La semana pasada, los líderes de todo el mundo se reunieron en Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Uno de los temas de discusión fue la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; un conjunto de 17 objetivos orientados a mejorar la prosperidad de las personas y del planeta. Uno de los temas recurrentes de la Agenda 2030 es la función del comercio para coadyuvar al crecimiento económico y al desarrollo. Como explicó el director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevêdo, el comercio tiene un «potencial transformador […] como parte de la combinación de políticas aplicables» y es por ello que la comunidad internacional debe garantizar que «los beneficios del comercio se distribuyan lo más ampliamente posible, a fin de favorecer el desarrollo y la creación de empleo en todo el mundo».
Esto implica la necesidad de crear un sistema de comercio más inclusivo, que logre que el comercio redunde en beneficio de todos.
En 1990, los países emergentes y en desarrollo explicaban apenas el 20% del comercio mundial. Peor aún, el comercio entre países en desarrollo (conocido como comercio Sur-Sur) representaba solo el 5%. No obstante, con la reducción de las barreras comerciales, la mejora de la infraestructura de transporte y los avances tecnológicos, una variedad de actores más amplia que nunca participa hoy en día del comercio mundial.
Los países emergentes y en desarrollo han duplicado su participación en el comercio mundial, y el comercio Sur-Sur actualmente da cuenta de casi el 20% del dicho comercio global. Asimismo, las pequeñas y medianas empresas (pymes) están compitiendo a la par de grandes corporaciones multinacionales y se están convirtiendo en actores cada vez más prominentes de la economía mundial. De hecho, el Centro de Comercio Internacional informa que, a escala global, las pymes actualmente representan el 95% de todas las empresas y casi el 70% del empleo total.
Las pymes son la columna vertebral de muchas economías, por lo tanto, su internacionalización —y especialmente la de las pymes de los mercados emergentes— es crucial para potenciar el crecimiento económico y el desarrollo. Sin embargo, dichas pymes enfrentan importantes barreras a la entrada y muchas no son capaces de aprovechar las oportunidades que ofrecen las cadenas globales de valor (CGV) y, por ende, no pueden crecer y competir internacionalmente.
Este problema es particularmente grave en América Latina y el Caribe (ALC), ya que las pymes representan alrededor del 95% de las empresas y el 67% de los empleos a nivel regional, y sin embargo explican solamente el 13% de las exportaciones totales de la región. Esta cifra es sorprendente, pero su explicación se encuentra en el hecho de que las pymes enfrentan mayores barreras a la entrada, principalmente dadas por la falta de acceso a las fuentes de financiación, las limitaciones de la información sobre los procesos comerciales internacionales, la falta de contactos y redes en el extranjero —incluso de enlaces con las CGV existentes— así como costos elevados de logística y bajos niveles de adopción de tecnologías.
En la actualidad, la comunidad comercial internacional está tomando nota de los desafíos que enfrentan las pymes y los países emergentes y en desarrollo, y está trabajando para resolverlos, centrándose en transformar lo que alguna vez fue un sistema excluyente en un sistema inclusivo.
Por ejemplo, este año el tema al que está dedicado el Foro público de la OMC se titula «Un comercio inclusivo». El foro examinará la manera en que la OMC puede fomentar la participación de las pymes en los mercados globales, y cómo la innovación puede mejorar las capacidades comerciales de los países en desarrollo. El Sector de Integración y Comercio del BID ofrecerá una sesión del Foro, que analizará de qué modo los acuerdos comerciales regionales pueden promover un crecimiento más inclusivo.
El BID lleva adelante una gran cantidad de actividades relacionadas con este tema. Entre ellas, la plataforma Conectar Américas, que está ayudando a las pymes de ALC a hacer crecer sus negocios internacionales, por ejemplo, brindándoles información acerca de oportunidades de financiación del comercio, conectándolas con potenciales clientes, proveedores e inversores de la región y del mundo, y proporcionándoles información gratuita sobre comercio y negocios internacionales. Trabajar con la comunidad del comercio multilateral es otra parte importante de la labor del BID y es esencial a fin de aprovechar las oportunidades para profundizar y fortalecer la integración que presenta el comercio internacional.
Daniel Meza dice
Interesante. También el comercio jugará su papel más incluyente sí los entes de gobierno que lo regulan reducen sus intervenciones innecesarias y agilizan su accionar para reducir costos.