América Latina y el Caribe han llegado tarde a todas las revoluciones tecnológicas que surgieron en los últimos cien años. Por ejemplo, los países de la región llegaron muy tarde a la revolución digital que se inició a finales de los noventa y ahora, a diferentes velocidades, están tratando de cerrar las brechas en conectividad y habilidades, e impulsar la digitalización de la administración pública y la economía digital.
Este foco actual en lo digital apenas deja espacio para reconocer la importancia de otra revolución, la biotecnológica, impulsada por descubrimientos recientes en el ámbito de la biología y por su convergencia con las tecnologías digitales, la ciencia de datos y de los materiales. La biotecnología ha progresado más que cualquier otra disciplina científica y tecnológica en las últimas dos décadas. Los avances en secuenciación genómica, edición genética y biología sintética abren posibilidades sin precedentes para desarrollar nuevas soluciones a desafíos en sectores esenciales para nuestro futuro: agricultura y alimentos, medicina, agua, energía y adaptación al cambio climático, entre otros.
Para entender el valor exponencial de esta nueva revolución biotecnológica, veamos algunos datos. Secuenciar un genoma humano en 2006 costaba US$100 millones, hoy se puede hacer por US$200. Producir una semilla de arroz resistente a inundaciones le tomó 10 años y US$1,000 millones a la Universidad de California Davis en Estados Unidos, lograr soja resistente a herbicidas requirió 10 años de trabajo a Embrapa en Brasil, y desarrollar soja resistente a sequía y salinidad le tomó 12 años a Bioceres en Argentina. Hoy, con las técnicas de edición genética de precisión como CRISPR y prime editing, se estima que los tiempos y costos asociados al desarrollo de esas semillas se reducirían en un 75%. En el campo de la biología sintética, ya es posible “programar” bacterias para transformar biomasa en suficiente combustible para que un avión cruce el océano Atlántico (Lawrence Berkeley National Laboratory) o “programar” levadura para manufacturar proteínas de alto valor para medicamentos.
La biotecnología puede ser parte de la solución a desafíos muy complejos. Ofrece la posibilidad de eliminar y/o controlar vectores que amenazan la salud pública y la agricultura, como los casos del mosquito Aedes Aegypti, que causa fiebre amarilla, dengue, zika y chikungunya; y la mosca Cochliomyia, causante de miasis parasitaria en el ganado y que provoca pérdidas millonarias en nuestra región. La biotecnología también ofrece soluciones para recuperar recursos naturales dañados, como por ejemplo los arrecifes de coral en el Caribe, donde el 66% están dañados. En el campo de la salud humana, estamos empezando a ver las primeras terapias genéticas para curar enfermedades causadas por patologías en genes individuales, como por ejemplo la ceguera causada por una mutación en el gen RPE65.
Con estos avances, está emergiendo una nueva generación de bioindustrias: agricultura celular para la producción de carne sin animales, fabricación de órganos y tejidos humanos para trasplantes, bioplásticos y biomateriales para packaging y construcción, bacterias sintéticas para limpiar la contaminación del suelo, agua y aire, microalgas para la fijación de CO2, etc.
Video: La revolución biotecnológica y su potencial en América Latina
El científico emprendedor colombiano Maier Avendaño nos cuenta de qué se tratan las biotecnologías emergentes, y por qué los bioemprendimientos son una oportunidad de desarrollo para la región latinoamericana.
Bioeconomía: el rol de la biotecnología para alcanzar una actividad económica sostenible
El progreso acelerado de la biotecnología está impulsando la bioeconomía, una etiqueta reciente para un viejo concepto: la actividad económica que desarrolla productos y servicios, utilizando fundamentalmente recursos biológicos renovables, de manera eficiente y sostenible. Está íntimamente ligada a los conceptos de economía verde y economía circular, e implica que debemos ser capaces de vivir dentro de los límites de lo que el planeta puede proporcionar, y preservarlo para las generaciones futuras.
En los últimos cinco años, este concepto se ha expandido alrededor del mundo. Con diferentes enfoques y alcances, 14 países han definido políticas y estrategias dedicadas para impulsar la bioeconomía, y más de 30 países han empezado a explorar sus oportunidades. Alemania, caso pionero en Europa, cuenta con una estrategia y un plan de I+D para impulsar la bioeconomía, con énfasis en la producción de alimentos, energía y manufactura industrial. Más de 700 institutos de investigación están trabajando en proyectos de bioeconomía, con fondos de más de 2 mil millones de euros. La estrategia de bioeconomía del Reino Unido forma parte de su política industrial y se propone convertir al país en un líder global en soluciones de base biológica, con prioridad en la biología sintética.
Estados Unidos ha sido pionero en adoptar políticas hacia la bioeconomía. Un buen ejemplo es el BioPreferred Program, un programa iniciado en 2002 que establece la compra obligatoria de bioproductos por parte de agencias federales y sus contratistas. En 2019, varias agencias federales aprobaron un plan de acción para acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías para convertir biomasa en biocombustibles, bioproductos y bioenergía. En el mismo año, la comunidad empresarial de Canadá lanzó una estrategia para la bioeconomía, priorizando la adopción de regulaciones ágiles para la aprobación de biotecnologías y bioproductos avanzados, la creación de un clima de negocio favorable para las empresas biotecnológicas, la inserción de éstas en cadenas de valor globales y el aprovechamiento de la compra pública.
Video: Avances hacia la bioeconomía en Panamá
El investigador panameño Rolando Gittens nos habla de los desafíos y las oportunidades en biotecnologías emergentes y bioeconomía para países como Panamá.
¿Llegamos a tiempo en América Latina y el Caribe?
La pregunta inevitable para América Latina y el Caribe es: ¿será capaz la región de llegar a tiempo a esta revolución biotecnológica, para así poder participar y competir en el mundo de la bioeconomía?
El desarrollo de políticas y estrategias para la bioeconomía en la región es un esfuerzo muy incipiente. En 2017, Argentina estableció un convenio de cooperación entre varios ministerios para diseñar e implementar medidas para impulsar la bioeconomía, entendiendo que el desafío es transversal y requiere la acción de varios actores institucionales. En Brasil, la bioeconomía es uno de los ejes prioritarios de su estrategia nacional de ciencia y tecnología, la cual propone el desarrollo de un Plan de Acción para la Bioeconomía. En los últimos años, Colombia, México, Ecuador, Uruguay y Chile realizaron estudios para entender y valorar el potencial y las oportunidades de la bioeconomía, y propusieron recomendaciones de política. Y en la actualidad, Costa Rica está trabajando en el diseño de una estrategia nacional de bioeconomía.
Si bien yo no tengo la respuesta al título que encabeza este artículo, sí veo tres razones para ser optimistas.
- En primer lugar, América Latina y el Caribe cuenta con el 40% de la biodiversidad del planeta y con grandes reservas de recursos naturales. Es decir, la región dispone de una altísima diversidad y cantidad de la “materia prima” que se requiere para la bioeconomía.
- En segundo lugar, varios países cuentan con un buen capital humano en disciplinas clave de las ciencias de la vida como biología, genómica, bioquímica, medicina, y ciencias agrarias y veterinarias, y una base de empresas biotecnológicas que, aunque sea relativamente pequeña, ya cuenta con algunas firmas muy competitivas que operan en la frontera tecnológica.
- Y en tercer lugar, está emergiendo una nueva generación de talento, integrada por científicos, emprendedores y biomakers del movimiento DIY (Do-It-Yourself) y GIY (Grow-It-Yourself), bien conectados en redes globales de conocimiento (70 jóvenes latinoamericanos participaron en el Bio Summit 3.0 que se celebró en Boston el pasado mes de octubre, con el fin intercambiar ideas, proyectos y experiencias con jóvenes de todo el mundo), que están desarrollando y aplicando biotecnología para resolver desafíos y aprovechar oportunidades en sus comunidades. Algunos de estos jóvenes forman parte de la comunidad Allbiotech, que organizó el primer Foro Latinoamericano de Bioeconomía el pasado noviembre en Costa Rica.
Aunque la bioeconomía todavía no está con nombre propio en la agenda de políticas en la región, la mayoría de los países aún está a tiempo de participar de esta revolución biotecnológica, intensiva en capacidades e inversiones en ciencia y tecnología. Eso sí, solo podrán subirse al tren si empiezan a trabajar con la misma determinación y velocidad que los países líderes.
Y tú, ¿qué desafíos y oportunidades ves para promover la bioeconomía en tu país?
Qué papel juegan los starup en este asunto ya que en Centroamérica esto no ha arrancado como debe ser
Qué tipo de formación académica se debe impulsar para lograr avances en esta línea.
En Nicaragua estamos en una situación problemática ya que nuestro sistema educativo no está en consonancia con la demanda real de talentos no se promueve, cual sería la recomendación a nivel global, gobierno, universidades, empresarios, etc
Gracias
Hola Roger, gracias por tus consultas. En efecto, las startups son esenciales en el proceso de aplicar y convertir conocimiento científico en innovaciones en productos o servicios de base biológica. Son una parte fundamental del ecosistema para la bioeconomía. En cuanto a la formación académica, las innovaciones en el ámbito de la bioeconomía requieren habilidades multidisciplinares como biología, química, genómica, materiales, ciencia de datos o bioinformática. Los gobiernos tienen la misión de crear las condiciones para que la bioeconomía florezca, y eso incluye muchas acciones como asegurar una regulación de previsible, asegurar que las universidades y empresas pueden importar componentes biológicos para I+D, promoción de capital humano avanzado, apoyo a la investigación y desarrollo, y cualquier condición que incentive el desarrollo del mercado (por ejemplo, la compra pública de productos de base biológica).
Estimado Rafael . gracias por compartir tu post. Estoy muy de acuerdo contigo que ALC tiene oportunidades en este nuevo paradigma de desarrollo. Depende de nosotros.
Me alegro que el BID finalmente incorpore la bioeconomía. Ya FAO, CEPAL, OIT, IICA lo entendieron y están trabajando intensamente. Creo que los avances en le tema en ALC son mucho más de los que ponés allí. Por ejemplo Uruguay lanza este año su estrategia de bioeconomía y ha trabajado mucho estos últimos años.
http://www.fao.org/energy/noticias/news-details/es/c/1255465/
Argentina tiene mucho mas que ese convenio que mencionás y Costa Rica ya tiene su estrategia.
Sería de mucha utilidad que el BID se sume a estos esfuerzos
Hola Lucia, muchas gracias por tu comentario y por compartir la nota de prensa de la FAO sobre el caso de Uruguay (mi texto ya destaca el trabajo de Costa Rica :-).
Estamos empezando a entender y trabajar en esta oportunidad con más ímpetu que en el pasado y esperamos sumar esfuerzos con actores clave que llevan más recorrido, como los que tu mencionas.
Es importante el avance de la ciencia en todos los campos de la actividad humana, la digitalización de las actividades humanos nos ayudan a ser mas eficientes en los servicios que se prestan, en el tema educativo es importante los avances en el uso de las TICs en el aprendizajes, pero no se debe perder el norte de impulsar un mayor trabajo en el análisis de las temáticas a nivel de la lectura y escritura en la vida escolar de los estudiantes.
Excelente tema y muy actual; quiero que nos cuestionemos algunos aspectos adicionales:
1. Es bien cierta nuestra riqueza en biodiversidad que tiene nuestra región, esperemos que esta no solo sea la fuente de investigación de las grandes corporaciones farmacéuticas que vengan, saqueen y destruyan todos esta riqueza que tenemos y nos dejen más miseria de la que tenemos. Esto va de cara a los movimientos que propenden por la preservación y el cuidado de nuestros recursos naturales.
2. Cuestiono el respeto que estas mismas corporaciones internacionales tienen por la economía circular, en donde cada día se produce más con el concepto de obsolescencia programada que asegure el consumo permanente de más y nuevos productos y además la participación de unidades selladas en los aparatos eléctricos y electrónicos, vehículos, máquinas etc, que hacen que repararlos y alargarles su vida útil sea un imposible. Aumentando la explotación de nuevos recursos naturales para satisfacer su voraz necesidad de acumular y fortalecer su poder en el mundo.
3. Muy válido la formación de recurso humano especialmente la de doctores especializados; sinembargo de qué nos sirve tener muchos doctores si no tenemos laboratorios especializados que permitan el desarrollo de investigaciones con equipos modernos de última tecnología que faciliten y permitan en tiempos cercanos a la de las grandes corporaciones, participar en la investigación y desarrollo de productos biotecnológicos que no solo sean un buen negocio y hagan crecer a los de siempre, si no tecnología que mejores las condiciones de vida de la cada vez más grande cantidad de sere humanos que viven por debajo del límite de pobreza. Esto nos debe enfocar a fortalecer gobiernos y políticas que apunten hacia estos objetivos.
En este sentido pienso que sería importante en unir esfuerzos tecnológicos y de infraestructura para la investigación científica entre nuestros países latino americanos y conformar fuerzas con mayor capacidad de desarrollo que las que puede realizar un solo país. Los laboratorios tienen precios que solo multinacionales pueden asumir; por esto pienso que esta parte en la inversión debe hacerla los gobiernos o políticas mixtas.
Estimado Eduardo, muchas gracias por tus comentarios y cuestionamientos. Efectivamente, los doctores necesitan recursos e infraestructura para investigar y ahí hay un rol para los gobiernos, a través de instrumentos como la política científica o de innovación. Ese es uno de los temas que estamos investigando e incluyendo en nuestros diálogos con los países.
Una buena noticia es que gracias al cambio tecnológico acelerado que estamos viviendo, hoy en día, disponer de un buen laboratorio en biotecnología es asequible para la mayoría de los países de la región, La sugerencia de unir esfuerzos tecnológicos y de infraestructura científica entre varios países latinoamericanos es muy atractiva, y además, contribuye a la integración regional, pero la experiencia nos demuestra que es un esfuerzo altamente complejo.
Interesante artículo, me gustó el punto en el que menciona sobre darle un valor a los descubrimientos que realizamos y dejar de tenerlos a disposición de de países desarrollados. Esa es una de las claves para que LATAM se desarrolle. Pero la reflexión al final sobre “solo podrán subirse al tren si empiezan a trabajar con la misma determinación y velocidad que los países líderes” de quién depende? en manos de quién recae? gobierno, empresas, ambos?
Estimado Hector, muchas gracias por tu comentario. Uno de los grandes déficits de nuestra región es la escasa inversión en investigar las propiedades de nuestra biodiversidad. Esa investigación es la que puede aportar descubrimientos y conocimiento que se puede trasladar en nuevos productos de alto valor económico y beneficio social. Sobre tu pregunta, las empresas son esenciales en el desarrollo de la bioeconomía pero solo podrán hacerlo si el gobierno crea las condiciones para que puedan desarrollarse y competir. Esperamos escribir sobre todo esto en próximos posts.
Estimado Rafael, disfruté tu artículo y comparto algunas las conclusiones, en especial que tenemos las capacidades tecnológicas y experiencia suficiente. Sin embargo, lo que Latam ha desarrollado poco es la capacidad de gestionar la ciencia como un negocio (valorización). Con financiamiento de BID-Lab al cluster de Ciencias de la Vida de Costa Rica – CRbiomed, desarrollamos una metodología atractiva multi-disciplinaria de entrenamiento para BIOGerentes (www.biogerentes.com). Esto es solo una semilla y para su desarrollo se requiere que todos aportemos nuestro aprendizaje, caso a caso, compartiendo gratuitamente con todos los colegas latinoamericanos para intercambiar experiencias y enriquecernos del aprendizaje conjunto. La modalidad de e-learning también está disponible para grupos. Es la gestión de los negocios de la ciencia los que nos permitiría ser competitivos en la cadena global biotecnológica. Saludos!
Gran texto Rafael, no podría estar más de acuerdo contigo.
Desde nuestra perspectiva, el liderazgo debe venir no sólo del gobierno y la industria, sino de la comunidad científica. Las startup deben ser la punta de lanza del ecosistema como generadoras de valor, innovación y empleos. Es indispensable levantar la voz y hacer un llamado a todos los actores del ecosistema; observar esta crisis como un punto de inflexión para potenciar el desarrollo de la biotecnología en América Latina.
Es un artículo muy interesante, en el que se explica sobre el papel que juega la biotecnología en el desarrollo de un país como en el caso de Alemania, Reino Unido y Estados Unidos estas han implementado políticas y estrategias para impulsar la bioeconomia. Pero si los líderes gubernamentales no toman la iniciativa de implementar una bioecomonia como parte del desarrollo sustancial del país, no se lograran los avances en el campo de la biotecnología, se entiende que se debe educar a la población en este tema y tomar una iniciativa de implementar instrumentos tecnológicos, de esta manera crear las condiciones necesarias para el desarrollo de investigaciones científicas en este campo.
Los avances alcanzados por la biotecnología hoy en día han marcada cada área en la cual se desarrolla la biotecnología, américa latina cuenta con la materia prima para trabajar gracias a la biodiversidad, disfrute mucho el articulo, es bien cierto que debemos cuestionarnos será capaz de ir a la par con la revolución para lograr a competir con las grades potencias. El talento lo tenemos, la materia prima la poseemos,, es decir que podemos llegar a competir pero se requiere de decisión de las grandes empresas, industrias que esten dispuestas a apoyar la iniciativa