico, cuyo objetivo es recuperar espacios públicos e involucrar a las comunidades en sus colonias o barrios.
Propuesta para Juárez Mágico, a ser elaborada junto con la comunidad. Imagen cortesía de FICOSEC
A la luz de lo anterior, uno de los retos a los que se enfrentará la región es tener entornos urbanos bien preparados en las ciudades de más rápido crecimiento, tales como:
Tabla 1. Con información de City Mayors Statistics sitio: http://www.citymayors.com/
Ante este panorama, es necesario implementar una estrategia integral de planificación urbana que sea utilizada como un mecanismo de prevención del delito, junto con otras intervenciones para abordar los diferentes factores que desencadenan la violencia en las zonas metropolitana. Por lo tanto, la responsabilidad de contar con ciudades más seguras no solo recae en las instituciones de seguridad, sino también en otros departamentos transversales, como los relacionados con la planificación urbana.
Mauricio Bastien Olvera es maestro en Derecho Internacional Público por la Universidad de Leiden y Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuenta con estudios en la Universidad del Oeste de Sídney y en el Instituto de Formación Profesional de la ONU. Fue profesor invitado de la Maestría en Cooperación Internacional en el Instituto Mora y profesor titular de Desarme y Organismos Internacionales en la UNAM. Ha trabajado en la Secretaría de Relaciones Exteriores y en la Secretaría de Gobernación de México. Actualmente se desempeña como consultor del área de seguridad ciudadana del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington DC. Fue ganador del Premio de la Juventud 2015, otorgado por la Ciudad de México. En 2013, la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO de la SEP lo nombró Embajador Pro Cultura de Paz.
[1] Bender, S., Run for the Border: Vice and Virtue in U.S.-Mexico Border Crossings, NYU Press, 2012, p.94
[2] INEGI, Sistema Nacional de Cuentas, personal ocupado en la industria textil en el Estado de Chihuahua.Última actualización Febrero 23, 2010. Consultado: Marzo 21, 2016. En línea: http://www.inegi.org.mx/
[3] INEGI, Chihuahua: Perfil Sociodemográfico, 2003.
[4] Ibidem
[5] Secretaría de Gobernación, Modelo Juarez de participación ciudadana en materia de seguridad, México, 2014, p.11
[6] INEGI, Encuesta Nacional de la dinámica demográfica Chihuahua, 1997.
[7] Villalpando, R., Al menos 950 pandillas operan en Ciudad Juárez, advierte edil. La Jornada, En línea: http://www.jornada.unam.mx/2011/07/13/estados/035n1est Julio 13, 2011. Consultada: Marzo 22, 2016.
Alain Jordà dice
El autor hace una buena descripción de la situación de Juárez. Cabría añadir que la política urbanística de la administración local promoviendo “fraccionamientos” (conjuntos de miles de viviendas unifamiliares en ínfimas condiciones muy alejadas del núcleo urbano y sin ningún servicio mínimo (por ejemplo, saneamiento, transporte público o escuelas) , ha creado una ciudad sin alma en la que nadie se siente partícipe de la misma. No hay identidad de ciudad y eso facilita, sin ninguna duda, el que cada cual intente resolver sus necesidades de forma individual. La alta proporción de población flotante que llega a Juárez para entrar en EEUU viene a ser un nuevo factor que agrava la situación.
Gonzalo dice
No hay que ser muy listo para notar que los barrios que crecen sin control son luego un criadero de delincuencia, son barrios más difíciles de controlar para las policías (con muchos escondites, recovecos, casas sin registrar) y como bien decís les faltan todos los servicios conocidos como Sector servicios o también llamado sector terciario que son transportes, colegios, ambulatorios/hospitales sanitarios y al ser zonas de casas bajas (chabolistas) les faltan tiendas suficientes para dar empleo y prosperidad al barrio que convierten estos barrios en zonas abandonadas casi guetos donde la única forma de sobrevivir para muchos es la delincuencia que no necesita de una tienda legal.
Julian dice
Interesante articulo, he llegado leyendo sobre la industria textil y su impacto.