Todos lo hemos visto: en las estereotípicas telenovelas latinas las mujeres son histéricas, los hombres siempre son unos infieles y peor que morir en un “accidente” por tomar y manejar es terminar en silla de ruedas. Así que, en el BID, desde las divisiones de Transporte y Social decidimos usar estos mismos estereotipos para tumbar esos imaginarios y fomentar ciudades seguras y basadas en la inclusión.
La Agenda de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible de 2030 ha subrayado la importancia de abordar la seguridad vial, de manera particular en sus metas 3.6 y 11.2; respectivamente, buscando reducir en un 50% las muertes por lesiones de tránsito y proporcionando acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos.
Según la OMS (2018) en la región de las Américas cada año mueren más de 150,000 personas por lesiones causadas en el tránsito y más de 5 millones de lesionados (lo que equivale anualmente a cerca de 35 lesionados y personas con discapacidad por cada persona fallecida), lo que representa el 11% de las muertes por esta causa a nivel global. El 93% de estas lesiones fatales se producen en los países en desarrollo, mismas que además generan la perdida de entre el 1 y hasta el 5% de su PIB de estos países. Más de la mitad de las víctimas son peatones, ciclistas y motociclistas en zonas urbanas y las lesiones de tránsito son actualmente la principal causa de muerte de niños de entre 5 y 14 años y de adultos jóvenes de entre 15 y 29 años de edad; siendo además una de las principales causas de discapacidad adquirida.
Ante este panorama, la OPS/OMS (2011), con base en las resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud (WHA57/10 sobre Seguridad Vial y Salud; WHA58.23 sobre Discapacidad, incluidas la Prevención, el Tratamiento y la Rehabilitación), hace énfasis en las siguientes recomendaciones:
- Favorecer el establecimiento de políticas que permitan el registro de la información necesaria y aseguren la generación de indicadores para medir si las estrategias de seguridad vial están funcionando.
- Promover el cumplimiento y la vigilancia de la aplicación de leyes integrales de seguridad vial en la región.
- Llamar la atención de los gobiernos y de la sociedad en general sobre la inseguridad vial, sus costos económicos, sociales y humanos, y la responsabilidad que tienen los Estados de garantizar la vida y la integridad de los ciudadanos.
- Ubicar el tema de la seguridad vial como una prioridad de la salud pública, lo cual requeriría que se aseguraren los recursos humanos y financieros necesarios para llevar a la práctica las actividades intersectoriales en este tema.
- Posicionar el tema de la seguridad vial, como una política pública que deberá fortalecerse y ejecutarse en los países de la Región.
- Fortalecer la capacidad de los gobiernos para garantizar e impulsar la movilidad de una forma segura, equitativa, saludable y sustentable.
Es por esto, que resulta extremadamente importante mejorar la movilidad para TODOS y prevenir los siniestros, los tan llamados “accidentes” y las terribles consecuencias que provocan. Pero el costo de estas campañas de prevención no puede ser la dignidad de las personas con discapacidad. Es necesario romper estereotipos, porque durante décadas se nos ha hecho creer que los niños, los adultos mayores, y las personas con discapacidad son más vulnerables que los demás usuarios. La verdad, es que no son más vulnerables en sí mismos, sino que la falta de infraestructura vial y de sistemas de transporte seguros y accesibles los enfrenta con mayor frecuencia a barreras que dificultan su interacción social y laboral y que les expone ante un mayor riesgo de sufrir lesiones de tránsito severas o fatales, las cuales cabe destacar una vez más, son prevenibles.
Además, la discapacidad no debe de ser vista como un castigo o algo negativo.
Recordemos que la discapacidad no es algo que la gente tenga dentro de su cuerpo sino la interacción entre una deficiencia y barreras en el entorno. Hay una Convención de Naciones Unidas que define a la discapacidad de esa manera y le da un mandato a todos los países que la ratificaron para que eliminen esas barreras y hagan ciudades verdaderamente posibles para todos. Así, con diseño universal y venciendo las barreras arquitectónicas que causan la discapacidad, todos ganan:
- Tenemos menos exposición al riesgo,
- Menos siniestros de tránsito y
- Más personas con discapacidad contribuyendo a la sociedad.
Ecuador, ha hecho apuestas importantes en esta dirección. De acuerdo con el Capitulo Segundo de los principios Rectores y de Aplicación (Artículo 4 Principios fundamentales, 8. Accesibilidad)
“Se garantiza el acceso de las personas con discapacidad al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos sistemas y tecnologías de información y las comunicaciones , y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales: así como la eliminación de obstáculos que dificulten el goce y ejercicio los derechos de las personas con discapacidad, y se facilitará las condiciones necesarias para procurar el mayor grado de autonomía en sus vidas cotidianas” (Presidencia de la República de Ecuador, 2012). Es importante entonces que seamos conscientes de que la accesibilidad en los servicios como el transporte va más allá de la empatía, es una cuestión de dignidad, derechos y productividad.
Para continuar con la conversación, durante los días 19 y 20 de febrero 2020 en Estocolmo Suecia se llevará a cabo la Tercera Reunión Ministerial de Seguridad Vial (https://www.roadsafetysweden.com/), en la cual autoridades de alto nivel del mundo entero compartirán los resultados y lecciones aprendidas del Decenio de Acción para la Seguridad Vial (2010-2020), así como establecerán las directrices, metas e indicadores de la agenda para los próximos años. Esta es una excelente oportunidad para que autoridades de alto nivel no solo rindan cuentas, sino además propongan nuevas formas de entender e intervenir efectivamente sobre los conceptos de vulnerabilidad y movilidad segura.
Esa nueva forma de concebir la vulnerabilidad debería entender que los “vulnerables” somos todos los que estamos expuestos a mala infraestructura que nos expone a sufrir las consecuencias de los siniestros de tránsito. En ese nuevo paradigma de Sistemas Seguros, los “accidentes” son un concepto caducado debido a que no son fortuitos, divinos ni casuales, sino que aunque si bien son no-intencionales, son predecibles y prevenibles; y por último “movilidad segura” como la nueva forma de ver la seguridad vial, a través de la cual nos enfocamos en la persona y su necesidad de trasladarse sin que esto signifique enfrentarse a un riesgo que le pueda costar la vida.
Norberto Trapani dice
muy buena campaña felicitaciones y seguir trabajando y sumando voluntades la seguridad vial y la inclusión la hacemos entre todos !!