Por los beneficios que representa tanto para el Estado como para el sector productivo, tener una economía más formal es uno de los principales objetivos de desarrollo económico y social de muchos países de América Latina. Entonces, ¿por qué no hay más empresas formales en la región? ¿Qué barreras enfrentan las unidades productivas para operar formalmente? ¿Cuáles son las recompensas de ser formal?
Los obstáculos de la formalidad
Impulsado por la acumulación de factores productivos, Paraguay ha sido uno de los países de América Latina que más ha crecido en los últimos quince años. Sin embargo, el dinamismo de la economía se ha ido perdiendo porque las ganancias de productividad han sido escasas. Este fenómeno se ve reflejado a nivel de empresa, en el que se observa un círculo persistente de baja productividad y alta informalidad. El trasfondo de esta situación está dado por un conjunto de barreras multidimensionales que frenan el desarrollo productivo de manera sostenida.
Para indagar qué hay detrás de esta lógica, realizamos un estudio cualitativo en Paraguay en el que les preguntamos a distintos actores económicos cuáles son los beneficios y los obstáculos de la formalidad y qué acciones serían necesarias para destrabar los cuellos de botellas identificados.
Como ocurre en toda la región, no hay una única causa que explique la elección de las firmas de ser informales, así como no todas las empresas identifican las mismas trabas o desincentivos para formalizarse. Las empresas más pequeñas encuentran que ser formal es caro y difícil y carecen de incentivos y capacidades para crecer y generar mayor rentabilidad, dado que la elección de llevar adelante un negocio surge por la mera necesidad de generar ingresos ante una falta de alternativas laborales. Por su parte, las empresas medianas perciben que ser formal no deriva en beneficios sustanciales ante un vínculo con el sector público que perciben como ineficiente. Las empresas grandes, en cambio, presentan mayores niveles de formalización directamente vinculados a la magnitud y características de sus operaciones, pero perciben el hecho de ser formal como una obligación que representa una penalización a su competitividad ante el escaso control a las firmas informales.
Sin embargo, hay un elemento en el que todas las empresas, independientemente del tamaño, coinciden: el costo de la seguridad social es elevado y la percepción sobre la cobertura y calidad de la provisión de los servicios recibidos en contrapartida es deficiente.
Paraguay, como otros países de la región, ha hecho esfuerzos por mejorar el ambiente de negocios simplificando trámites, manteniendo tributos relativamente bajos y diseñando regímenes laborales más flexibles. Sin embargo, las empresas poco conocen sobre los mismos o los perciben insuficientes, razón por la cual estas herramientas tienen impacto limitado en la formalización. Además, los instrumentos destinados a mejorar la productividad de las firmas paraguayas no han sido tan extensos. En efecto, los instrumentos de acceso al crédito y los programas de desarrollo empresarial son acotados.
Cuatro oportunidades para una política de formalización
La evidencia indica que una estrategia de formalización debe integrar los distintos aspectos que inciden en la decisión de ser formal, desde registrar un negocio, hasta financiar el acceso a mercados, pasando por la mejora de la productividad y el uso de más herramientas digitales para vincular empresas con políticas y servicios. En este sentido, el estudio permite identificar oportunidades en cuatro áreas de política:
- Adecuación de los marcos regulatorios: Las oportunidades, según el estudio, se encuentran en una mayor legitimidad de normas e instituciones, mejora de la eficiencia y eficacia del esfuerzo público, y un incremento en el acceso y la calidad de los servicios que involucran al sector público con las empresas.
- Digitalización y uso de TICs: es necesario profundizar los avances hechos hasta el presente y ampliar el acceso digital de las empresas a servicios y al cumplimiento de regulaciones, a partir de la creación de protocolos para el reconocimiento de datos entre instituciones públicas y empresas.
- Desarrollo empresarial: se requieren mejores empresas para que superen las barreras mínimas de rentabilidad/informalidad. El desafío es fortalecer las instituciones involucradas en este tipo de políticas mediante algún tipo de red que ofrezca servicios estandarizados y con alcance nacional.
- Financiamiento y bancarización: se debe atender el déficit de información detallada sobre oferta y demanda de crédito (a veces la información existe, pero no se explota para mejorar el funcionamiento del mercado), perfeccionar la coordinación interinstitucional, desarrollar el mercado de crédito (algunos bancos comerciales por primera vez se muestran interesados en crear un sector que atienda las pymes) y promover instrumentos no tradicionales de financiamiento (digitales o no).
Finalmente, el éxito de una estrategia de formalización dependerá de varios factores como la implementación de las políticas y su visibilidad y accesibilidad, la generación de la información desagregada, y la coordinación público-público y público-privada mediante algún mecanismo que permita construir una agenda compartida y con propósito.
Impulsar la formalización en Paraguay será posible al institucionalizar los espacios de trabajo colectivo (mediante alguna norma que establezca una gobernanza y una unidad operativa) y que estos espacios integren al sector privado y al público, así como la sociedad civil y la academia. El mantener estos espacios activos y con un método de trabajo delimitado, podría abrir paso tanto a la formalidad, como a la obtención del impacto deseado.
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