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Las ciudades de América Latina y el Caribe (ALC) son espacios de contrastes y desigualdad. Recientemente hemos explicado cómo el lugar de residencia dentro de una ciudad puede afectar a las posibilidades de encontrar un empleo, o de tener un mayor éxito en los estudios. En el blog de hoy, que forma parte de una serie sobre Ciudades Saludables, intentaremos dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿por qué las personas son más saludables en algunas ciudades o vecindarios que en otras?
¿Por qué las personas son más saludables en algunos lugares que en otros?
Las desigualdades en salud causadas por el lugar de residencia están presentes en toda la región, tanto entre ciudades como dentro de ellas.
Un reciente estudio encontró, en una muestra de 286 ciudades de ALC, que el 57% de la variación en las tasas de mortalidad infantil podría atribuirse a las diferencias existentes en el urbanismo entre esos municipios. Asimismo, los resultados de salud también pueden variar significativamente entre los vecindarios de una misma ciudad.
Existen varios factores que explican por qué algunas personas son más saludables que otras en base a factores espaciales de su lugar de residencia. A continuación, abordamos cinco de ellos:
1. Ubicación del lugar de residencia:
El entorno natural en el que se ubican las ciudades afecta a las condiciones de salud. Por ejemplo, las temperaturas y los niveles de precipitación, por ejemplo, pueden influir en la vulnerabilidad de un lugar a las enfermedades tropicales. También la ubicación de una ciudad afecta a su exposición a los desastres naturales, lo que a su vez puede tener efectos negativos en la salud pública.
2. La infraestructura de agua:
Diversas investigaciones han comprobado que, en ALC, así como en otros países del mundo, el acceso al agua potable reduce la mortalidad infantil.
3. Saneamiento y eliminación de residuos:
El acceso al alcantarillado también puede disminuir la mortalidad infantil, pero cuando la construcción de dichos proyectos se deja incompleta, pueden tener el efecto contrario.
4. Transporte público
Los proyectos de transporte público pueden tener también importantes beneficios para la salud al reducir la contaminación del aire y promover estilos de vida saludables.
5. Acceso a la atención médica:
Un estudio realizado en cuatro grandes ciudades de América Latina encontró que, mientras que en Montevideo el 82% de los encuestados informó haber obtenido una cita médica en la misma semana, en Santiago y Buenos Aires esa tasa fue del 67%, y en São Paulo fue del 59%. Estas diferencias se correlacionan con variaciones en el acceso al seguro de salud, pero también es importante la conectividad física a los centros de atención médica y a los lugares que promueven estilos de vida saludables. La mortalidad tiende a ser mayor en los barrios más alejados de los médicos y hospitales. Igualmente, tener acceso a parques y otros espacios recreativos puede mejorar la salud cardiovascular.
¿Existe alguna correlación entre el emplazamiento y las infecciones por COVID?
No cabe duda de que el COVID-19 ha sido y es uno de los principales problemas de salud pública en todo el mundo. Por ello, resulta necesario conocer hasta qué punto los factores espaciales de un barrio o una ciudad son determinantes para la infección de esta enfermedad.
Como ilustra el gráfico, la incidencia de casos de COVID-19 per cápita al final del primer año de la pandemia varió significativamente entre ciudades dentro del mismo país. En las ciudades brasileñas, por ejemplo, el 25 % de las ciudades más afectadas reportó alrededor de cuatro veces más casos per cápita que el 25 % inferior. También se pueden observar grandes diferencias entre vecindarios y al tomar como referencia otras medidas, como las muertes atribuidas a COVID-19.
Figura 2: Casos confirmados de COVID-19 por cada 100.000 personas durante el primer año de la pandemia en seis países de América Latina
Nota: Los casos acumulados per cápita están restringidos a 1.904 ciudades de ALC con una población mayor o igual a 10.000. Hay 240 observaciones de Argentina, 388 de Brasil, 615 de Colombia, 17 de Costa Rica, 463 de México y 182 de Perú. Los datos de COVID-19 se actualizan hasta la última fecha disponible por ciudad, revisada el 10 de febrero de 2021. La definición de ciudad no es necesariamente comparable entre países. Para cada país, la unidad de análisis respectiva es: municipios de Brasil, Colombia y México; departamentos para Argentina; cantones en Costa Rica; y distritos en Perú. Fuente, aquí.
Estos resultados reflejan, que la incidencia local de COVID-19 ha estado influida por el emplazamiento de los infectados. Estudios recientes muestran que, entre ciudades, las vulnerabilidades socioeconómicas explican las diferencias en el impacto de la pandemia, siendo más afectados los municipios con presencia de barrios marginales y el hacinamiento de viviendas.
La evidencia dentro de la ciudad también apunta en esta dirección. Por ejemplo, en el área metropolitana de Santiago, las inequidades en salud pre-COVID-19 han aumentado. Los analistas anticipan que, debido a estas disparidades, es probable que la pandemia empeore las desigualdades en la región.
Políticas públicas que reduzcan la brecha de salud espacial
Las disparidades espaciales en salud reflejan desigualdades estructurales más amplias en nuestras sociedades. Por ello, existe una oportunidad para que los formuladores de políticas las aborden, no solo a nivel nacional sino también a nivel local.
A la larga, es probable que los proyectos de agua y saneamiento en comunidades desatendidas tengan un impacto sustancial. Las inversiones en transporte público, además de sus beneficios económicos, pueden ayudar a reducir la contaminación, mejorar el acceso geográfico a la atención médica y promover un estilo de vida más saludable. Y hay muchas otras intervenciones de bajo costo que también pueden ayudar a reducir las brechas de salud espacial. Algunas de ellas son la construcción de infraestructura recreativa, o el uso de la zonificación para proteger a las comunidades vulnerables de los riesgos para la salud provenientes de las emisiones generadas por los vehículos y los peligros biológicos de la eliminación de desechos.
El BID, en su compromiso con el apoyo a las ciudades de la región, acaba de publicar la monografía “Ciudades Inclusivas: Ciudades Saludables para Todos”. En el punto 8.3 de esa monografía se puede encontrar un capítulo dedicado a abordar esta temática en detalle. Confiamos en que sirva para concienciar de la importancia de consolidar un urbanismo más justo y equitativo que tenga en cuenta la salud de los habitantes de ALC.
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