El hidrógeno verde (H2V) tiene el potencial de cambiar las reglas del juego en la transición hacia una economía baja en carbono. Actualmente, se está posicionando como un actor clave debido a su versatilidad y sostenibilidad y por ser una alternativa prometedora para descarbonizar los sectores de “difícil reducción”, como la industria pesada, el transporte y la energía, que representan más del 50% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). El BID ha estado apoyando a América Latina y el Caribe en sus esfuerzos por promover hojas de ruta nacionales de H2V y crear condiciones de mercado favorables, ya que reconocemos que el H2V representa una tecnología que puede ayudar a la región a cumplir con sus compromisos de mitigación del cambio climático. Sin embargo, la producción, el almacenamiento y el transporte de hidrógeno verde no están exentos de riesgos e impactos sobre el medio ambiente y las personas.
¿Qué es el hidrógeno verde?
El hidrógeno se produce utilizando una fuente de energía para dividir el agua en sus dos moléculas, hidrógeno y oxígeno, mediante electrólisis. Se habla de hidrógeno “verde” cuando la energía utilizada para la electrólisis procede de fuentes renovables, como la eólica, la solar y la geotérmica. Este proceso suele ser libre de emisiones y ofrece una forma de almacenar energía renovable para su uso posterior. Actualmente, el H2V no puede licuarse de forma rentable. Por ello, el H2V puede combinarse con nitrógeno para producir amoníaco verde o con CO2 para generar metanol verde. Éstos se denominan vectores energéticos y pueden utilizarse como electrocombustibles para transporte, almacenamiento y/o para volver a convertirse en hidrógeno verde.
El hidrógeno verde y el MPAS
En un estudio recientemente publicado (“Environmental, Health, Safety, and Social Management of Green Hydrogen in Latin America and the Caribbean” – disponible en inglés), el BID y Anthesis Group analizan los principales riesgos, impactos y medidas de mitigación de las actividades relacionadas con el hidrógeno verde (p. ej., producción, transporte y almacenamiento de H2V y vectores energéticos asociados, incluyendo amoníaco y metanol), centrándose en una muestra de ocho países de América Latina y el Caribe que han dado pasos hacia el desarrollo de una cadena de valor de hidrógeno verde. El estudio resume y compara los marcos normativos pertinentes de los países de la muestra, así como las mejores prácticas internacionales en materia de gestión ambiental, sanitaria, de seguridad y social de la producción de hidrógeno, y analiza su posible relación con el Marco de Política Ambiental y Social (MPAS) del BID.
El estudio concluye que cuatro de las Normas de Desempeño Ambiental y Social (NDAS) del MPAS son especialmente relevantes para la cadena de valor del hidrógeno verde. También concluye que un aspecto crucial del proceso de desarrollo de una cadena de valor del hidrógeno verde es la identificación de los posibles emplazamientos de las instalaciones y sus posibles impactos acumulativos e indirectos, ya que el emplazamiento de las instalaciones puede desencadenar directamente varios riesgos e impactos adicionales abordados por otras normas de desempeño.
En esta entrada, exploramos los principales riesgos e impactos ambientales y sociales del hidrógeno verde y cómo el MPAS puede ayudar a mitigarlos.
NDAS 2: Trabajo y condiciones laborales
Uno de los riesgos más importantes asociados a la producción de hidrógeno verde es la salud y la seguridad en el trabajo, que se aborda en la NDAS 2. El hidrógeno es un gas altamente inflamable y, si no se manipula adecuadamente, puede suponer un riesgo importante para la seguridad de los trabajadores durante la producción, el transporte y el almacenamiento. El proceso de producción implica el funcionamiento de equipos de alta presión complejos y potencialmente perjudiciales y la manipulación de productos químicos peligrosos, lo que puede provocar accidentes y lesiones.
Los trabajadores también pueden estar expuestos a intensos campos electromagnéticos dentro del edificio del electrolizador, a toxinas (incluidos el metanol y el amoníaco) en las unidades de conversión y almacenamiento, y a superficies frías en las unidades de almacenamiento criogénico. Además, los trabajadores pueden estar expuestos a riesgos asociados al uso de fuentes de energía renovables, como el trabajo en alturas o en condiciones meteorológicas extremas. Asimismo, la producción de catalizadores implica el uso de elementos de tierras raras como el iridio, que pueden presentar riesgos laborales en la cadena de suministro primaria si no se obtienen de forma responsable.
La NDAS 2 exige a los prestatarios de proyectos que evalúen y gestionen los riesgos potenciales para la mano de obra y las condiciones de trabajo. Esto incluye la identificación de peligros potenciales, la evaluación de los riesgos asociados a cada peligro y la aplicación de medidas para minimizar o eliminar los riesgos. Los desarrolladores de proyectos también deben proporcionar formación y equipos de protección adecuados a los trabajadores y establecer planes de respuesta antes emergencias en caso de accidentes.
NDAS 3: Eficiencia en el uso de los recursos y prevención de la contaminación
Uno de los principales riesgos ambientales asociados al hidrógeno verde es la posible escasez de agua. La producción de H2V requiere una cantidad significativa de agua y, en algunas zonas donde el agua ya escasea, este aumento de la demanda podría agravar la escasez existente. Aunque el uso de agua desionizada producida por las plantas desalinizadoras puede reducir la demanda de agua dulce, genera la necesidad de verter una corriente de salmuera en las fuentes de agua y los suelos.
Además, la producción de amoníaco y metanol genera residuos y a menudo implica el uso de catalizadores y otros productos químicos que pueden ser tóxicos o nocivos para el medio ambiente, contaminando potencialmente las fuentes de agua y los suelos durante la producción y el transporte, si no se manipulan adecuadamente. En caso de vertidos continuos o fugas en cuerpos de agua, esto puede representar un peligro inmediato para la vida acuática, con las consiguientes repercusiones en los medios de subsistencia de las comunidades que dependen de ella.
La NDAS 3 exige que los prestatarios elaboren una evaluación exhaustiva de los riesgos que tenga en cuenta los impactos potenciales sobre el medio ambiente y desarrollen medidas adecuadas para evitar o minimizar el potencial de contaminación debido a materiales y sustancias peligrosas que pueda liberar el proyecto. La norma también exige la adopción de prácticas adecuadas de gestión de residuos y la aplicación de medidas para prevenir la contaminación y reducir el consumo de agua, y exige que los proyectos evalúen y gestionen los riesgos relacionados con el agua, incluyendo el impacto potencial de la producción de hidrógeno verde sobre los recursos hídricos.
NDAS 4: Salud y seguridad de la comunidad
Una de las principales preocupaciones entre las autoridades públicas y los ciudadanos en relación con el uso de hidrógeno verde es el riesgo que supone para la salud y la seguridad de la comunidad, que se aborda en la NDAS 4. El almacenamiento y el transporte de hidrógeno requieren el uso de contenedores y tuberías de alta presión, que pueden ser una amenaza para las comunidades cercanas en caso de fugas o explosiones. Los accidentes relacionados con el transporte de hidrógeno también pueden dar lugar a explosiones e incendios, que pueden causar daños tanto a las personas como al medio ambiente. Además, el hidrógeno verde producido utilizando energía eólica marina puede plantear riesgos para los hábitats costeros y marinos, que pueden proporcionar servicios ecosistémicos a las comunidades pesqueras locales. Por otra parte, si se utiliza la energía solar fotovoltaica para producir H2V es posible que se necesiten importantes extensiones de tierra cultivable para alcanzar la potencia necesaria, lo que podría generar usos conflictivos del suelo.
La NDAS 4 exige a los prestatarios que evalúen y gestionen los riesgos potenciales para la salud y la seguridad de la comunidad. Esto implica identificar las comunidades potencialmente afectadas en el área de influencia de un proyecto de hidrógeno verde, evaluar los riesgos asociados a cada peligro y aplicar medidas para evitar o minimizar los riesgos. La NDAS 4 también subraya la necesidad de entablar un diálogo temprano y frecuente con las comunidades para asegurarse de que comprenden los riesgos potenciales y sus derechos a la información y la consulta, y ordena la adopción de normas de seguridad adecuadas para el transporte y el almacenamiento del hidrógeno y el uso de fuentes de energía renovables. Además, exige a los prestatarios que elaboren planes de preparación y respuesta ante emergencias y realicen simulacros periódicos de seguridad para prepararse ante posibles incidentes.
NDAS 6: Conservación de la biodiversidad y gestión sostenible de recursos naturales vivos
Otro riesgo ambiental asociado al hidrógeno verde es la posibilidad de que se produzcan cambios en el uso y la ocupación del suelo. La producción de energía renovable, necesaria para alimentar la electrólisis, suele requerir grandes extensiones de tierra. Esto podría llevar a la conversión de hábitats naturales o tierras agrícolas, lo que podría tener repercusiones negativas en la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Los cambios en el uso de la tierra que conllevan los proyectos de H2V a gran escala y las granjas de renovables a gran escala relacionadas con ellos pueden implicar la pérdida de zonas naturales de amortiguación como humedales, manglares y bosques de montaña que mitigan los efectos de peligros naturales como inundaciones, deslizamientos de tierra e incendios. Esto puede provocar también un aumento de la vulnerabilidad y de los riesgos e impactos relacionados con la seguridad y la salud de la comunidad.
Aparte de las consideraciones sobre los impactos relacionados con el uso de la tierra, la conservación de la biodiversidad puede verse afectada por los impactos de la presión excesiva sobre los recursos hídricos, ya sean de agua dulce o de mar, que reciben los vertidos de salmuera de las plantas desalinizadoras. Además, el uso de fuentes de energía renovables, como las turbinas eólicas, puede tener repercusiones negativas en la fauna, incluidas las aves migratorias o en peligro de extinción y los murciélagos, que pueden resultar heridos o morir en colisiones con las aspas de las turbinas.
La NDAS 6 exige a los prestatarios que evalúen y gestionen los impactos potenciales sobre el uso del suelo, la cubierta vegetal y la biodiversidad. La norma hace hincapié en la necesidad de evaluar los impactos directos, indirectos y acumulativos relacionados con el proyecto sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos e identificar cualquier impacto residual significativo. Este proceso se centra especialmente en la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat, las especies exóticas invasoras, la sobreexplotación, los cambios hidrológicos, la carga de nutrientes y la contaminación, y exige al prestatario que aplique la jerarquía de mitigación de forma diferenciada en hábitats modificados, naturales y críticos, así como en zonas legalmente protegidas y reconocidas internacionalmente. La NDAS 6 también tiene en cuenta los distintos valores que atribuyen a la biodiversidad y los servicios ecosistémicos las personas afectadas por el proyecto y, dado el caso, otras partes interesadas.
El valor de la evaluación ambiental y social estratégica
Para garantizar que los proyectos de hidrógeno verde se desarrollen de forma integral, sostenible y socialmente responsable, el estudio de alcance de H2V recomienda el uso de una evaluación ambiental y social estratégica (EASE). La EASE es una herramienta que permite a los desarrolladores de proyectos evaluar los posibles impactos ambientales y sociales de las políticas, planes o programas de hidrógeno verde desde una perspectiva estratégica. Tiene en cuenta los diversos tipos de infraestructuras y los requisitos de evaluación y concesión de licencias ambientales y sociales en los posibles proyectos de hidrógeno verde y sus instalaciones asociadas, y recomienda el desarrollo de medidas adecuadas para mitigar los impactos y los riesgos a lo largo de la aplicación de la política, el plan o el programa. La EASE también puede ayudar a identificar oportunidades para el involucramiento y la participación de las partes interesadas, lo que puede conducir al desarrollo de proyectos más sostenibles y socialmente responsables.
El hidrógeno verde tiene el potencial de ser una herramienta crucial en la transición hacia una economía baja en carbono, pero es esencial gestionar los posibles riesgos e impactos ambientales y sociales asociados a su producción y uso. Si se adopta un enfoque global de la gestión de riesgos ambientales y sociales, el hidrógeno verde puede desempeñar un papel clave en la transición hacia un futuro sostenible.
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