El progreso económico y social de un país se suele medir estimando la productividad, el crecimiento y la longevidad de la población. Cada vez más gobiernos y organizaciones se están enfocando en estudiar el bienestar de los ciudadanos y su satisfacción general, los cuales han sido afectados ante la pandemia. En este post, presentamos un estudio en Argentina y brindamos recomendaciones para promover el bienestar, desde el punto de vista de las neurociencias.
Un estudio demuestra el impacto de la pandemia en la salud mental
Un trabajo realizado por la Fundación INECO y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) investigó el impacto de la pandemia en la salud mental en Argentina, y encontró que más de un tercio de los participantes presentaron síntomas de depresión o ansiedad durante la primera semana de la cuarentena. El estrés diario junto a la sensación de soledad y los pensamientos negativos repetitivos fueron los factores que los encuestados mencionaron más frecuentemente. Los grupos más afectados fueron los jóvenes y las personas de menores ingresos.
A los 72 días del inicio del aislamiento se realizó una segunda encuesta, donde se observó un leve incremento en los síntomas de ansiedad, y un incremento notable en los síntomas de depresión como desgano, cansancio, tristeza, insomnio, y trastornos del apetito. Además, los encuestados reportaron sufrir fatiga mental, dificultades para pensar y concentrarse, preocupaciones económicas e intolerancia a la incertidumbre como factores de peso en el impacto emocional.
La importancia de tener evidencia en salud mental
Es fundamental investigar los efectos de la pandemia en la salud mental para diseñar políticas que mitiguen sus consecuencias. Con este enfoque, la Fundación INECO organizó el Primer Simposio Virtual Internacional sobre Neurociencias y Bienestar. Allí se reunieron investigadores internacionales y especialistas en ciencias cognitivas, educación, sociología, economía y musicoterapia, etc. para compartir las últimas investigaciones en salud mental y brindar herramientas prácticas para sobrellevar el impacto del COVID-19. Aquí, compartimos algunas visiones del Dr. Facundo Manes, Neurocientífico y fundador de INECO.
¿Cómo se definen la felicidad y el bienestar?
El Dr. Manes, señala la dificultad de definir la felicidad o el bienestar “ya que se trata de constructos complejos. Muchas veces resulta conveniente descomponerlo, no para minimizarlo o reducirlo, sino para entenderlo más claramente”. La felicidad no está dada solo por el placer inmediato, la vida hedónica, la satisfacción que nos puede proporcionar una comida, una reunión con amigos. También está dada por la satisfacción que nos producen los logros a largo plazo, frutos que surgen del esfuerzo del trabajo y la planificación: la llamada felicidad eudaimónica.
Uno de los focos de investigación de las neurociencias es la determinación de los circuitos de recompensa en el cerebro –claves para el placer y el deseo–, mecanismos que involucran distintas regiones cerebrales y que se encuentran comunicados mediante mensajeros químicos. Estos circuitos se activan cuando realizamos una actividad placentera o cumplimos un objetivo.
El cerebro se transforma de manera constante, y que cada uno puede influir de manera positiva sobre estos cambios: las decisiones que tomamos diariamente influyen en la salud, los proyectos y la felicidad. Si bien hay estudios que muestran que la genética puede determinar una proporción de nuestro bienestar, esta influencia no es más que un 30%, lo que significa que podemos modificarlo, ya que la felicidad se construye.
Diez aspectos clave para lograr el bienestar:
- Aceptar las emociones negativas y reconocer la complejidad de la vida. Estar conectados con lo que nos ocurre.
- Trabajar en la manera en que pensamos y expresamos nuestros sentimientos, reduciendo los pensamientos negativos. Cambiar la manera en que sentimos, cambiando la manera en que pensamos.
- Establecer y lograr metas realistas.
- Saborear los acontecimientos ordinarios positivos.
- Tener hábitos saludables. La actividad física refuerza el pensamiento creativo, es un buen ansiolítico y antidepresivo natural. Tener una alimentación saludable y, en lo posible, dormir entre siete y ocho horas, también son importantes.
- Regular las demandas del entorno a nuestras posibilidades reales. Decir que no es saludable.
- Manejar las expectativas.
- Promover la espiritualidad y la sensación de propósito.
- Meditar, disfrutar del presente. Un cerebro atento al presente es un cerebro más feliz y más productivo.
- Agradecer por lo que se tiene en vez de pedir por lo que falta.
La felicidad como un continuo
El Dr. Manes afirma que no hay que pensar en el bienestar como algo que se tiene o no se tiene, sino que es un continuo, y que se pueden realizar modificaciones internas para construir la felicidad si nos centramos en emociones positivas, en realizar actividades en las que perdamos la noción del tiempo y del espacio, como cocinar, bailar, cantar y otras actividades que nos lleven al estado de “flow”, un estado psicológico donde hasta la noción de uno mismo se diluye. A su vez, consolidar relaciones humanas íntimas y afectuosas es fundamental, ya que somos seres sociales. Si bien en pandemia debemos cumplir un distanciamiento físico, debemos procurar mantener la conexión con nuestros seres queridos.
Es posible que transitar esta pandemia nos vuelva más altruistas, más agradecidos y más empáticos. Pero para que ello suceda, en un contexto extremadamente difícil y único, se vuelve imperioso compartir el conocimiento científico para desarrollar resiliencia y abordar el bienestar.
Tony Pozzoni dice
Excelente nota. INECO es un ejemplo. Espero que a corto plazo haya en cada organismo un departamento de consulta cotidiano de esta herramienta fundamental que es la neurociencia.
Beatriz dice
Excelente artículo
Lo que estar claro que el concepto salud integral debe estar en boca de todos y ello implica por supuesto el papel de la salud mental en este algoritmo como pata de una mesa en la que si falla una se cae.