El Acuerdo de París le pertenece a todos, dice Cristiana Figueres de Costa Rica, una de las principales arquitectas del acuerdo. Es por eso que 20,000 diplomáticos, funcionarios de bancos multilaterales de desarrollo, investigadores, activistas, líderes religiosos y empresariales, periodistas y ministros se reunieron recientemente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 23) en Bonn, Alemania.
El Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (Grupo BID) también estuvo presente para apoyar a nuestros socios de América Latina y el Caribe y demostrar cómo estamos alineando nuestras operaciones con el Acuerdo de París. La conferencia de Bonn es muestra de que la implementación del Acuerdo de París se encuentra en marcha, y de que ya se está progresando de manera evidente hacia un futuro bajo en carbono y resiliente al clima.
Esta acción global está sucediendo por varias razones:
1. La acción climática tiene sentido desde un punto de vista económico.
En mayo, la OCDE declaró que combinar políticas climáticas con políticas económicas para impulsar la inversión en infraestructura sostenible puede aumentar el PIB para el 2050 hasta en un 2,8% en promedio en los países del G20.
2. Hacer frente al cambio climático se trata de reducir el riesgo climático.
Si no se gestiona este riesgo, se podrían generar shocks sistémicos que podrían tener importantes implicaciones económicas y financieras. Los bancos, las empresas y los inversionistas respaldan medidas para informar acerca de los riesgos físicos y transicionales que afrontan y los pasos que están tomando para enfrentarlos. Los inversionistas ahora buscan empresas que estén dispuestas a abordar los riesgos climáticos.
3. Los países de América Latina y el Caribe son particularmente vulnerables a los impactos climáticos.
Nuestra región está trabajando para reconstruir y aumentar su resiliencia luego de los devastadores desastres de este año, que incluyeron huracanes, deslizamientos de tierra e inundaciones.
Los países de la región están comprometidos con el Acuerdo de París porque es una forma de gestionar los riesgos climáticos y, al mismo tiempo, respaldar formas de crecimiento más limpias e inteligentes. Muchos ya están tomando medidas significativas para implementarlo.
No hace mucho, Argentina sostuvo una licitación de proyectos para generar energía renovable, RenovAr Ronda 2, que atrajo ofertas por un total de 9.403 megavatios, ocho veces mayor que la licitación anterior. Recientemente, BID Invest, el brazo del BID para el sector privado, firmó un paquete de financiamiento de US$104 millones para un parque eólico en Buenos Aires, Argentina y firmó en México un préstamo de US$75 millones para financiar el proyecto Solem PV, que será la planta de energía solar más grande de América Latina.
El BID sigue siendo líder en el financiamiento de desarrollo bajo en emisiones de carbono. El centro de pensamiento británico E3G muestra que somos un caso atípico entre los bancos multilaterales de desarrollo, con el nivel más bajo de financiamiento de combustibles fósiles como proporción de nuestras aprobaciones totales, y la mayor proporción de financiamiento destinado a proyectos de energía renovable y eficiencia energética.
En 2016, financiamos un total de US$2,69 mil millones en actividades relacionadas con el clima, acercándonos a nuestra meta del 30 por ciento de las aprobaciones totales para 2020. Estamos progresando, pero sabemos que se necesita mucho más para alinear por completo los flujos financieros hacia un desarrollo resiliente y bajo en carbono.
Lograr este objetivo dependerá de qué tan efectivamente podamos construir las instituciones y fortalecer las capacidades en las medidas necesarias. Esto debe conducir a estrategias de inversión que aprovechen las nuevas oportunidades, al tiempo que limitan cualquier impacto negativo en los empleos. Se necesita un mayor esfuerzo para desarrollar proyectos con bajas emisiones de carbono y resilientes al clima, y desarrollar enfoques innovadores para superar los altos costos.
La plataforma NDC Invest del Grupo BID ya está trabajando con varios países de la región, incluyendo los gobiernos de Brasil, Chile, Guatemala, Jamaica y México, para transformar sus contribuciones determinadas a nivel nacional en planes de inversión alcanzables que puedan movilizar recursos para invertir en infraestructura y paisajes sostenibles.
Además, tras los eventos climáticos extremos de este año, nos hemos comprometido a revisar todos los proyectos para el 2018 considerando sus riesgos climáticos. También estamos explorando el potencial para realizar una prueba de estrés climático en nuestra cartera para determinar en qué medida está alineada con el Acuerdo de París y su nivel de exposición al riesgo climático.
El Acuerdo de París pertenece a todos. En el Grupo BID estamos convencidos de que el acuerdo presenta la mejor manera de gestionar el riesgo climático y lograr un desarrollo sostenible e inclusivo para la región.
Este blog está basado en un artículo originalmente publicado por Global Americans.
Foto: Copyright © Garry Knight – Flickr – (CC0 1.0)
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