Banco Interamericano de Desarrollo
facebook
twitter
youtube
linkedin
instagram
Abierto al públicoBeyond BordersCaribbean Development TrendsCiudades SosteniblesEnergía para el FuturoEnfoque EducaciónFactor TrabajoGente SaludableGestión fiscalGobernarteIdeas MatterIdeas que CuentanIdeaçãoImpactoIndustrias CreativasLa Maleta AbiertaMoviliblogMás Allá de las FronterasNegocios SosteniblesPrimeros PasosPuntos sobre la iSeguridad CiudadanaSostenibilidadVolvamos a la fuente¿Y si hablamos de igualdad?Inicio
Administración pública Agua y saneamiento Ciencia, tecnología e innovación Comercio e integración regional Conocimeinto Abierto Desarrollo infantil temprano Desarrollo urbano y vivienda Educación Energía Género y diversidad Impacto Industrias Creativas Medio ambiente, cambio climático y Salvaguardias Política y gestión fiscal Salud Sin Miedos Trabajo y pensiones
  • Skip to main content
  • Skip to secondary menu
  • Skip to primary sidebar
  • Skip to footer

Gente Saludable

IDB

  • INICIO
  • CATEGORÍAS
    • Envejecimiento y dependencia
    • Priorización del gasto y financiamiento
    • Salud de la mujer y la niñez
    • Salud pública y nutrición
    • Seminarios y cursos
    • Servicios de salud
    • Transformación digital
    • Vida saludable
  • autores
  • Español
    • Inglés
    • Portugués
mejor salud pública para eliminación de la violencia contra la mujer

Violencia contra las mujeres, ¿alguien está escuchando en el sector de la salud?

November 20, 2017 por Autor invitado 10 Comentarios


Copyright © 2017. Banco Interamericano de Desarrollo. Si deseas republicar el artículo, por favor solicita autorización a [email protected].

Por Clara Alemann.

La violencia machista mata a 12 mujeres por día en América Latina por el solo hecho de ser mujer. La reciente explosión de testimonios de violencia sexual vertidos viralmente en las redes a través de #YoTambien y #MeToo es una demostración clara de que la violencia contra la mujer es un problema de salud pública y derechos humanos de proporciones epidémicas; aún si no te ha tocado, seguro conoces a alguien que la ha sufrido.  

En el Día Mundial de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es hora de exigir más al sistema de salud, que tiene un papel fundamental en su prevención y debe brindar una respuesta efectiva dada su magnitud: 1 en 3 mujeres de entre 15 y 49 años en la región ha sufrido violencia física o sexual por parte de un hombre en algún momento de su vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las más jóvenes están en mayor riesgo; más del 40% de ellas reportan haber sufrido violencia sexual por primera vez durante su adolescencia y a menudo el perpetrador es la pareja.

Si bien los varones también sufren violencia sexual, ésta afecta desproporcionadamente a las niñas y adolescentes, con consecuencias perniciosas para su salud mental, física, sexual y reproductiva, incluyendo:

– Depresión

– Ansiedad

– Pensamiento suicida

– Adopción de conductas sexuales riesgosas

– Consumo abusivo de drogas y alcohol

– Riesgo de enfermedades de transmisión sexual, embarazos no planeados y trastornos ginecológicos.

Mejor salud pública a través de la prevención y una respuesta adecuada

Esta alarmante realidad se agrava si consideramos que una ínfima cantidad de mujeres, y en particular de adolescentes, víctimas de violencia acuden o reciben servicios de salud. El rol de los sistemas de salud en la prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres y niñas es clave porque es el servicio con el que más mujeres tienen contacto en algún momento de sus vidas.

Una revisión sistemática sobre la atención a la violencia de pareja identificó que los puntos de contacto y de respuesta más frecuentes son los servicios que brindan atención prenatal (cuando la mujer se embaraza, la violencia puede iniciar o escalar), los servicios de urgencia de clínicas y hospitales, que reciben víctimas de violación y lesiones, y los servicios de atención primaria que tienen interacción frecuente con los usuarios.

Sin embargo, existen barreras del sistema y del comportamiento, incluyendo los prejuicios por parte de los proveedores de salud, que impiden que se cumpla este rol, abandonando a las mujeres y niñas a lidiar solas con su dolor, vergüenza y humillación y con las secuelas severas y de largo plazo que deja la violencia.

Por ello, es crítico fortalecer la respuesta por parte de los servicios de salud para brindar una atención oportuna y adecuada ante casos de violencia a adolescentes, mujeres y niñas.

“La historia se repite constantemente. Una madrugada estuve de guardia nocturna en el servicio de urgencias de una clínica de Medicina Familiar en la ciudad de México. A las seis de la mañana, casi por terminar mi turno, me llamaron para atender a una mujer que había sido víctima de violación y golpeada a unas cuantas calles de la clínica. La señora había salido a comprar pan y leche para sus hijos, en una colonia supuestamente segura, de clase media alta. Sin entrar en detalles sobre las lesiones, que no eran pocas y sí eran graves, es importante reconocer que fue muy complicado articular de forma oportuna la ayuda psicológica, social, legal y médica para brindar los cuidados que la mujer requería. Lo tangible para mí como trabajador de la salud, fue la carencia de políticas claras y protocolos para brindar la atención efectiva y cálida que las víctimas de violencia necesitan.”

– Ricardo Pérez Cuevas, Especialista Sénior en Protección Social y Salud.

Buenas prácticas y recomendaciones concretas para el sector salud

En América Latina es apremiante la necesidad de fortalecer la capacidad de los proveedores de salud para brindar una respuesta adecuada a las mujeres y niñas que sufren violencia, de acuerdo a las siguientes buenas prácticas:

1. Brindar apoyo de primera línea que atienda sus necesidades clínicas, prácticas y emocionales

2. Asegurar la privacidad y confidencialidad

3. Escucharlas con empatía y sin juzgar, de manera compasiva y respetuosa, validando su experiencia

4. Explorar opciones para procurar su seguridad y apoyar sus decisiones sobre cómo proceder

5. Referirlas a otros servicios que puedan requerir

6. Ofrecer atención profiláctica post-exposición (PEP) en las primeras 72 horas después de una violación, donde cada hora cuenta para prevenir embarazos, infección por VIH u otras infecciones de transmisión sexual.

En cuanto a la prevención primaria pueden:

7. Aumentar y mejorar la concientización sobre cómo reconocer casos sospechosos u ocurrencia de violencia de pareja o sexual

8. Compartir información valiosa sobre dónde buscar ayuda y apoyarlas en ese proceso

9. Promover el derecho a tomar decisiones sin coerción en torno a la sexualidad y la reproducción y a vivir libres de violencia

10. Trabajar con la comunidad para implementar acciones preventivas

11. Documentar la violencia contra las mujeres y sus factores de riesgo para diseñar mejores programas de prevención

Los profesionales de la salud tienen el poder de identificar pacientes que experimentan violencia antes de que ésta escale y de mitigar las consecuencias de la violencia sobre la salud de las sobrevivientes. Su intervención oportuna puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte de una mujer, o entre que quiera morir y recupere las ganas de vivir.

Pero no basta con capacitar al personal de la salud. Se requiere un compromiso sostenido y una respuesta comprehensiva para asegurar las condiciones que apoyen a los proveedores a responder efectivamente ante la violencia de pareja y sexual.

Para empezar, hay que priorizar esta problemática en las políticas de salud y en las asignaciones presupuestarias. Debe existir una buena coordinación y redes de referencia, además de protocolos basados en evidencia (ver aquí y aquí) y formación al personal, que debe ser integrada a los programas de estudios de enfermería, medicina y salud pública. Finalmente, el entrenamiento continuo, acompañado de supervisión capacitante, prepararán mejor al personal para integrar la identificación y respuesta a la violencia en los servicios de salud infantil, materna, sexual y reproductiva y mental.

Vale la pena enfatizar que, a menudo, lo más importante que un profesional de la salud puede hacer es brindar una atención compasiva a una sobreviviente de violencia, ayudarla a comprender que es abuso y que ella no es responsable por ello y a recuperar la confianza en sí misma, y apoyarla en sus decisiones. Ningún profesional debería dejar pasar esta oportunidad, ya que frecuentemente son los únicos en posición de poder escuchar y ayudar.

¿Conoces experiencias en la región donde el personal de salud se involucre en acciones comunitarias para promover relaciones equitativas y no violentas? ¿Qué crees tú que necesita el sistema de salud para poder responder de manera oportuna y adecuada a las necesidades de las mujeres y niñas que sufren violencia por parte de su pareja u violencia sexual por un tercero? Cuéntanos en la sección de comentarios o mencionando a @BIDgente en Twitter.

Clara Alemann es especialista en el diseño e implementación de programas de desarrollo social con una perspectiva de género en del Banco Interamericano de Desarrollo.


Archivado bajo:Priorización del gasto y financiamiento, Salud de la mujer y la niñez, Salud pública y nutrición, Vida saludable Etiquetado con:atención primaria, Banco Interamericano de Desarrollo, BID, Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, maternidad, políticas públicas, Salud, Salud Mental, Salud sexual

Autor invitado

Reader Interactions

Comments

  1. LILIANA GARCIA CULQUE dice

    November 22, 2017 at 11:00 pm

    considero que la participación del sector salud , también es clave en la ola de violencia contra la mujer, dado que atraves de un programa municipal en Perú, articulamos con el centro de salud de la comunidad debido al alto indice de embarazo entre escolares, y gracias a una obstetra comprometida con su trabajo iniciamos talleres de salud reproductiva y consejería desde los 1 a 5 años de secundaria en instituciones educativas urbanas y rurales bajando casi a cero el embarazo a adolescentes, siendo este programa oportuno para ver otros temas como el lado emocional y de habilidades sociales del adolescnete.

    asi mismo se podía a traves de este programa trabajar la igualdad de genero y reconocer un agresor desde temprano, tendríamos menos violencia.

    Reply
    • Clara dice

      November 30, 2017 at 9:55 am

      Gracias Liliana por compartir tu experiencia en Perú y felicitaciones por los Buenos resultados. Creo que te puede interesar este artículo y estudio sobre violencia de pareja durante la adolescencia: https://blogs.iadb.org/y-si-hablamos-de-igualdad/2017/09/26/lo-que-ocurre-en-las-relaciones-de-pareja-en-la-adolescencia-no-queda-ahi/
      Your comment is awaiting moderation.

      Reply
  2. Manuel Castrillo D. dice

    November 25, 2017 at 11:32 am

    Las prácticas atávicas en la creación de sociedades, fueron basadas en la dominación del hombre ( Macho ) por sobre el género femenino. La ” evolución ” social, fue dando espacios a las mujeres a cuenta gotas, a pesar de ser evidente el papel vital de las
    mujeres en la construcción social. Es tal la sinrazón de esta dominación e imposición, que todavía existen prácticas aberrantes por sobre ellas. Las diferencias biológicas, son capacidades propias que nos hacen dependiente uno del otro y surgen en las innegables, lógicas y sabias necesidades del ser humano. Equilibrar y lograr la equidad necesaria entre mujeres y hombres es todavía hoy en día y en un futuro incierto, uno de los mayores desafíos de la humanidad.

    Reply
    • Clara dice

      November 30, 2017 at 9:57 am

      Gracias Manuel. La Buena noticia es que cambiar estas normas sociales arraigadas en la cultura es possible y cada uno de nosotros podemos actuar para contribuir a una sociedad donde hombres y mujeres sean tratados igual y tengan los mismos derechos.

      Reply
  3. Rene David Oliva Meza dice

    November 30, 2017 at 10:33 am

    Buen artículo. Motiva a la reflexión y a la acción respecto al apoyo que debe darse a las mujeres víctimas de violencia.

    En países como Guatemala, el primer contacto de una mujer violentada puede ser una auxiliar de enfermería y muy probablemente viviendo un marco conceptual y de patrones patriarcales machistas. Este personal proveedor de servicios de salud del primer y segundo nivel no sólo requiere ser formado en el apoyo a las mujeres víctimas de violencia que atienden, sino también necesitan formarse una mentalidad crítica ante el modelo machista y la cultura de violencia en los cuales ha crecido. Esto significa que no basta con protocolos de de atención, no basta con espacios de formación sobre convenciones y leyes, no basta con formatos a llenar para dar a conocer la “producción” y la cobertura sobre el tema. La misma institución de salud, el sistema de salud, debe transformarse en todos los niveles de atención.

    Reply
    • Clara Alemann dice

      December 8, 2017 at 4:39 pm

      Gracias Rafael, has tocado un tema clave requerido para cualquier estrategia efectiva de prevencion y respuesta, la transformacion de las norms sociales que legitiman la desigualdad de genero, el machismo y la violencia. Gracias por dejarnos tu comentario.

      Reply

Leave a Reply Cancel reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Primary Sidebar

SIGUENOS

Subscribe

Buscar

Salud

Los países de América Latina y el Caribe se enfrentan a grandes retos para garantizar la salud de sus ciudadanos. En este blog, los especialistas del BID y expertos internacionales exploran temas de actualidad sobre la salud y buscan, a través de tus comentarios, un diálogo enriquecedor.

Latin American and Caribbean countries face multiple challenges to provide quality healthcare for their citizens. In this blog, IDB Specialists and international experts discuss current health issues and hope to build a dynamic dialogue through your comments.

Artículos relacionados

  • ¿Se puede prevenir la violencia de género con las ciencias del comportamiento?
  • 25 de noviembre, Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer.
  • Conoce las cifras de violencia doméstica y empoderamiento de la mujer en América Latina
  • Una mirada a los problemas de salud del hombre
  • La violencia durante el embarazo de las mujeres indígenas

Footer

Banco Interamericano de Desarrollo
facebook
twitter
youtube
youtube
youtube

    Blogs escritos por empleados del BID:

    Copyright © Banco Interamericano de Desarrollo ("BID"). Este trabajo está disponible bajo los términos de una licencia Creative Commons IGO 3.0 Reconocimiento-No comercial-Sin Obras Derivadas. (CC-IGO 3.0 BY-NC-ND) y pueden reproducirse con la debida atribución al BID y para cualquier uso no comercial. No se permite ningún trabajo derivado. Cualquier disputa relacionada con el uso de las obras del BID que no se pueda resolver de manera amistosa se someterá a arbitraje de conformidad con el reglamento de la CNUDMI. El uso del nombre del BID para cualquier otro propósito que no sea la atribución, y el uso del logotipo del BID estarán sujetos a un acuerdo de licencia escrito por separado entre el BID y el usuario y no está autorizado como parte de esta licencia CC-IGO. Tenga en cuenta que el enlace proporcionado anteriormente incluye términos y condiciones adicionales de la licencia.


    Blogs escritos por autores externos:

    Para preguntas relacionadas con los derechos de autor para autores que no son empleados del BID, por favor complete el formulario de contacto de este blog.

    Las opiniones expresadas en este blog son las de los autores y no necesariamente reflejan las opiniones del BID, su Directorio Ejecutivo o los países que representan.

    Atribución: además de otorgar la atribución al respectivo autor y propietario de los derechos de autor, según proceda, le agradeceríamos que incluyera un enlace que remita al sitio web de los blogs del BID.



    Política de privacidad

    Derechos de autor © 2025 · Magazine Pro en Genesis Framework · WordPress · Log in

    Banco Interamericano de Desarrollo

    Aviso Legal

    Las opiniones expresadas en estos blogs son las de los autores y no necesariamente reflejan las opiniones del Banco Interamericano de Desarrollo, sus directivas, la Asamblea de Gobernadores o sus países miembros.

    facebook
    twitter
    youtube
    En este sitio web se utilizan cookies para optimizar la funcionalidad y brindar la mejor experiencia posible. Si continúa visitando otras páginas, se instalarán cookies en su navegador.
    Para obtener más información al respecto, haga clic aquí.
    X
    Manage consent

    Privacy Overview

    This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
    Necessary
    Always Enabled
    Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
    Non-necessary
    Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
    SAVE & ACCEPT