Para la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, la pandemia del COVID-19 inició con cuarentenas estrictas y cambios de rutina en marzo de 2020. Hoy, poco más de dos años más tarde se habla de “volver a la normalidad” en un marco de procesos de vacunación masiva, contagios controlados y luego de profundas alteraciones de estilos de vida y pérdidas humanas.
Si bien la región se encuentra transitando este regreso a diferentes niveles, existen oportunidades de intercambio para aprender de países de otras regiones que ya avanzan hacia el retorno a la normalidad. Es el caso del seminario virtual “¿Cómo volver a la normalidad?” que se llevó a cabo a finales de marzo de 2022 con la participación del Profesor Jaehun Jung de la Facultad de Medicina de la Universidad de Gachon en Corea.
En 2021, el gobierno de Corea creó el Comité de apoyo al regreso a la normalidad encargado de los asuntos relacionados a la vuelta a una rutina similar antes de la llegada del COVID-19. Este país es uno de los que ha gestionado la pandemia con suficiencia y aunque con altibajos ha logrado una tasa de vacunación de alrededor del 70% de la población.
El regreso a la normalidad en América Latina
Al 1 de marzo de 2022, el 73% de las personas en América Latina ya contaba con, al menos, una dosis de la vacuna contra el COVID-19 y el 63,5% ya estaba completamente vacunada. Si bien existe heterogeneidad y no debemos descuidar esfuerzos de vacunación y refuerzo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cree oportuno compartir experiencias para todas las personas trabajando a nivel de gobierno en un plan para volver a la normalidad. A continuación, puedes leer cuatro puntos que resumen las preguntas hechas al Profesor Jaehun Jung durante su presentación.
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- Número de vacunas, transparencia de la información y uso de mascarillas
En Corea el número de vacunaciones recomendadas se detuvo en tres dosis ya que lo que se busca es prevenir pacientes graves y muertes. Esto no quiere decir que más adelante la decisión no pueda cambiar, sobre todo en la época de invierno y en los pacientes más graves, pero por el momento, no se cree necesario aplicar una cuarta dosis a la población en general.
Con relación a las reacciones adversas y efectividad de las vacunas, es importante recalcar que, en realidad, como todo medicamento, las vacunas contra el COVID-19 no son 100% efectivas y seguras en todas las personas. Es por ello que es difícil explicar los posibles efectos secundarios y el contagio de aquellas personas con la dosis completa.
En cuanto al uso de mascarillas, es un hecho que los países occidentales y los países orientales ven la mascarilla de forma diferente. En Corea y otros países de Asia, la mascarilla ya se usaba antes de la pandemia del COVID-19 y por ello, no hubo problemas en el modo correcto de uso y en la incorporación a la rutina diaria. Dicho esto, según la experiencia y la evidencia empírica es científicamente razonable establecer que es mejor usar mascarillas en un espacio cerrado lleno de gente.
2. Medidas de aislamiento y procesos vacunación
En Corea no se ha implementado la cuarentena total. En su lugar, se han dado niveles de distanciamiento social y la mayor parte de la vida diaria se ha mantenido. Por ejemplo, actividades como comer en restaurantes y cafeterías han sido limitadas a ciertos horarios. Esto ha causado insatisfacción sobre todo en los dueños de pequeñas empresas, trabajadores independientes y aquellos que administran restaurantes, cafés u otras instalaciones de reunión.
En cuanto al inicio de la vacunación, la insatisfacción inicial se dio porque Corea comenzó tarde el proceso de vacunación con relación a otros países desarrollados. Esta insatisfacción luego tuvo que ver mayormente con la seguridad de las vacunas.
3. Tecnologías de información y comunicación (TIC) contra el CODIV-19
Es cierto que las tecnologías de información y comunicación han cumplido el rol de alivianar la carga administrativa que significa el COVID-19 para el trabajo diario de la fuerza laboral de la salud. Sin embargo, aun es imposible reemplazar a los científicos en su trabajo. Si bien Corea es una potencia en TIC, la mayor parte de la carga aun la llevan los investigadores y epidemiólogos en el caso de la pandemia. Quizá aumente la velocidad en que se dan ciertos resultados y procesos, pero aun la salud debe concentrarse en las personas que ofrecen y reciben el servicio médico.
4. Cambio climático y lecciones para la próxima pandemia
Hay dos puntos de vista sobre una epidemia en el futuro. Uno tiene que ver con la próxima ola de mutaciones del COVID-19 actual y la otra posibilidad es que la próxima pandemia sea causada por una variante dominante del virus. Más allá de la causa, se deben usar las lecciones aprendidas ya que esta es la primera pandemia mundial que se da en un contexto de tecnología avanzada tanto para coordinación, como para control a nivel comunitario, nacional e internacional. Dicho esto, los países desarrollados cuentan con la tecnología mencionada que debe ser compartida con los países en desarrollo para el beneficio público mundial.
Otra lección importante es la coordinación internacional. Por ejemplo, Corea pudo preparar uno de los controles de la variante del virus porque Sudáfrica había compartido información epidemiológica que se observaba en su país de manera rápida y precisa.
Corea y otros países en desarrollo se encuentran en diferentes estadios de la pandemia luego de dos años y ya hablan de volver a la normalidad. Los países en desarrollo deben tomar estas lecciones y adaptarlas a sus realidades para también vislumbrar una posible recuperación. ¿Cuál es el estado de tu comunidad? Comparte en la sección de comentarios más abajo.
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