La Región Andina se encuentra en un momento crucial, en busca de reanudar su camino hacia el progreso sostenible tras una desaceleración económica desde 2014 y la reciente crisis provocada por la pandemia de COVID-19. Además de enfrentar estos desafíos, la región debe adaptarse a la transformación digital, las tensiones geopolíticas globales y el cambio climático. Este conjunto de circunstancias subraya la importancia de la cooperación entre los países andinos, en un contexto donde América Latina y el Caribe exhibe una de las menores tasas de apertura comercial entre las regiones en desarrollo.
¿Vale la pena formar parte de cadenas globales de valor?
La participación en cadenas globales de valor (CGV) se presenta como una oportunidad estratégica para impulsar la productividad, diversificar el comercio y fomentar la transferencia de conocimientos, tecnología y la creación de empleos de calidad con equidad de género. Sin embargo, la Región Andina aún enfrenta el desafío de integrarse adecuadamente en estas CGV, centrándose en el desarrollo de cadenas de valor sostenibles que cumplan con los compromisos ambientales globales, como los establecidos en el Acuerdo de París. Esta integración no solo es esencial para la sostenibilidad ambiental, sino también para el crecimiento económico.
Integración productiva y descarbonización
En nuestra publicación, titulada Cadenas de valor sustentables para la Región Andina: oportunidades y desafíos para avanzar en la integración y descarbonización de Colombia, Perú y Ecuador, hemos identificado las oportunidades de inserción en CGV que podrían implementarse de manera más rápida en estos tres países. En los sectores de la pesca, textiles y confecciones, así como en el de plástico y caucho, hay un gran potencial por dos motivos fundamentales. El primero, es su importancia económica. Sólo durante el año 2022, las exportaciones de estas industrias alcanzaron los 14.000 millones de dólares, representando el 10% del total de las exportaciones. El segundo motivo es ambiental, ya que estas industrias, aunque actualmente son importantes fuentes de emisiones, tienen claras posibilidades para la descarbonización.
Si bien estos sectores representan oportunidades para Colombia, Perú y Ecuador, cada uno de ellos viene con un conjunto de desafíos particulares que es necesario atender para lograr su inserción exitosa en las CGV. Por ejemplo, en el caso de la cadena textil, donde la oferta de fibras naturales es limitada y la producción de algodón enfrenta obstáculos de escala y calidad, resulta clave apoyar el acceso a financiamiento de empresas para que puedan competir a nivel mundial. En el sector pesquero, los países andinos necesitan realizar inversiones para optimizar la eficiencia energética. No obstante, la dificultad para acceder a financiamiento representa una barrera significativa. Por último, en el sector de plásticos, es crucial fomentar garantías e invertir en empresas que puedan producir insumos de manera competitiva. Esta estrategia permitiría al sector una integración más amplia en las cadenas de valor.
Para fortalecer la inserción regional y global de las cadenas de valor en los tres países mencionados es necesario fortalecer el ecosistema de apoyo al comercio, desarrollar las capacidades de las empresas y sus trabajadores, fortalecer las redes de proveedores locales, adoptar mejores prácticas para conseguir acceso a mercados globales y facilitar el financiamiento de maquinarias y equipo productivo.
¿Cómo lograr CGV que respondan a los nuevos desafíos climáticos?
Lograr una integración productiva en cadenas de valor sustentables presenta un doble reto para la región. Por un lado, alrededor del 17% del total de emisiones de gases de efecto invernadero de los países andinos están asociadas a su matriz exportadora. Por otro lado, los países de la región exportan un porcentaje significativo de bienes que son vulnerables a restricciones comerciales basadas en políticas de sostenibilidad por parte de los países importadores. Estas restricciones incluyen barreras como aranceles, permisos y certificados especiales que dificultan el comercio de ciertos productos.
Para reducir la huella de carbono en las cadenas de valor, es clave fortalecer las capacidades institucionales y regulatorias para impulsar la descarbonización, dar apoyo financiero para la implementación de proyectos de energía limpia y economía circular, adoptar mejores prácticas para la sostenibilidad, financiar el acceso a tecnologías y equipos para descarbonizar, y fortalecer las capacidades y procesos de acopio y reciclaje de materiales.
En este trabajo realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo se exploran las vías de descarbonización de los sectores del plástico, textil, automotriz y pesquero en Colombia, Ecuador y Perú. Es decir, se identifican acciones específicas que pueden implementarse a lo largo del proceso de producción y comercialización de los bienes analizados para reducir su huella de carbono. Esto sugiere que una inserción en cadenas de valor sustentables es posible.
La región busca superar los retos que acompañan a la transformación productiva a nivel mundial. Su mayor participación en cadenas globales de valor podría generar crecimiento, sostenibilidad, diversificación y desarrollo, pero enfrenta retos que deben ser abordados mediante políticas públicas integrales y bien articuladas entre los países andinos. La cooperación regional enfocada y estratégica es clave para avanzar en la dirección correcta.
Para saber más sobre este tema, te invitamos a descargar nuestra publicación: Cadenas sustentables para la Región Andina: Oportunidades y desafíos para avanzar en la integración y descarbonización de Colombia, Perú y Ecuador.
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