En el siglo XXI estamos experimentando una progresión exponencial en muchos sectores e industrias gracias a las nuevas tecnologías; nos encontramos ante la cuarta revolución industrial (Industria 4.0). Al mismo tiempo, los cambios en el mundo de las telecomunicaciones nos permiten estar conectados virtualmente a toda hora sin importar fronteras. Estos avances también se pueden ver en el transporte; el comercio de mercancías y nuestros traslados por modo aéreo y marítimo que son cada vez más rápidos, eficientes y económicos.
Sin embargo, en América Latina el reloj pareciera haber quedado detenido en el siglo XX cuando se trata de recorrer rutas que atraviesan fronteras. La realidad es que en la mayoría de los trayectos transfronterizos hay largas colas, tiempos perdidos y costos adicionales para los transportistas y usuarios, en muchos casos vecinos de las áreas aledañas a la frontera que comparten lazos familiares o de negocios.
Estos desafíos de conectividad tienen un impacto negativo para todos. El transportista pierde rentabilidad por tener su camión parado, el exportador ve mermado su potencial de crecer, el importador reduce ventas por ajustes de precios al alza, y el sector público se resiente producto de las ineficiencias de la gestión y de la inadecuación de recursos financieros y humanos. El resultado se traduce en una menor capacidad de los países de la región para insertarse en las cadenas de valor regionales y globales, y por ende en unos bajos índices de competitividad y desarrollo económico en general.
Gracias a las nuevas tecnologías, al esfuerzo coordinado del sector público y privado y a la cooperación binacional hoy podemos superar estos retos con rutas inteligentes que aceleren el paso en la frontera.
Los países de América Latina, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), están interesados en fomentar la integración regional y una mayor conectividad a través de proyectos innovadores de rutas inteligentes.
¿Qué son las rutas inteligentes?
Una ruta inteligente es un corredor vial operado con tecnología y datos. Es aquella ruta que permite una movilidad del flujo vehicular que satisface las necesidades de los usuarios de manera segura y económica, y que permite a su vez llevar a cabo un adecuado control y administración del tráfico. Si esta ruta inteligente es parte de un corredor vial binacional fronterizo, permite además un eficiente y eficaz control fronterizo.
Afrontar los desafíos del siglo XXI y participar plenamente de las oportunidades globales requiere que las inversiones en corredores viales transfronterizos sean integrales, y apunten a una infraestructura vial segura y de calidad, a instalaciones funcionales y procesos optimizados y coordinados en la frontera. Pero además de estas inversiones, una ruta inteligente requiere implementar Sistemas Inteligentes de Control y Gestión (SICG) del transporte de mercancías y de personas que incorporen las últimas tecnologías, tales como:
- Etiquetas RFID de identificación de vehículos y de precintos de contenedores.
- Equipos ALPR para el reconocimiento automático de matrículas (Automatic Number Plate Recognition).
- Equipos ACCR para el reconocimiento de códigos de identificación de contenedores.
- Espiras magnéticas y sensores piezoeléctricos para la clasificación de vehículos.
- Cámaras de videovigilancia y detectores de altura de los vehículos y arcos de medición de radiación.
- Lectores biométricos de reconocimiento facial.
- Balanzas de peso total y por ejes.
- Señales de mensajería con tecnología LED.
- Separadores de vehículos con barreras laser y sensores de ocupación a través de tecnología infrarroja.
- Entre otras…
Todos estos componentes tecnológicos se integran en Estaciones de Gestión (EG) ubicadas en lugares estratégicos del corredor vial y en las vías de ingreso y egreso de los Pasos de Frontera. Las EG son las encargadas de capturar de manera automática o semiautomática los datos de los vehículos que circulan por la ruta (ver gráfico no. 1). Adicionalmente, el SICG contiene también componentes lógicos (software) que funcionan de manera coordinada e interactúan con los sistemas informáticos de control y gestión internos de cada una de las instituciones con responsabilidades en el corredor vial y en área fronteriza.
Gráfico no.1 Ejemplo de una Estación de Gestión diseñada en el Estudio de Sistema de Control de Gestión del Corredor y Paso de Frontera en Cristo Redentor entre Argentina y Chile, financiado por el BID y realizado por el consorcio CIS Ingenieros/SERMAN &Asociados/ EPYPSA S.A, diciembre 2017.
¿Qué aporta un Sistema Inteligente de Control de Gestión?
Una cantidad abundante de datos de calidad para la gestión de aspectos regulatorios, operativos y de seguridad, así como para la generación de estadísticas fundamentales para la elaboración de políticas públicas. Esta facultad permite controlar, ordenar y agilizar el tránsito en un corredor vial y en los pasos de frontera. Gracias a la tecnología y las funcionalidades del SICG las autoridades de gobierno y los usuarios disponen de una mayor capacidad de planificación, gestión y de reacción.
- Así, el Ministerio de Transporte puede conocer con precisión el inventario sectorizado de los vehículos que se encuentran en todo momento en el corredor vial; su peso, matriculas, licencias y permisos de transporte y circulación. Además, puede realizar el control del pago de impuesto de circulación y mejorar los estándares de seguridad vial y de respuesta ante incidentes.
- Las Aduanas y las autoridades que realizan los controles fitosanitarios disponen de datos anticipados a la llegada del vehículo al paso de frontera para investigar la trazabilidad de un expediente aduanero (e.g. peso declarado). Además, el SICG le permite controlar que todos los vehículos que cruzan la frontera ingresen a los recintos de control respectivos a lo largo del corredor, lo cual facilita el control y mitiga los riesgos de evasión.
- El Ministerio de Seguridad obtiene información para actuar ante un delito. Asimismo, esta información le permite elaborar un sistema de gestión de riesgo para el corredor junto con las autoridades del país vecino. De manera general, todas las entidades gubernamentales acceden a datos en tiempo real y se benefician de estadísticas clave para la gestión y toma de decisiones.
- Adicionalmente, el SICG permite a los usuarios externos (transportistas, despachantes de aduanas, importadores, exportadores) consultar el estado de sus operaciones aduaneras en tiempo real a través de internet.
El BID está apoyando técnica y financieramente el diseño y/o la implementación de Sistemas Inteligentes de Control de Gestión en varios corredores y Pasos de Frontera, como el de Cristo Redentor (Argentina-Chile), el de Rumichaca (Ecuador-Colombia), el de Huaquillas (Ecuador-Perú), y en Pasos de Frontera de Nicaragua y Costa Rica.
Sin duda se trata de una apuesta de la región para sumarse a la nueva generación digital y a una gestión pública fundamentada en datos.
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