La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 está impulsando cambios en el comercio a un ritmo vertiginoso. Un ejemplo positivo es la aceleración de la transformación digital en países e industrias que se habían demorado en adoptar estas tecnologías. Las circunstancias de la crisis han llevado a empresas y gobiernos a adaptar sus ofertas de productos y servicios al incorporar herramientas digitales para enfrentar los nuevos desafíos planteados por el virus.
El despacho de las mercancías es un área en la que las herramientas digitales, como las que provee un sistema de gestión de riesgos robusto, pueden mejorar de manera significativa las operaciones comerciales. Pueden, por ejemplo, reducir los costos de transacción y minimizar los riesgos en las fronteras, tanto en términos del despacho de las mercancías como de la exposición al contacto físico con personas y superficies de las mismas mercancías. Este sistema digital trae consigo el beneficio adicional de preservar la salud de todas las partes involucradas en una transacción, lo cual es de suma importancia en una crisis como la de COVID-19.
¿Qué son los sistemas de gestión de riesgos?
La gestión de riesgos es la aplicación sistemática de procedimientos, prácticas y herramientas tecnológicas de gestión que le proporcionan a las Aduanas la capacidad de recibir, procesar y analizar distintos tipos de datos para identificar y responder a movimientos o envíos que presentan algún riesgo.
Ya sean riesgos de seguridad planteados por productos prohibidos o restringidos —como armas o drogas—, o riesgos de recaudación, como la subvaloración, la clasificación indebida o el contrabando de bienes como el alcohol o el tabaco, los sistemas de gestión de riesgos robustos ayudan a las administraciones aduaneras a determinar qué embarques deben ser inspeccionados, a fin de minimizar la interferencia en los flujos comerciales.
Asimismo, la evidencia demuestra que cuando las inspecciones físicas prolongan los tiempos de procesamiento de las cargas, las nuevas relaciones comerciales se ven particularmente afectadas.
No obstante, no todos las administraciones aduaneras están aplicando técnicas modernas para gestionar los riesgos. En América Latina y el Caribe (ALC), México y Brasil emplean herramientas avanzadas. En el resto del mundo, apenas unos pocos países como Estados Unidos, Canadá, Dubái, la República de Corea, Japón, Singapur y Nueva Zelanda, están utilizando las herramientas más modernas, como la inteligencia artificial en sus sistemas de gestión de riesgos.
Los sistemas tradicionales de gestión de riesgos utilizan herramientas como la selección aleatoria aislada o aplican niveles básicos de análisis deductivos para seleccionar algún envío para su inspección. Por ejemplo, buscan coincidencias entre el importador registrado en un manifiesto (un documento de embarque en el que se detallan la carga, los pasajeros y la tripulación del buque) y un registro histórico de importadores que han incumplido las normas.
Este enfoque no proporciona una visión integral del perfil de riesgo de un cargamento, y estos listados no suelen ser actualizados con frecuencia o mediante herramientas automatizadas, por lo que son de escasa utilidad. Por otra parte, utilizar únicamente la selección aleatoria hace que el control se reduzca a una suerte de ruleta rusa.
Por consiguiente, estas técnicas rudimentarias típicamente están asociadas a altas tasas de inspección y bajos niveles de precisión. Representan una asignación ineficiente e ineficaz de los recursos humanos y técnicos, y comprometen la salud del personal, en menoscabo de los esfuerzos por preservar la vida en tiempos de crisis.
Por el contrario, las soluciones sofisticadas utilizan múltiples niveles de análisis de manera sistemática en toda la gama de datos de la cadena de suministro, por lo que permiten realizar una evaluación más eficaz del riesgo. Un conjunto robusto de reglas de negocio basadas en algoritmos actualizados puede ayudar a dirigir los esfuerzos de evaluación a aquellos envíos, sectores de la industria, importadores, exportadores, transportistas y agentes aduaneros que presenten algún riesgo. Los sistemas de aprendizaje automático (Machine Learning) y la inteligencia artificial también pueden servir para desarrollar modelos predictivos que ajustan automáticamente los escenarios de riesgo dentro de un sistema de autoaprendizaje.
Junto con las herramientas de procesamiento de lenguaje natural y de analítica de datos, este enfoque moderno facilita el comercio lícito. Permite que las transacciones de bajo riesgo puedan ser examinadas después de que las mercancías hayan pasado por el puerto (auditoría posterior al despacho), lo que reduce retrasos innecesarios. Este enfoque también permite minimizar los recursos humanos necesarios en la frontera y centrarlos en el análisis de los envíos de alto riesgo que plantean amenazas reales a las Aduanas.
¿Cómo funciona un sistema de gestión de riesgos moderno?
Siguiendo el ejemplo presentado anteriormente, el puntaje de riesgo inicial puede ser alto si el importador ha cometido alguna infracción menor en el pasado. No obstante, cuando el sistema ejecuta varios niveles de análisis de los datos utilizando múltiples herramientas, el puntaje de riesgo se ajusta a la baja. El puntaje total combinado puede concluir que el envío no representa ninguna amenaza real, ni para la recaudación ni para la seguridad.
Este sistema puede eliminar una inspección física completa e ineficaz en el puerto de entrada o, quizás, determinar el redireccionamiento del envío a una inspección no invasiva, dependiendo del puntaje de riesgo ajustado y del tipo de producto.
Un sistema moderno de gestión de riesgos permite que las agencias fronterizas minimicen las inspecciones manuales e incrementen las interdicciones. En otras palabras, aumenta la asertividad. Combinadas de manera inteligente con equipos que permitan inspecciones no invasivas y con sistemas de monitoreo, estas herramientas contribuyen a reducir el personal necesario en los puertos de entrada y a preservar la seguridad en las fronteras. Estas herramientas también complementan otras iniciativas de modernización del comercio, como los puertos inteligentes, para los cuales el BID ha desarrollado un manual para medir el nivel de evolución de un puerto.
El apoyo a los sistemas de gestión de riesgos en los países de América Latina
Las herramientas de este tipo se tornan aún más indispensables cuando la seguridad de un país depende de restringir el contacto entre personas y con las superficies de las mercancías. El Sector de Integración y Comercio del BID está trabajando en estrecha colaboración con las administraciones aduaneras y con varios ministerios de Trinidad y Tobago, Bahamas, Argentina, Perú, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, para apoyar inversiones en sistemas de gestión de riesgos, conforme al mandato para reducir las demoras y los costos de despacho de las mercancías, así como asegurar la seguridad de las operaciones en los puertos de entrada.
La transformación digital ocupa un lugar central en estas intervenciones. Los trámites electrónicos (sin papeles), la gestión de riesgos, la trazabilidad de los envíos, las tecnologías de inspección no invasiva y la interoperabilidad de los sistemas, son ejemplos de actividades que el BID está ayudando a financiar y a implementar en los puertos de entrada de los países de ALC. Impulsar estos esfuerzos contribuiría en gran medida a mejorar el nivel de preparación de cada administración aduanera para operar en el futuro en situaciones de crisis, como una pandemia.
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