América Latina y el Caribe es la región que más rápidamente está envejeciendo en el mundo. Qué la gente viva más es algo positivo, pero también conlleva a un aumento en la prevalencia de la situación de dependencia funcional, es decir la dificultad en llevar a cabo actividades de la vida diaria como bañarse o vestirse. En 2050, estimamos que entre 27 y 35 millones de personas en nuestra región necesitarán ayuda para completar estas tareas básicas. Tradicionalmente, esta ayuda la han brindado las familias, y más específicamente las mujeres. Esto tiene consecuencias negativas en términos de su productividad y autonomía económica, porque las mujeres que cuidan a personas mayores de su hogar participan menos en el mercado del trabajo, y cuándo lo hacen acaban trabajando menos horas en su empleo. ¿Cómo podemos mejorar esta situación? Con sistemas de atención a la dependencia.
¿Qué nos dicen las Encuestas de Uso del Tiempo de la región?
En un nuevo estudio, usando las Encuestas de Uso del Tiempo, encontramos que en las mujeres recae, por mucho, la mayoría del cuidado de las personas mayores de su hogar: 72% en México, 78% en Chile, 86% en Colombia y 88% en Costa Rica. La misma fuente muestra que las mujeres que cuidan a personas mayores tienen una probabilidad más baja de trabajar afuera del hogar. Por ejemplo, en Chile el 53% de las mujeres en edad laboral sin tareas de cuidados de personas mayores trabaja fuera del hogar, contra el 43% de aquellas que llevan esta tarea. El caso más sorprendente es Costa Rica, donde solo 1 de cada 4 mujeres que cuidan de personas mayores trabaja afuera del hogar, es decir el 25% contra 47% de aquellas mujeres sin tareas de cuidado de mayores.
Además, en Colombia y México los datos de las Encuestas de Uso del Tiempo muestran que, entre aquellas mujeres con tareas de cuidado que siguen trabajando afuera del hogar, se reduce significativamente el número de horas trabajadas. Por ejemplo, en Colombia trabajan 36 horas por semana, contra 43% de las mujeres que trabajan y no tienen tareas de cuidados de personas mayores. La pérdida de productividad es por tanto doble, en términos de una menor probabilidad de tener empleo y de una menor cantidad de horas de trabajo.
Las Encuestas de Uso del Tiempo permiten describir el fenómeno, pero no pueden establecer una relación de causalidad. Es decir, no permiten concluir que la reducción en el empleo se debe al cuidado de un familiar mayor. Los escépticos pueden decir que lo que observamos se debe a autoselección. Por ejemplo, puede deberse al hecho que son aquellas mujeres que en cualquier caso trabajarían menos afuera del hogar, por razones de motivación, habilidad o preferencia, que eligen quedarse en casa a cuidar a personas mayores. Si este es el caso, es posible que los tomadores de decisiones de política no deban preocuparse, porque lo que observamos es óptimo, deseable. En el mismo estudio analizamos esta posibilidad usando datos del Estudio Nacional de Salud y Envejecimiento (ENASEM) de México.
¿Qué podemos aprender del único estudio longitudinal sobre adultos mayores en la región?
Los datos de la ENASEM permiten seguir varias cohortes de mujeres mexicanas de entre 50 y 64 años a lo largo de hasta 18 años, observando cómo su participación laboral varía en función de la necesidad de cuidado de su padre o madre. La naturaleza longitudinal de estos datos y las técnicas estadísticas utilizadas permiten concluir que la caída en el empleo de las mujeres se debe a la tarea de cuidado, y no a sus características y preferencias. Encontramos que el tener un padre o madre en situación de dependencia está asociado con una caída en la probabilidad de empleo en 2.4 puntos porcentuales. Además, para aquellas mujeres que siguen trabajando, encontramos una caída en las horas trabajadas equivalente al 7% (es decir, alrededor de 3 horas por semana). Al contrario, para los hombres el tener un padre o madre con dependencia no tiene ningún efecto en su participación en el mercado laboral.
Necesitamos construir sistemas de servicios de atención a la dependencia
Estos resultados son los primeros para América Latina y el Caribe, y evidencian la necesidad de construir sistemas de servicios de atención a la dependencia. Lo que observamos no es sostenible, porque las tendencias demográficas y sociales están resultando en hogares más pequeños y en los cuales los hijos e hijas viven más lejos de los padres. El que las mujeres asuman toda la carga de cuidado tampoco es justo, porque contribuye a mantener las mujeres en una situación de subordinación económica y social. En este contexto, la emergente economía plateada, que requiere la coordinación estratégica entre el sector público y privado, puede ser un poderoso motor para la autonomía económica de las mujeres y para la de creación de empleos ya que aporta el desarrollo de servicios de atención a la dependencia.
¿Cuál es la situación en tu país? ¿Hay mujeres que no pueden trabajar porque deben cuidar a personas mayores?¿Existen servicios de atención a la dependencia que permiten que las mujeres que lo desean puedan seguir trabajando? Déjanos un comentario o menciónanos en Twitter @BIDgente
MARIA FLORES dice
excelente artículo sobre la situacion de salud de los envejecientes en América Latina y el futuro laboral de nuestras mujeres.
Michelle Andino dice
Excelente artículo!!! En Honduras hay una alta población de mujeres que se dedican al cuidado de adultos mayores (no hay un estudio al respecto), pero si pasa. Lamentablemente no existen servicios de atención de dependencia institucionales que apoyen al cuidado. El incluir estos temas para abordar todas las limitaciones que tiene la mujer en su desarrollo social económico son muy importantes.
Wilson Daniel Ossa dice
Muy interesado en establecer, en cálidad de director del programa de atención integrada al adulto mayor en Keralty (sanitas Interntional), contacto con cualquiera de los tres autores del artículo…
Paramedical dice
Muy buen articulo, desgraciadamente no se valora ese trabajo y es bastante duro. Dejo unas palabras, sobre unas camas articuladas que le vendrían muy bien al paciente y al cuidador.
Las Camas articuladas eléctricas con carro elevador son la opción recomendada para las personas que pasan mucho tiempo en la cama o que necesitan ayuda para incorporarse.
Estas camas articuladas hospitalarias permiten que se incline el respaldo o que el usuario pueda elevar las piernas.
Funcionan mediante un mando, lo que resulta muy cómodo tanto para el usuario como para el cuidador.
Las camas articuladas para enfermos suelen tener cuatro planos, estas son las partes en las que se divide el somier.
silivana dice
me gustado el articulo comparto totalmente con esa encuesta , el uso de tiempo es importantisimo , en mi pais una mayor cantidad de mujeres se dedican al cuidado de personas mayoras debemos dar siempre alterntivas para poder ayudarlos a mi abuela cuando quiere ir al supermercado le muestro los folletos de alimentos ahi le muestro los productos y luego le ayuda a comprar , espero que al final a mas tareas mas dinero