Los recursos naturales, la biodiversidad y los ecosistemas de la tierra en conjunto conforman el capital natural de nuestro planeta, que es la base del desarrollo socio-económico de las generaciones actuales y futuras. El capital natural genera servicios ecosistémicos que contribuyen de forma directa al bienestar humano y se clasifican en cuatro grupos:
Los servicios de aprovisionamiento son productos de los servicios ecosistémicos que incluyen alimentos, combustible y agua. Los servicios de regulación ayudan a hacer que el planeta sea habitable para los seres humanos, e incluyen la captura de carbono de los bosques y la moderación de eventos extremos como el papel de los manglares en la mitigación de las inundaciones y tormentas. Los servicios culturales y estéticos son los beneficios de recreación, turismo y beneficios espirituales que los seres humanos extraen de los espacios naturales. Por último, los servicios de apoyo permiten el funcionamiento de todos los servicios ecosistémicos e incluyen el aprovisionamiento de hábitat y de diversidad genética.
Todos estos servicios que ofrece la naturaleza, y que a menudo damos por sentado, se encuentran en distintas etapas de degradación y siguen en riesgo.
EL VALOR DE LA NATURALEZA ES A MENUDO INVISIBLE PARA LA SOCIEDAD
El problema fundamental es que los beneficios proporcionados por el capital natural siguen siendo invisibles para la sociedad, incluyendo a los políticos, lo que lleva a un uso y gestión inadecuada del medio ambiente.
¿Alguna vez has escuchado la frase :
“No se puede gestionar lo que no se mide”?
Esta es la idea central de las iniciativas en todo el mundo, iniciativas como Natural Capital Project y WAVES Partnership, cuyo objetivo es detener la degradación del capital natural, e incorporar la naturaleza en todas nuestras decisiones importantes. Mientras algunos podrían objetar la valoración económica del capital natural, argumentando que esto implica la mercantilización de la naturaleza, lo que es más importante es que contabilicemos la contribución de la naturaleza a la economía y cómo nuestras economías afectan la riqueza o las existencias y condiciones de este capital natural.
DESTACAR EL VALOR ECONÓMICO DE LA BIODIVERSIDAD Y LOS SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
La invisibilidad persistente de los bienes y servicios que nos otorga el capital natural, en gran parte, es debida a que los beneficios de los servicios ecosistémico y de la biodiversidad no han sido cuantificados históricamente con un valor monetario y cuantificarlos de este modo constituye todo un reto. Como resultado, el capital natural es a menudo infravalorado o ignorado en la toma de decisiones, lo que contribuye a una mayor pérdida de biodiversidad y, en última instancia, tiene consecuencias en el bienestar de los seres humano. Por ejemplo, históricamente los proyectos de infraestructura y desarrollo de carreteras se han llevado a cabo con poca o ninguna atención a los impactos a corto o largo plazo de estas actividades en los ecosistemas naturales y la biodiversidad.
Para asegurar el bienestar humano a largo plazo, los responsables políticos en todos los sectores económicos, como el transporte, la agricultura y la energía, deben reconocer los vínculos entre las actividades económicas y los ecosistemas. La importancia de integrar valores de capital natural se destacó en las estrategias y metas para el desarrollo y la biodiversidad mundial. Entre ellos se encuentran los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en preparación, y las Metas de Aichi.
NUEVOS MÉTODOS EMERGENTES PARA SUPERAR LA INVISIBILIDAD DE LA NATURALEZA
En los últimos años, se han hecho avances significativos hacia la cuantificación e incorporación del valor de los recursos naturales y los servicios ecosistémicos en la toma de decisiones. Las principales novedades son:
• La adopción del System of Environmental-Economic Accounting (SEEA) Central Framework
• El desarrollo de Experimental Ecosystem Accounting (EEA).
SEEA es la herramienta líder y primer estándar internacional de contabilidad de los bienes ambientales, de apoyo al análisis y política ambiental y la relación entre el medio ambiente y las actividades económicas y humanas. El SEEA se complementa con el nuevo enfoque de contabilidad aun en desarrollo de la EEA, además de los sectores específicos de SEEAs como el SEEA-Agua y SEEA- Energía.
Una aplicación práctica de la valoración del capital natural implicaría establecer dónde se puede proporcionar servicios ecosistémicos a un costo menor que las alternativas artificiales. Los servicios esenciales incluyen la regulación y purificación del agua, almacenamiento de carbono o el papel en la mitigación de inundaciones que proporcionan los bosques, y las zonas de cría de peces que proporcionan los manglares.
Las aplicaciones recientes de la contabilidad de los ecosistemas y la incorporación de los valores de capital natural se pueden observar en iniciativas como el TEEB’s Natural Capital Accounting, el Natural Capital Project, el Project for Ecosystem Services, y el WAVES partnership.
EL BID TAMBIÉN CONTRIBUYE AL DESARROLLO DE LA CONTABILIDAD DEL CAPITAL NATURAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La contabilidad del capital natural (NCA, por sus siglas en inglés) es un enfoque científico en ciernes, que está experimentando un significativo desarrollo y se está experimentando en todo el mundo. El BID se ha unido a este esfuerzo a través de diversos proyectos en América Latina y el Caribe. Estén atentos, seguiremos compartiendo más información sobre estas actividades en futuras entradas de este blog.
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