El país ha sido certificado libre de malaria por la Organización Mundial de la Salud. La malaria ha asolado a poblaciones de todo el mundo durante casi cinco mil años, cobrándose millones de vidas. En la década de 1950 era endémica en todos los continentes. Desde entonces, se ha erradicado en Europa y Norteamérica. Ahora, Mesoamérica también se encamina hacia su eliminación.
Belice acaba de lograr un importante hito en materia de salud pública: este 21 de junio ha sido certificado como país libre de malaria por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras 3 años sin casos autóctonos. Se trata de un logro significativo que refleja el duro trabajo y la dedicación de muchas personas y organizaciones. También es un testimonio del poder de la colaboración y la determinación a la hora de alcanzar objetivos de salud pública y, por tanto, de mejorar vidas en la región.
Este notable logro, que se debe en gran medida al gobierno y al pueblo de Belice, a sus trabajadores sanitarios y a las comunidades, debe mantenerse para conservar el estatus de país libre de malaria y evitar la reintroducción de esta enfermedad mortal.
Por qué hay que eliminar la malaria
La malaria es una enfermedad potencialmente mortal causada por un parásito que se transmite de persona a persona a través de algunas especies de mosquitos. Se encuentra principalmente en países tropicales, y la enfermedad se puede prevenir y curar. Los bebés, los niños menores de cinco años, las mujeres embarazadas, los viajeros y las personas con VIH/sida corren un mayor riesgo de infección grave.
En América Latina y el Caribe se produjeron más de 600.000 casos de malaria en 2021, que se cobraron 334 vidas. Cada año, el número estimado de muertes por malaria en el mundo supera las 600.000 y hay 250 millones de casos. La mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer malaria.
Más allá de estas cifras, la malaria también tiene un enorme impacto socioeconómico en individuos, familias, comunidades y naciones. La malaria es una enfermedad de los más vulnerables: los más jóvenes y los pobres. Mantiene a los hogares en la pobreza, perjudica el aprendizaje, reduce la productividad por la pérdida de días de trabajo y la disminución del rendimiento laboral, y desalienta la inversión nacional y extranjera y el turismo. A nivel macroeconómico, cada 10% de reducción de la incidencia de la malaria permite un aumento del 0,3% del PIB (Producto Interior Bruto) per cápita y un crecimiento más rápido del PIB.
El desafío del restablecimiento de la transmisión en Belice
Aunque no ha habido informes de casos importados, introducidos o autóctonos en Belice desde 2019, y no hay informes de casos reincidentes o inducidos de malaria desde 2013, la vigilancia debe continuar para detectar, diagnosticar, tratar e investigar cualquier caso sospechoso de malaria, especialmente en las áreas fronterizas con países donde la malaria aún está presente. Históricamente, los distritos de Toledo y Stann Creek, en el sur, y Cayo, en el centro, han tenido la mayor carga de enfermedad, y se considera que su población aún corre cierto riesgo.
Con el apoyo de la Iniciativa Regional para la Eliminación de la Malaria, se introdujeron pruebas de diagnóstico rápido que se utilizan en todo el país desde finales de 2020. Técnicos en microscopía están realizando diagnósticos en todos los distritos. Durante 2022, un total de 20.907 personas fueron sometidas a pruebas de detección de la malaria como parte de los esfuerzos de vigilancia del país.
Belice también lleva a cabo una formación continua para mejorar la vigilancia. Además, el país aplica un enfoque integrado para el control de vectores, que implica el uso de la fumigación residual de interiores (IRS), mosquiteros tratados con insecticidas de larga duración (LLIN) y la gestión ambiental.
El BID, como administrador de la Iniciativa Regional para la Eliminación de la Malaria, sigue plenamente comprometido con la eliminación de la malaria en Mesoamérica
La Iniciativa Regional para la Eliminación de la Malaria (IREM) es una alianza público-privada administrada por el BID y financiada por la Fundación Bill & Melinda Gates, el Fondo Mundial, la Fundación Carlos Slim y nueve países de la región. El trabajo se coordina con la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Consejo de Ministros de Centroamérica y República Dominicana (COMISCA), el Proyecto Mesoamérica y la Iniciativa Clinton de Acceso a la Salud (CHAI).
El enfoque es fortalecer el Diagnóstico, Tratamiento, Investigación y Respuesta (DT-IR), así como mejorar los sistemas de vigilancia epidemiológica para detectar nuevos casos y tratarlos oportunamente.
Ahora que se ha logrado la eliminación en Belice y El Salvador, la IREM sigue apoyando a los demás países de Mesoamérica en su camino hacia la erradicación de la malaria, mejorando así la vida de sus poblaciones.
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