América Latina y el Caribe es conocida como una de las regiones menos igualitarias del mundo, y el ámbito de salud no es la excepción. ¿Sabías que las herramientas digitales pueden ayudar a reducir estas desigualdades?
Desigualdades de salud en América Latina y el Caribe
En muchos países de la región, la mortalidad infantil de las familias más pobres duplica a la de las familias más ricas. Según la OMS, la diferencia en Colombia casi llega a cuatro veces: en las familias del quintil más rico hay 5,4 muertes cada 1.000 nacidos vivos y en las familias del quintil más pobre 21,8. Además, un informe publicado en The Lancet en 2019 encontró que la mayoría de las causas que disminuyen la expectativa de vida al nacer en América Latina y el Caribe se deben a factores socioeconómicos que son potencialmente evitables.
Otra manera de evaluar las desigualdades en salud es comparando el índice compuesto de cobertura, que mide el promedio ponderado del porcentaje de cobertura en diferentes etapas de la atención de salud. Según la base de datos del Monitor de Equidad en Salud de 2009 a 2018, en muchos países de la región se registró una diferencia sustancial entre los hogares más pobres y los más ricos. Por ejemplo, en Haití, mientras solo 37,9% del quintil más pobre recibía la cobertura compuesta, el quintil más rico recibía casi el doble (65,3%). En Panamá, la diferencia en el mismo índice entre el quintil más rico y el quintil más pobre era de 23,8 puntos porcentuales.
El tema de las desigualdades en salud es especialmente importante para los países de América Latina y el Caribe en los que una amplia proporción de la gente trabaja en el sector informal, proporción que puede llegar hasta a un 80% en Perú y Honduras. Los trabajadores informales tienen acceso inadecuado a servicios de calidad, por lo que las desigualdades de salud podrían ser más severas de lo que se captura con los números existentes de acceso.
En la región existen diversos esfuerzos para reducir las desigualdades en salud a través de la digitalización. La conectividad y la alfabetización en salud digital son dos condiciones clave para un uso significativo de la tecnología.
En años recientes, se han implementado soluciones digitales para reducir las desigualdades y mejorar los resultados de salud. Con herramientas digitales, las personas pueden beneficiarse por mejoras en el acceso a servicios de salud y menores costos. Entre muchos otros (potenciales) beneficios de estas herramientas, una gran ventaja es que los sistemas digitales de salud pueden ayudar a reducir desigualdades mejorando el acceso de los pacientes a información de salud y redes de apoyo.
Condiciones para el éxito de las herramientas de salud digital
La conectividad a internet y la alfabetización en salud digital son precondiciones cruciales para disfrutar de todos los beneficios potenciales de las herramientas de salud digital. Los problemas en estos dos factores amenazan con exacerbar las desigualdades en salud existentes, especialmente en los grupos vulnerables. ¿Cómo le está yendo a la región en estos campos?
Conectividad en la región
La conectividad se relaciona con varios factores económicos, tales como urbanidad o ruralidad, nivel de ingreso y edad. América Latina y el Caribe tiene una brecha significativa en el acceso a internet entre zonas urbanas y rurales. Según el BID, mientras el 38,1% de la población urbana de Perú tenía internet en su hogar en 2018, solo lo tenía el 2,1% de la población rural. En Bolivia, el 23,5% de la población urbana tenía internet en su hogar pero solo el 0,6% de la población rural tenía el servicio.
Hogares con acceso a internet por calidad, 2018 (%)
(Fuente: El impacto de la infraestructura digital en las consecuencias de la COVID-19 y en la mitigación de efectos futuros, Banco Interamericano de Desarrollo, 2020)
A su vez, los niveles de ingreso también afectan la conectividad. En Brasil en 2014, solo el 3% de las personas del mayor nivel de ingreso no eran usuarios de internet, pero dentro de las personas del menor nivel de ingreso ese número ascendía al 72%. En tanto, el 37% de los encuestados consideraba que la asequibilidad era una de las principales barreras para usar internet. Un informe reciente encontró que el quintil de menores ingresos gasta en internet entre el 10% y el 12% de su ingreso, lo que es entre 5 y 6 veces más alto que el nivel definido por la Comisión de la Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible como “asequible”, que es el 2% del ingreso.
Otro factor que se asocia con la conectividad en la región es la edad. Según la base de datos de World Telecommunication Indicators de 2017, más del 60% de las personas de entre 15 y 24 años usa internet en Chile, Uruguay, Brasil, México, Colombia y Ecuador, pero ese número no llega al 10% de los mayores de 74 años.
Usuarios de internet según género y edad, 2015, en porcentaje
Fuente: Estado de la banda ancha en América Latina y el Caribe, CEPAL, 2017
Estos resultados indican que en América Latina las personas de mayor edad, de zonas rurales y de menores niveles de ingreso tendrían una menor probabilidad de tener acceso a internet y otras tecnologías digitales como las herramientas digitales de salud. El problema es que justamente estas personas son las que más se beneficiarían y más necesitan herramientas digitales de salud tales como la telemedicina.
Alfabetización en salud digital
Saber cómo usar internet y las herramientas digitales es tan importante como tener acceso.
Cuando las herramientas de salud digital están fácilmente disponibles, las personas que están “alfabetizadas” en herramientas de salud digital podrían disfrutar todo el potencial de estas herramientas. Este concepto va un paso más allá de la alfabetización digital y la alfabetización en salud.
Norman y Skinner (2006) definen la alfabetización en salud digital como la “habilidad para buscar, encontrar, entender y evaluar información de salud proveniente de fuentes electrónicas y aplicar el conocimiento obtenido para abordar o solucionar un problema de salud”. Las variables que influyen en la alfabetización en salud digital son la edad, el estado de salud, los antecedentes educativos, las habilidades de alfabetización digital y el grado de motivación para buscar información, entre otras. La alfabetización en salud digital puede permitir la atención clínica (como con telemedicina), ayudar a prevenir enfermedades y promover la salud a través del auto-cuidado (por ejemplo con aplicaciones de mSalud, dispositivos “vestibles” – wearables – y servicios de eSalud).
Es importante que la región mejore el nivel de alfabetización digital en salud de las personas. Aunque hay escasos datos sobre alfabetización digital en salud, la información disponible sugiere que la falta de esta es una barrera importante para que las personas usen internet en la región. Según el informe 2016 del GSMA, La falta de alfabetización y de habilidades digitales era percibida como una importante barrera para no usuarios de internet en Brasil, Chile, Colombia y Nicaragua, como respondieron 40% de los encuestados. Otra evidencia interesante, de Chile, muestra que la falta de conocimiento sobre cómo usar las herramientas digitales y la falta de interés estaban entre los principales factores determinantes del no uso de internet entre los mayores de 65 años en los hogares más pobres.
Los esfuerzos recientes de los países de la región se han enfocado en construir alfabetización digital como un todo incluyendo habilidades digitales básicas en los programas escolares, como lo han hecho Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Jamaica y otros países. No obstante, debería haber más proyectos de los países en tanto la OPS incluyó a los programas de mejora de la alfabetización digital en salud dentro de sus objetivos estratégicos para fortalecer los sistemas de información de salud de 2019-2023.
¿Cómo seguimos?
Para reducir las brechas de desigualdad es fundamental asegurar que los más vulnerables puedan acceder y adoptar las soluciones de salud digital. Para ello es importante lograr las dos precondiciones ya mencionadas pero también tenemos que pensar y trabajar un paso más allá.
En primer lugar, se necesitan mas y mejores evaluaciones de los proyectos de inclusión digital con un enfoque de costos y beneficios y recolectar mejores datos para monitorear el acceso a las soluciones digitales en salud y diseñar proyectos más inclusivos.
En segundo lugar, se debe implementar un diseño centrado en el usuario. Es fundamental, al diseñar e implementar soluciones tecnológicas en salud para los más vulnerables, entender sus verdaderas necesidades, las formas en que usan esas soluciones, sus hábitos y sus expectativas en relación con la tecnología. Para esto pueden ser especialmente relevantes las técnicas de desarrollo centradas en el usuario y adaptar las herramientas digitales a la realidad y a los usos de las personas en condiciones de vulnerabilidad.
Finalmente, es importante la difusión de buenas prácticas de país en país, especialmente dentro de América Latina y el Caribe, región en la que la mayoría de los países comparten dificultades similares en el acceso a internet y un nivel bajo de alfabetización en salud digital. Estos son algunos pasos mínimos para avanzar en una transición tecnológica inclusiva que beneficie a todos y reduzca las importantes brechas de desigualdad en la región.
¿Sabías que las herramientas digitales pueden ayudar a disminuir las desigualdades en salud? ¿Cómo es la situación en los servicios de salud de tu país? Déjanos un comentario
Francisco Javier Cruz Camacho dice
Es una realidad que un gran porcentaje de la población, no tiene las capacidades y conocimiento de herramientas digitales, Aunque ya por este tiempo, (junio) de 2.021, las cifras presentadas en su informe, deben haber mejorado. pero hay que seguir en el programa de capacitación e inmersión de la población en los diferentes procesos de digitalización y sus aplicaciones.
Teniendo en cuenta que para el sector salud, es muy importante este aspecto. Soy un investigador y emprendedor,; por lo cual estoy desarrollando un proyecto de desarrollo con beneficio especialmente Social. quiero saber, como el BID, puede contribuir o acompañar este proyecto, que se trata de: “Plataforma de Inteligente y Colaborativa de Gestión de Información en Salud”, la la filosofía de Organizaciones Exponenciales, cuyo MTP es: “Información en Salud para mejorar Inteligentemente la Salud de la Población”, proyecto a desarrollar bajo los pilares de: Digitalización, Disrupción, Desmonetización y Democratización. Aplicando las tecnología de la cuarta revolución industrial como: Big Data, Inteligencia Artificial (Algoritmos), Machine y Deep Learning, Internet de la Cosas, Robótica, Etc.