He recibido un montón de comentarios, preguntas, discusiones, e incluso un poco de debate en mi reciente entrada sobre población y el cambio climático. En este entrada, me gustaría profundizar un poco más sobre cómo la relación entre la población humana y la naturaleza ha evolucionado, sigue siendo controversial, y ofrece algunas pistas importantes para ayudarnos enfrentar al desafío que el cambio climático nos presenta.
En primer lugar, la preocupación sobre el impacto del crecimiento de la población en nuestro planeta data de al menos tres siglos atrás a los tiempos de Thomas Malthus, quien postuló que el crecimiento de la población estaba desfasado de las limitaciones que plantean la disponibilidad de los recursos naturales y la dinámica de las relaciones entre las personas (la competencia, los conflictos, las desigualdades). Sus predicciones, sobre todo que la población no sería capaz de crecer indefinidamente, fueron en gran medida imprecisas, ya que con el tiempo, estos resultados fueron eclipsados por los avances en la tecnología agrícola que han permitido tener más alimentos disponibles para una población en crecimiento, y por los avances en la medicina que han aumentado la expectativa de vida de los seres humanos. Y por los siguientes 250 años, vivimos en un mundo casi sin límites, con las predicciones y los análisis de Malthus prácticamente en el olvido.
Hace menos de cuatro décadas, el Club de Roma comisionó un estudio que se publicó bajo el título “Los Límites del Crecimiento” (Meadows et al. 1972). Este fue el primer esfuerzo serio después de las publicaciones de Malthus en el siglo 18 que analiza conjuntamente variables como la población, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y agotamiento de los recursos naturales. Las conclusiones de este estudio, particularmente que el mundo tal como lo estabamos viviendo no era sostenible y que un colapso podría ocurrir, fueron rechazadas rápidamente de nuevo (como las de Malthus). Curiosamente, un estudio reciente realizado por Turner (2008) encontró que cuando se comparan los resultados de Los Límites del Crecimiento con lo que realmente sucedió en los 30 años siguientes de su publicación, ¡esta comparación resultó ser muy favorable! Esto ha puesto de cabeza al mundo científico, ya que resulta que los trabajos de Malthus y el Club de Roma, rechazados e incluso ridiculizados, después de todo estaban en el camino correcto.
Desde mi perspectiva, lo que estos dos estudios tienen en común es que se transmitió un mensaje de un futuro sombrío en el que el colapso era un resultado muy probable. Cuando se habla de población, esta es una propuesta muy arriesgada, ya que muchos de nosotros no queremos admitir que estamos teniendo un impacto negativo en nuestro planeta (recuerden, muchos de nosotros seguimos en el jueguito de culpar a otros como responsables del cambio climático). He leído en detalle (y muchas veces) el libro de Malthus, Los Límites del Crecimiento, y el análisis retrospectivo de 30 años de Turner. Lo que puedo decirles es que estas investigaciones han sido mal interpretadas, y esto es verdaderamente penoso.
El verdadero logro de estas investigaciones pioneras (y audaces) fue colocar a la población humana en el centro del debate sobre la sostenibilidad, algo que en su mayor parte no se ha hecho en ningún otro estudio. Incluso hoy en día, en el debate sobre el cambio climático -quizás la manifestación más reciente de lo que Malthus estaba tratando de decirnos, pero tal vez no pudo encontrar las palabras adecuadas para hacerlo- se centra en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación al cambio climático. Pero les puedo decir que ni las medidas de mitigación ni los enfoques de adaptación al cambio climático propuestos hoy en día contienen una dosis suficiente de nosotros, ustedes y yo, la población humana.
Y aunque usted crea o no que el cambio climático es causado por la acción humana, vale la pena discutir seriamente, sin prejuicios ni rodeos, si el crecimiento de la población humana a la tasa que estamos viendo hoy en día puede ser sostenido por nuestros recursos, nuestras economías, y en última instancia, nuestro planeta. Incluso cuando tenemos en cuenta -sólo para no caer en los mismos “errores” de Malthus y el Club de Roma- que vamos a seguir avanzando en nuestra productividad económica, en nuestras tecnologías y políticas públicas, es fundamental que también tengamos en cuenta la variable de población como parte de nuestras opciones en el cambio climático y la sostenibilidad. Además, como mis co-autores y yo discutimos en esta reciente publicación, todavía tenemos que desentrañar la íntima relación entre los seres humanos y el clima, y esto sigue siendo un gran desafío que tenemos por delante desde los tiempos de Malthus, un tema aún por resolver en mi opinión.
Sin embargo, hay razones para ser optimistas. En entradas futuras, les comentaré algunas de estas razones basadas en investigaciones recientes, así que sigan atentos. Parafraseando uno de los comentarios recibidos en este blog (y el tema de la caricatura de arriba): por lo general pensamos acerca de la importancia de dejar un mejor planeta para nuestros hijos, tal vez deberíamos también pensar en dejar mejores hijos para nuestro planeta 🙂
Puede ver la versión de esta entrada en Inglés aquí.
jducci dice
oiga, segun esto es mejor no dejar hijos!!! o que otros no tengan hijos!!
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Nada de eso, ya he comentado antes (en mi entrada anterior) que el control de la natalidad es algo que no funciona. Sin embargo, ya hay indicios que en muchos países se ha reducido (sin controles) la tasa de natalidad. Lo que propongo entonces es entender bien las razones por las que esto ha sucedido en algunos países y en otros no. Pero ya me estoy adelantando a lo que voy a comentar en una entrada próxima muy pronto, así que dejo los detalles en suspenso por ahora. Gracias por el comentario!
Andres dice
Interesante este post Fernando.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Andrés, el tema es ciertamente interesante e importante! Seguiremos por esta vía con más información al respecto. Saludos y gracias por el comentario.
Jose dice
Señor jdicci, hay que ser optimistas!
Hector M. dice
Fernando,
el comportamiento reproductivo de la población responde a la realidad social y económica (aparte de los cambios en los valores, que en parte también responden a los cambios en la realidad social y económica). La fertilidad ha venido cayendo sostenidamente, y solo unos pocos países africanos pobrísimos siguen teniendo tasas globales de fertilidad (hijos por mujer) superiores a 4. Al superar los 10.000 dólares de ingreso per capita (en dólares de paridad de poder adquisitivo a precios de 2007, publicados por el Banco Mundial), la fertilidad de la inmensa mayoría de los países cae por debajo del nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer, necesarios para que cada pareja de padres sea reemplazada por una pareja de hijos adultos, una vez descontada la mortalidad en la infancia). Solo se exceptúan de esta regla algunos países totalmente atípicos, como por ejemplo Arabia Saudita y algunos otros países árabes petroleros (valores medievales con alto ingreso per capita muy concentrado) o Israel (donde los palestinos son pobres y tienen alta fertilidad, aunque el país tiene alto ingreso per capita, y los judíos tienen muchos hijos por mandato político y religioso a fin de no perder la mayoría demográfica).
Al aumentar el ingreso per capita por encima de 10.000 dólares PPP, la fertilidad cae, en promedio, a valores muy bajos en el rango de 1.2 a 1.5 hijos por mujer. Solo en los poquísimos países de más alto ingreso (los escandinavos y algunos países de Europa Occidental) se registra un pequeño aumento de la fertilidad aunque sin llegar al nivel de reemplazo.
Entre los países socios del BID, prácticamente ninguno tiene fertilidad muy alta. La tasa de crecimiento demográfico de A. Latina alcanzó un máximo (alrededor de 2.5% anual) en la década del sesenta, y viene bajando desde entonces hasta el 1.2% actual.
Las proyecciones de población de la ONU prevén que siga disminuyendo esa tasa de crecimiento, así como la fertilidad. Esas proyecciones son a mi juicio excesivamente conservadoras (suponen que la fertilidad se estabilizará en 1.85 hijos por mujer, algo que no tiene ningún fundamento), pero aun así la población del mundo alcanzaría un máximo después de 2050 y empezaría a disminuir. Esa es la “variante media” de la ONU. La “variante alta” mejor ni considerarla, pues supone que la fertilidad en todos los países aumente hasta estabilizarse en 2.35 hijos, algo totalmente improbable y contrario a todas las tendencias. La “variante baja” es más realista, pues supone una convergencia a 1.35 hijos por mujer, lo cual es más o menos correcto si se adoptan hipótesis muy conservadoras de crecimiento del ingreso per capita para las próximas décadas. En esta hipótesis la población comienza a declinar antes de 2050.
Los motivos son obvios: más ingreso y más educación, y modos de vida urbanos donde no es necesario tener una familia numerosa (como lo era en el mundo campesino, con alta mortalidad, necesidad de trabajo no calificado, y sin seguridad social para la ancianidad). A medida que aumenta el ingreso las mujeres valoran más su costo de oportunidad (porque es más alto el ingreso que dejan de percibir si tienen muchos hijos), disponen de mayor información para controlar su fertilidad, y tienen un status social en la familia y la sociedad que es favorable para ello.
En ingresos realmente muy altos (por encima de 45.000 dólares PPP a precios de 2007) aparecen otras tendencias (menos necesidad de que la esposa trabaje, debido al alto nivel de vida reinante, y por ende re-valoración de la maternidad), por lo cual en ese nivel aumenta un poco la natalidad, aunque muy moderadamente (a 1.8-2.0 hijos).
Si se supone que la tasa de crecimiento del PBI mundial en 2010-2050 sea la mitad de lo que fue en 1950-2010, y que en 2050-2100 sea a su vez la mitad del periodo anterior, la fertilidad mundial convergería a alrededor de 1.4%, aunque con diferencias según países (menos diferencias que ahora, pero con diferencias).
La “bomba de tiempo” demográfica ha sido, de hecho, desactivada, no por esterilización masiva sino por efecto del desarrollo económico y social (aunque en algunos países ha habido políticas más coercitivas, como la regla de “un solo hijo” que rige para la población URBANA de China; para la parte rural de China esa regla no existe).
Cualquier consideración del problema debe ser hecho sobre la base de estas tendencias y su probable evolución futura. Esa evolución está gobernada por los factores que han incidido en el pasado, esencialmente ingreso y educación, y particularmente educación de la mujer (que mejora más rápido que la educación general pues ellas parten de una situación más desfavorable).
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hola Hector, gracias por la información que presentas en el detalle que permiten estos espacios. Ya voy a bajar las dos referencias tuyas que mencionas, y a utilizarlas como insumo en nuestras investigaciones del momento. Saludos cordiales…
Hector M. dice
Sobre este tema y su conexión con el cambio climático, que llevaría un espacio demasiado extenso aquí, me permito remitirme a mi artículo recientemente publicado:
Hector Maletta, “El pan del futuro: Cambio climático, agricultura y alimentación en América Latina”. Debates en Sociología No.34, PCUP, Lima, Perú, cuyo texto está disponible en http://ssrn.com/abstract=1823645. Mi libro más extenso y detallado sobre ese tema, “Climate change, agriculture and food security in Latin America” (abstract en http://ssrn.com/abstract=1619395) aparecerá en Gran Bretaña el próximo mes de agosto y ya está anunciado en Amazon.com. En ambos trabajos el tema de la población está analizado ampliamente, incluyendo una discusión crítica sobre la forma en que la población y el ingreso han sido incorporados en los escenarios de cambio climático del IPCC.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hector, buen comentario de nuevo! Te comento que una de las tareas que me interesa es tratar de simular cómo estas tendencias tan interesantes que mencionas en la población han surgido y cambiado con el tiempo y como por ejemplo (de ser el caso) han interactuado estas tendencias con los cambios en la disponibilidad, calidad de los recursos naturales. Una respuesta probable es que estas tendencias se produzcan por cambios económicos y sociológicos (sin un impacto mayor por parte de los recursos naturales). Pero al menos en el caso de la economía, al ser esta influenciada por la disponibilidad/calidad de recursos naturales, es posible que haya una conexión. No te parece?
Hector M. dice
Mira Fernando,
obviamente el aumento enorme de la población durante la transición demográfica (desde la alta mortalidad y alta natalidad típica de las sociedades preindustriales, hasta la baja natalidad y baja mortalidad de las actuales sociedades industriales y post industriales) ha presionado sobre los recursos naturales. La mayor población, industrialización y urbanización, por ejemplo, implicó la reducción de los bosques europeos en un 90% entre 1600 y 2000. Del mismo modo desapareció casi completamente la “Mata Atlántica”, es decir el bosque costero brasileño.
Pero hay que notar dos cosas:
1. Solo una parte pequeña del crecimiento económico de los últimos dos siglos se explica por el aumento de población. Más del 90% se explica por el aumento del producto por habitante. Aun cuando la población hubiese seguido siendo la misma del año 1800, el PBI mundial sería ahora muchas veces más grande que entonces.
2. La mayor parte del crecimiento del producto mundial, a su vez, no se debe a un mayor uso de recursos, sino al aumento de la productividad por unidad de recurso (más PBI por cada tonelada de cereales o por cada barril de petróleo, o por cada Megavatio o Megajoule de energía).
Esto vale para la agricultura así como para otras ramas de producción. Por ejemplo, en América Latina en los últimos 50 años solo el 9% del crecimiento agropecuario se explica por el uso de más tierra en las explotaciones agropecuarias: la gran mayoría (91%) se explica por aumento de la producción por hectárea (debido a cambios en el uso de esa tierra, y a mejor tecnología de cultivos y de ganadería). Lo mismo ha pasado en otros continentes o en el mundo en general. Y lo mismo ha pasado en otros sectores económicos además de la agricultura: el PBI ha aumentado mucho más que el aumento en el uso de recursos (por ejemplo actualmente se usa mucho menos petróleo por cada dólar de PBI, que lo que ocurría en 1970 o en 1940). Ello se debe al desplazamiento de las industrias más intensivas en energía (basadas en la construcción y transporte de objetos físicos) a las industrias intensivas en información. Ello a su vez desplazó la demanda de mano de obra, desde la no-calificada, basada en la fuerza muscular, hacia la calificada, basada en el conocimiento (y que cuesta mucho producirla a través de la educación, de modo que requiere salarios más altos). Se pasó de la acumulación basada en el capital físico a la acumulación basada en el capital humano.
Esto no significa que la economía se independice de los recursos naturales (muchos de ellos siguen siendo escasos y críticos), sino que ellos no limitan mecánicamente el crecimiento. Hay límites, por supuesto, en cada uno de esos recursos, pero también hay una frontera tecnologica en constante avance, y hay nuevas tecnologías que ahorran en recursos escasos y que utilizan recursos que (por el momento) son más abundantes. Por ejemplo: no habrían alcanzado todos los bosques del mundo si los barcos se hubiesen seguido haciendo de madera, como se hacían hasta mediados del siglo 19, o si los vehículos se hubiesen seguido haciendo de madera como ocurrió hasta fines de ese siglo. Los barcos y carros metálicos permitieron ahorrar millones de toneladas de madera, que se reemplazó con el abundantísimo hierro de nuestro planeta, material que hemos usado solo en una porción infinitesimal.
Cualquier tendencia choca con límites si se la proyecta inmutable hacia el futuro. Si siguiéramos creciendo toda nuestra vida a la tasa que crecemos en el primer año de vida, terminaríamos midiendo muchos metros de altura, y nuestros huesos no podrían soportar el peso del cuerpo. Pero no ocurre así: hay mecanismos incorporados en nuestra biología para estabilizar nuestra estatura al final de la adolescencia, y para que la velocidad de crecimiento se desacelere sostenidamente desde el nacimiento hasta la adultez (salvo el transitorio “estirón” de la pubertad). En todos los procesos naturales, sociales y económicos existen estos “frenos y contrapesos”, o “checks and balances” como dice la Constitución de los EEUU. Por eso muchos anuncios de futuros catastróficos (basados en la extrapolación ingenua y simple, sin contrapesos) terminan por no cumplirse. Malthus nunca pensó que la agricultura podría aumentar su productividad por hectárea (y no un poquito sino en varios órdenes de magnitud), ni que la evolución social llevaría a una disminución espontánea de la fertilidad (mucho mayor que la disminución de la mortalidad). La gente del Club de Roma tampoco pensó en ello en los años 70. Y así en muchos otros casos. En 1916 Lenin escribió que el capitalismo había llegado al tope de su capacidad para desarrollar las fuerzas productivas y se había convertido en un sistema parasitario, justo en el momento en que se estaban inventando o introduciendo la aviación, la radio, los automóviles, la genética, y poco después la TV, la electrónica, la computación, y tantas otros adelantos del siglo 20, que seguramente no dejarán de ocurrir en el 21. Malthus, Lenin y el Club de Roma pertenecen a una larga fila de cultores del “pesimismo histórico”, generalmente desmentidos después por la realidad. Parafraseando a Marx, pero al revés, yo diría que “muchos pensadores han tratado de transformar el mundo, pero lo primero y más importante es entenderlo”. Si no entendemos como funciona, mal podríamos prever su evolución o intentar cambiarlo.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Hector por el comentario nuevamente. Te comento que me parece que ofreces una perspectiva bastante sobria, lo cual es bienvenido. Tambien pienso que estas interacciones que planteas entre cómo ha evolucionado la productividad económica con respecto a la tasa de población y los recursos naturales son muy interesantes. Más aún, creo que no entendemos (como tu dices) en detalle cómo han ido surgiendo y evolucionando estas interacciones, o cómo “funciona” el mundo. Esta es la tarea que yo pienso que tenemos por delante. El cambio climático es un ingrediente adicional que suma a la complejidad de estas interacciones.
Por cierto, te voy a enviar por email el reporte de Turner (2008); no sé si ya lo has visto. Estoy seguro que lo vas a hallar interesante, en el sentido de que algunas de las proyecciones hechas, como lo menciono en mi entrada, se han correspondido (razonablemente) con lo que ha sucedido 30 años después. Esto no desmerita algunas de las críticas que recibió Los Límites del Crecimiento, pero si pienso que el enfoque integrado tiene el mérito de capturar mejor el comportamiento no-lineal de estos sistemas complejos. Ojo, no las llamo “predicciones”, porque no considero que Malthus ni el Club de Roma ni nadie en realidad que haga ciencia pueda hacer predicciones, sino simulaciones y proyecciones. Las predicciones se las dejamos a nuestro amigo Horangel y los 12 del Signo 🙂
Hector M. dice
Fernando,
tienes razón en no llamarlas predicciones sino proyecciones. Pero eso no estuvo siempre en la mente de los autores. Malthus creía estar haciendo predicciones, y lo mismo el Club de Roma (así como varios otros “profetas del desastre” que han aparecido en las últimas décadas). Los “escenarios” usados para las proyecciones generalmente se interpretan como posibilidades reales, y muchas veces como las posibilidades más probables. En muchos casos, sin embargo, esos mismos escenarios involucran inconsistencias internas que hacen imposible su concreción. Un ejemplo es la ausencia de progreso técnico en Malthus (justo durante las enormes transformaciones técnicas de la Revolución Industrial). Otro ejemplo son, por ejemplo, los escenarios de cambio climático del IPCC, que por un lado suponen un fuerte aumento del ingreso pero al mismo tiempo mantienen una alta tasa de crecimiento poblacional: ambas cosas no pueden existir al mismo tiempo: aun cuando la economía crezca a la mitad o un tercio de las tasas previstas en los escenarios del IPC, ello llevaría a tasas demográficas mucho más bajas de las previstas; pero al mismo tiempo, si la economía creciera menos, no habría tanto cambio climático pues éste depende de las emisiones generadas por el desarrollo económico. Con el crecimiento económico supuesto en los escenaros del IPCC, los países más pobres acabarían el siglo 21 con ingresos per capita superiores a los de EEUU o Europa actualmente, y en ese caso naturalmente la población ya estaría decreciendo fuertemente desde muchas décadas antes. Agreguemos a eso que la distribución del ingreso mejora levemente con el desarrollo económico, así que no solo habría más ingreso, sino mayor participación en el ingreso, y un nivel educativo mucho más alto, en el decil o el quintil más bajos (que son los que tienen más fertilidad ahora, debido a bajos ingresos y poca educación). Las proyecciones en cuestión tienen así escasísima (o ninguna) posibilidad de concretarse en lo que respecta a población e ingresos.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Si, pienso que el mérito de los trabajos de Malthus y los del Club de Roma, no está en los resultados que obtuvieron, sino en las preguntas que se hicieron y en los debates que han provocado. En el caso de Malthus, es un poco anacrónico tratar de justificar (y menos juzgar) los juicios emitidos dado que han pasado 3 siglos! En el caso del Club de Roma, es importante reconocer que el mundo ha cambiado bastante en las últimas 4 décadas, pero sostengo que el enfoque utilizado (nuevamente, podemos seguir discutiendo la precisión de sus proyecciones) basado en modelos de simulación integrados fué pionero en su tiempo, y logró motivar toda una discusión que (yo pienso) nos puede permitir retomar una discusión de la sostenibilidad hacia el futuro.
Sandrine dice
Me parece muy acertado este artículo. Por razones muchas veces “morales” o religiosas, para decir las cosas como son, se ha abordado poco el tema de la natalidad.
Con nuestros modos de vida actuales, la huella ecológica del ser humano en ciertos países, y la aspiración de muchos otros al modo de vida occidental, comprometemos el futuro del planeta.
Me parecería adecuado que los organismos internacionales que pueden hacer presión fomenten políticas orientadas al control natal en todo el mundo.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hola Sandrine: gracias por tu comentario. Te respondo brevemente, ya que planeo cubrir el tema de las tasas de natalidad en una entrega próxima. El “control” per sé de la tasa de natalidad no ha funcionado excepto en situaciones de coerción como lo que ha sucedido en las zonas urbanas en China. Por diversas razones, y tu las mencionas bien, yo al menos no enarbolaría esa bandera dado que no va a funcionar. Sin embargo, en muchos países del mundo (y algunos de ellos en América Latina), se ha empezado a dar un descenso significativo y sostenido en las tasas de nacimiento por mujer, por razones cuya explicación no se ha dado satisfactoriamente. Muy pronto, cubriré este tema en más detalle, basado en investigaciones recientes y datos disponibles. Gracias de nuevo…
Manuel G. dice
Son muy interesantes sus aportes, simplemente quisiera agregar que además de la tasa de natalidad hay un factor a considerar y es la identificación de zonas vulnerables al cambio climatico, esto debido a que el crecimiento poblacional no planificado geograficamente se ha superpuesto a zonas altamente vulnerables (inundaciones, incendios, derrumbes)..me queda entonces como interrogante si es el cambio climatico el que afecta a las poblaciones, o son las poblaciones las que se encuentran generalmente sobre lugares “hot” donde se dan y seguiran dando con mayor egresividad los efectos..
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hola Manuel: gracias por el comentario. La respuesta a tu pregunta es que ambas cosas influyen entre sí. Por una parte, la población humana ha tenido una tendencia a ubicarse y concentrarse en zonas vulnerables (por ejemplo las costas, las llanuras de inundación en cuencas), y al modificar su entorno (por ejemplo, la urbanización), generan más vulnerabilidad al cambio y la variabilidad climática. Hay una relación de dependencia en la que los humanos afectamos al clima, y el clima de vuelta nos afecta a los humanos. Como dice la canción de Gloria Tañon: “así es la vida”…
Lesly Vela dice
En muchas ocasiones, nos preocupamos por el medio fisico que rodea solo en el plano de espacio, pero se nos olvida que cada accion es cosecuente en el medio en el que convivimos; siendo consecuentes con el punto de vista que entregas Fernando, me parece que el mensaje a dar, es que siendo mas razonables, teniendo una cultura de uso como un re-uso,llamados a dejar atras el consumo excesivo, en todas las facetas y consecuentes con las acciones que hacemos. Seremos entonces menos contaminantes en nuestro medio y aun mejor mas genios pro – activos en acción de re-generación. La sostenibilidad propia de una población, donde reproducir sea vista como un evento unico con el desarrollo para dejar una transcendencia de conocimientos utiles a la sociedad y no ser vista como un acto egoista, de tener por tener, solo con el placer de una felicidad efimera y no siendo vista como un objetivo con mision.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Hola Lesly, gracias por tu nota, y entiendo tu comentario. Comparto tu punto de vista, y pienso que el cambio climático nos ofrece una coyuntura histórica para “evolucionar” como seres humanos, según los lineamientos que planteas.
Miguel Rodríguez dice
Me gustó el artículo. Solamente me gustaría añadir que con bastante frecuencia escuchamos (y por qué no, también la usamos) la frase romántica de: “dejar un mundo mejor para las generaciones futuras”… y no nos damos cuenta que, de acuerdo a lo que plantean Malthus y el Club de Roma, nosotros somos la generación futura a la que se referían en el pasado, que ha heredado un planeta en deterioro (en términos físicos, para no entrar a un debate ético-moral, aunque es casi inevitable dentro de este mismo tema).
Pues bien, a pesar de haber llegado al mundo con cierta desventaja (por mencionar un ejemplo, un mundo más caliente – con todas sus consecuencias), hay que mirar hacia adelante, tomando en cuenta las lecciones del pasado. Algo como lo que comentó Fernando a Lesly en la más reciente entrada del blog, sobre la “evolución”.
Un abrazo afectuoso a todos desde La Paz, Bolivia.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias Miguel, por tu gentil comentario.
yanapak dice
Hola. la discusión es interesante pero, se desconoce la importancia del consumo en la problemática mundial. Arturo Escobar en “La invención del tercer mundo” Ed Norma. 1998., relata que: los países industrializados tienen el 26% de la población mundial y consumen el 81%de la energía, 87% del armamento. una persona de los EEUU consume tanta energía como 55 hindúes, 168 tanzanios y 900 napaleses. entonce,s lo que ocurre no es que la población crece y ese es el factor principal de la situación. El crecimiento del consumo es el problema. Y, eso está en los países enriquecidos. encaminar la situación hacia el número de hijos solo implica que los culpables son los países empobrecidos y no los enriquecidos.
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Correcto, y el detalle que acotas es muy importante. Desafortunadamente, la tendencia del consumo per cápita (o la “huella de carbono” per cápita) va en aumento en todos los países del mundo, obviamente en algunos países más que en otros. Y es algo que hay que considerar en el análisis definitivamente. Hay maneras de incorporar el consumo per cápita en modelos y otras herramientas que sirvan para hacer proyecciones y planificación a nivel de países y regiones del mundo. Gracias por hacer esta observación.
Yan dice
Cualquier aporte para el planeta es importante
Fernando Miralles-Wilhelm dice
Gracias, y completamente de acuerdo! Saludos…
Rosanna Rivero dice
Estaba revisitando el comentario de Manuel G.del 07 de julio, y me quede pensando en la multitud de factores que han influido historicamente en la distribucion geografica de las poblaciones en el mundo. Hay dos cosas inmediatas que me vienen a la mente, y estoy pensando particularmente en el caso de America Latina. Primero, la mayoria de las ciudades latinoamericanas se han desarrollado a lo largo de las costas, por razones de comercio y transporte desde la epoca de la colonia (comercio con Espana, POrtugal, Alemania, etc.) En el caso de Venezuela, algunas ciudades del interior tuvieron epocas de esplendor (antes de que el comercio a lo largo de los rios (e.g. Orinoco y Apure) disminuyera con la construccion de la red de vias en los 40 y 50… por supuesto hacia la costa. Este esquema de desarrollo se ha repetido en muchos paises de America Latina. En los 60 hubo dos grandes proyectos de desarrollo regional y construccion de nuevas ciudades en America Latina, que entre otras cosas, estaban destinados a promover el desarrollo en el “interior” del continente: Ciudad Guayana (Venezuela) y Brasilia. No me voy a extender en el exito o fracaso de estas ciudades (eso seria tema de un blog en si mismo), pero mi punto es que hay razones que van mas alla de lo geografico o fisico para entender el crecimiento de nuestras ciudades a lo largo de la costa, y por ende su vulnerabilidad antes los cambios climaticos. En otro blog seria interesante hablar acerca de los desarrollos “no planificados” en areas vulnerables… e.g. barrios, favelas, ranchos, etc. Alguien recuerda la tragedia de Vargas en Venezuela en 1999? A la final, que sector socioeconomico de la poblacion ocupa las areas mas vulnerables? Ese tambien seria tema de otro blog, sobre todo para aquellos que hacemos investigacion en las costas de Florida, donde podria haber un desplazamiento socio-economico de la poblacion en el largo plazo.
Retomando el comentario original de Manuel, yo si creo que “son las poblaciones las que se encuentran generalmente sobre lugares “hot” donde se dan y seguiran dando con mayor egresividad los efectos. Que nuestras necesidades se este revertiendo, y los efectos sean mas dramaticos a consequencia del cambio climatico afectando a las poblaciones, alli esta lo interesante de este tema.