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Por Ignacio Astorga
Si escribes en tu buscador de internet la frase “elefante blanco”, obtendrás resultados como “acueductos que no llegan a ningún pueblo”, “aeropuertos vacíos”, “estadios abandonados”, “puentes sin conexión”, y un sinnúmero de ejemplos similares sobre obras públicas cuyas edificaciones terminaron sobredimensionadas. El sector salud no está exento de este tipo de problemas y por ello, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está ofreciendo una oportunidad gratuita de capacitación que apoyará a los gestores de salud a tomar decisiones de inversión más acertadas.
La situación actual
En América Latina y el Caribe existen hospitales, centros de salud y puestos de salud vacíos o subutilizados. También se da la situación contraria: hay servicios de salud sobre demandados, sin suficiente espacio para atender a las personas y con fuertes aglomeraciones de pacientes, personal de salud, y equipos. Esos son dos extremos causados por deficiencias en la planificación de las inversiones, específicamente en los estudios de preinversión de proyectos de salud, que se utilizan para dimensionar la demanda por servicios de salud y estimar la capacidad y viabilidad real de oferta de los servicios. Veamos qué implican los análisis de esos aspectos.
La demanda por servicios de salud está determinada principalmente por la demografía de la región donde se ubican los servicios. Estos patrones demográficos cambian entre países y regiones, de manera que es necesario caracterizarlos adecuadamente para cada área. Se estima que en América Latina y el Caribe la población infantil de 0 a 14 años se ha reducido un 5% en las últimas dos décadas, lo que equivale a 7.8 millones de niños y adolescentes. Esta reducción tiene un impacto sobre la demanda de servicios pediátricos y obstétricos, de manera que si un proyecto tiene un componente materno-infantil, es conveniente tenerlo presente. Por el contrario, la población mayor de 45 años ha incrementado un 73%, lo que significa que la demanda de servicios médicos y quirúrgicos para adultos y adultos mayores se enfrenta a la presión adicional de atender a 75 millones de personas más.
¿Por qué es importante este tipo de análisis? Hasta hace algunos años, la prioridad de la mayoría de los sistemas de salud era materno-infantil. Sin embargo, los recursos destinados a ello no son necesariamente los mismos que aquellos requeridos para la atención de los adultos y, además, no siempre es posible contar con recursos polifuncionales que puedan adecuarse a las diferentes demandas. Es indispensable que los planificadores de salud incorporen estos cambios, pues de persistir las tendencias actuales, necesitaremos más servicios para los adultos y menos obstétricos y para los niños.
Un buen estudio de preinversión indicará qué tipos de establecimientos de salud – maternidades, hospitales especializados u otros – serán necesarios durante los próximos años y cómo deberían ser priorizados.
Desde la perspectiva de la oferta, uno de los grandes dilemas al dimensionar hospitales o centros de salud en ciudades intermedias es la posibilidad de contar con personal especializado que permita incrementar la complejidad de los servicios de manera permanente. Es frecuente que al planificar servicios de salud, se generen propuestas complejas como crear unidades oncológicas o de cuidados intensivos en áreas remotas, lo que contrasta con la carencia de una oferta permanente de especialistas en esas regiones. El riesgo de este tipo de decisiones es que esas unidades después queden sin funcionar o funcionen de manera irregular por falta de personal especializado.
Un buen estudio de preinversión deberá estudiar alternativas para evitar esos riesgos y priorizar inversiones que puedan ser utilizadas y sirvan para resolver los problemas de la población.
Estos casos ilustran la necesidad de considerar variables clave al planificar proyectos de inversión o de desarrollo de las redes de salud. Su impacto puede ser alto, por lo que es clave evitar invertir en soluciones costosas que queden subutilizadas mientras faltan recursos para atender problemas más apremiantes del sistema de salud.
¿Qué puedes hacer?
Si trabajas en inversiones debes entender cómo se comporta la demanda de servicios, así como la capacidad de ofrecerlos, ya sea a nivel de una red y en establecimientos o servicios determinados.
Debes tener presente que la planificación en salud y la preparación de los proyectos son procesos dinámicos, cuyo éxito depende de la combinación de un conjunto de variables de oferta, demanda y gestión que deben adecuarse a las condiciones nacionales y locales.
Si trabajas en el sector público, en áreas de planificación e inversión en salud y quieres profundizar tus conocimientos:
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