Las ciudades de América Latina han tenido que enfrentar los problemas de rápida urbanización y deterioro de la movilidad y de la calidad de vida con soluciones creativas, de bajo costo y alto impacto. Algunas de las iniciativas realizadas en nuestras ciudades se han convertido en ejemplo para el mundo.
Vimos en la entrega pasada de esta serie el desarrollo de sistemas de buses de transporte masivo (BRT) en Curitiba, Brasil, y su expansión al resto de la región y del mundo. En este blog nos referimos a otra idea nacida del ingenio y la recursividad de Latinoamérica, y que también ha tenido repercusión global. Se trata de las ciclovías recreativas, una alternativa para el esparcimiento y actividad física saludable para millones de personas en la región, y un activo disponible para todas las ciudades: las propias calles y avenidas de la ciudad, cerradas al tráfico vehicular y abiertas a ciclistas, patinadores, y a personas corriendo o caminando.
El origen de las ciclovías recreativas
Si bien muchos hogares latinoamericanos tienen bicicletas, principalmente como elemento recreativo y de actividad física moderada, las ciudades no cuentan con espacios adecuados para disfrutarlas de forma segura. Ante esta limitación, en 1974 activistas bogotanos convencieron al alcalde de entonces que cerrara algunas vías al tráfico de automóviles y buses los domingos para que la gente pudiera salir a pasear. La idea se convirtió en la “Ciclovía Dominical” que cumple ya cuarenta años en la capital de Colombia.
La Ciclovía Bogotana, que empezó con un pequeño tramo, hoy tiene 121 km. Cuenta con un operativo especial de logística con personal dedicado, voluntarios y policías para facilitar la seguridad, especialmente en las intersecciones, y brindar ayuda a los usuarios. Incluye también actividades recreativas, instructores de aeróbicos en parques y plazas, préstamo de bicicletas y hasta lecciones para aquellos que quieren aprender a usarlas.
Foto: Flickr
En 1995 las autoridades de Bogotá no estaban seguras de continuar la operación de la red de 50 kilómetros, pero el entonces Director de Recreación y Deporte, Guillermo Peñalosa, trabajó con el Alcalde de la Ciudad, Antanas Mockus, en un relanzamiento y ampliación. Se creó entonces un grupo permanente dentro de la administración de la ciudad, encargado de preparar y gestionar el evento cada Domingo y Festivo (72 veces por año) y se consiguieron apoyos del sector privado (principalmente para señalización y apoyo logístico). La Ciclovía renació y es difícil pensar que pueda eliminarse o reducirse.
La Ciclovía ayudó a despertar el interés de la bicicleta como medio de transporte cotidiano. Hoy en día más de 1.5 millones de personas la usan y es parte integral de la oferta recreativa y de actividad física saludable de Bogotá. Mediante campañas y construcción de una red de ciclo-rutas permanentes (hoy 376 km), se logró que la participación de la bicicleta aumentara de menos de 1% de los viajes en 1998 al 6% de los viajes en 2012.
La experiencia bogotana ha servido de inspiración a más de 100 ciudades en el mundo que la replican bajo distintos nombres: Ciclo-Recrovía en Santiago, Ciclopaseo en Quito, Paseo Dominical en México DF, Ciclo Ruta en Caguas, Paseos y Pedales en Guatemala, Sunday Streets en San Francisco y Nueva York, entre muchos otros. Llama la atención, por ejemplo, su reciente implantación en India, donde se celebra el “Raaghiri Day”—una iniciativa similar al “día sin carros”—en un suburbio de la capital (Gurgaon) y ahora en el centro de Nueva Delhi.
Parte de la fórmula para una vida saludable
Frente a las naturales dificultades de construir espacios abiertos en las densas ciudades de la región, la alternativa de cierre de tráfico vehicular en calles y avenidas de la ciudad se convierte no solo en una gran oportunidad de recreación para millones de personas, sino también en una actividad con beneficios de salud significativos:
– Las ciclovías recreativas son promocionadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como mecanismo para realizar la actividad física que todos necesitamos para llevar una vida saludable. El mapa de las Ciclovías Recreativas de las Américas, compilado por OPS incluye 80 ciudades en América Latina.
– La publicación del Journal of Urban Health indica los siguientes valores:
Ciudad- Programa |
Longitud |
Veces al Año |
Costo por Persona (Dólares) |
Relación Beneficio/Costo |
Bogotá Ciclovía | 121 km | 72 | $6.00 | 3.23 – 4.26 |
Guadalajara Vía RecreActiva | 25 km | 50 | $6.50 | 1.23 |
Medellín Ciclovía | 30 km | 158 | $23.40 | 1.83 |
San Francisco Sunday Streets | 50 km | 9 | $70.50 | 2.32 |
El beneficio estimado de las ciclovías recreativas en este estudio corresponde a ahorros en costos médicos directos, y la principal razón por la cual estos valores son mayores que los costos es la utilización de infraestructura que ya existe en la ciudad. El costo para los usuarios es bajo: no hay que pagar ingreso al gimnasio ni rentar equipo especializado. Además, los investigadores indican que los beneficios están subestimados, porque no incluyen temas como el bienestar de realizar actividades recreativas, desarrollo de capital social y la promoción de movilidad sostenible. (Lee más detalles sobre la publicación aquí.)
Esto no quiere decir que en la planificación de las ciudades no se contemple la adecuación de parques y espacios abiertos–ellos son fundamentales para la calidad de vida; pero sí significa un uso distinto de la infraestructura que ya disponen las ciudades. Y más importante, una gran oportunidad para promocionar estilos de vida saludables y transporte humano a pie y en bicicleta.
Darío Hidalgo es Director de Investigación y Práctica en el World Resources Institute, donde dirige el equipo internacional de la Red EMBARQ de ingenieros de transporte, especialistas en planificación urbana y los científicos ambientales. Este equipo está involucrado en proyectos de transporte y el desarrollo urbano sostenible en la India, México, Brasil, Turquía, la Región Andina y China. También coordina el Observatorio del Centro BRT-ALC de Excelencia.
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