Washington, D.C., es por lo general un lugar serio. En esta ciudad, una voltereta hacia atrás en el escenario es una rara ocurrencia. Así que me quedé muy sorprendido cuando uno de nuestros huéspedes hizo una de estas volteretas durante Idear Soluciones, el evento insignia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en innovación y creatividad en el 2015. Más sobre esto en breve.
Cualquier persona que viva en una ciudad en cualquier parte del mundo probablemente está acostumbrada a la presencia ubicua y necesaria de la policía de tránsito, aunque no siempre es bien acogida. Montevideo no es una excepción. La relación a menudo difícil entre los conductores y la policía hizo de @chanchosuy una de las cuentas de Twitter más populares de Uruguay en 2013. En efecto, muchos seguidores @chanchosuy utilizaban la cuenta para alertar a otros sobre policías de tránsito al acecho (o “chanchos”, como son popularmente conocidos en Uruguay). Pronto surgió una pequeña controversia: ¿pretendían estas alertas socavar la aplicación de las normas de tránsito? ¿O se trataba de revelar dónde se escondían los policías para poner multas en lugar de estar en sitios de alta necesidad?
Para Marcelo Wilkorwsky, el creador de @chanchosuy, esto no era una preocupación importante. Él tenía mayores ambiciones. Su éxito en Twitter derivó rápidamente en algo mucho más allá de informar sobre la presencia de la policía e incluso sobre la vigilancia del tránsito. Los ciudadanos estaban conectados entre sí para informar de lo que estaban observando en las calles. Pronto, incluso la prensa comenzó a usar la información para anunciar lo que pasaba en las calles en tiempo real. (¡Primero en saber, primero en informar!). El alboroto inicial estaba superado.
Inspirado por el éxito de @chanchosuy, Wilkorwsky, ahora con un socio, Rafael Cavestany, lanzó Oincs, una aplicación móvil destinada a fomentar la colaboración ciudadana para alertar a los seguidores de todo lo que ocurre en las calles. Inevitablemente, las comparaciones con Waze, la plataforma de colaboración para navegación y tránsito más grande, se dan. ¿Los usuarios de Montevideo necesitan otra aplicación de navegación? ¿Era esto simplemente otro spin-off de una plataforma existente que ya había logrado escala global y éxito?
Wilkorwsky y sus co-fundadores se movieron rápidamente para disipar tales nociones. En todo caso, afirman, Oincs complementa a Waze. La navegación vía GPS no era parte de las funcionalidades iniciales de Oincs. La principal motivación de esta aplicación uruguaya era más ambiciosa que la de únicamente proporcionar navegación, argumentaron: aspiraba a acercar a los ciudadanos entre sí y a ponerlos en contacto con los gobiernos locales, especialmente los funcionarios de la ciudad, con el fin de detectar y resolver problemas reales.
Decidieron probar su argumento incluso a medida que fueron logrando la escala y la sostenibilidad (el “Santo Grial” del emprendimiento dinámico) deseadas. Sabían que habían dado en un punto clave: en un mundo donde los gobiernos se enfrentan continuamente el reto de reinventarse a sí mismos con el fin de prestar servicios eficientes y rentables, obtener información y conocimiento a través de tecnologías de la comunicación se estaba convirtiendo en una necesidad. Y así es como le dieron una vuelta a Oincs: pasaron a ser una plataforma G2C (gobierno a ciudadano) dirigida a pequeñas y medianas ciudades. “Ciudades colaborativas” es como llaman a la plataforma.
Con las ciudades colaborativas, Oincs ahora aspira a proporcionar a las ciudades una aplicación adaptada a cada caso que permitirá a los ciudadanos y a los gobiernos dialogar en tiempo real acerca de los problemas de movilidad, seguridad y transparencia. También permitirá a los ciudadanos informar sobre asuntos de calidad de vida tales como la basura que no ha sido recolectada, baches o puntos peligrosos. Con estos datos, el objetivo principal de Oincs es ayudar a los gobiernos municipales a resolver o incluso anticiparse a los problemas, basado en patrones observados, contribuyendo así a mejorar la asignación de los siempre escasos recursos públicos. Muchas ciudades buscarán adaptar Oincs a sus necesidades específicas. Algunos establecerán una prioridad para la mejora de la movilidad, otros se focalizarán en la transparencia y otros en la seguridad y la calidad de vida.
Y ahora regresamos a la voltereta hacia atrás. En la foto que abre este post está Wilkorwsky sorprendiéndonos después de ganar uno de los premios en Idear Soluciones. Pero el truco real es la historia de Oincs en sí mismo: cómo se sobrepuso a una controversia de menor importancia para convertirse en una herramienta para mejorar las relaciones entre los gobiernos y los ciudadanos. Y, más aún, se trata de otro ejemplo sobre cómo nuestra gente está encontrando formas innovadoras de resolver los retos de desarrollo más acuciantes.
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Marcelo Cabrol es Gerente de la Oficina de Relaciones Externas del BID. Como experto en desarrollo internacional lidera y coordina la tarea de comunicación externa del Banco así como iniciativas de fomento de la cultura emprendedora y de innovadora en la región. Encabeza Idear Soluciones, un modelo que conecta pensamiento innovador y enfoques creativos para resolver los desafíos de desarrollo. Anteriormente se desempeñó como jefe de la División de Educación, función desde la cual redefinió la estrategia y las prioridades del Banco, formando alianzas con instituciones de diversos sectores y ampliando el alcance y la calidad de varios programas de educación en América Latina. Marcelo es licenciado en Economía y graduado de la Universidad de Georgetown (Máster y PhD ABD) en Políticas Públicas y Gobierno. También fue profesor adjunto en la Universidad de Georgetown y en la Universidad del Salvador (Argentina).
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