El Financial Times informó recientemente de una brusca caída de los préstamos de los bancos de Estados Unidos a los países europeos.[1] Sin embargo, esto se explica mejor como parte de un proceso de desglobalización más amplio. A medida que las autoridades nacionales piden a los bancos que presten a las empresas dentro de sus fronteras y proporcionan liquidez y garantías para que puedan hacerlo, los actores globales están volviéndose menos globales.
El mercado de préstamos sindicados es una importante fuente de financiamiento para las grandes empresas, para los grandes proyectos de infraestructura e incluso para algunos gobiernos en todo el mundo. El total del mercado global de préstamos sindicados fue de aproximadamente US$4,5 billones en 2019. Los bancos prestan en sindicatos para aprovechar la liquidez global, para distribuir el riesgo, cobrar tarifas y gestionar su asignación de capital.
Sin embargo, en los últimos meses, los préstamos sindicados han disminuido significativamente. Al comparar el volumen de los préstamos sindicados concedidos entre enero y abril de 2020 con el período de enero a abril de 2019, la disminución en los préstamos transfronterizos ha sido mucho más pronunciada que dentro de las propias fronteras. Los préstamos sindicados transfronterizos concedidos en los primeros cuatro meses de 2019 equivalían a más de US$728.000 millones, mientras que en el mismo período de 2020 esa cifra llegó a US$615.000 millones, una reducción del 15%. Los préstamos dentro de las propias fronteras disminuyeron en aproximadamente un 7%. El Gráfico 1 compara los préstamos sindicados dentro de las fronteras nacionales con los préstamos sindicados transfronterizos para los dos períodos.
Gráfico 1. Préstamos sindicados internos y transfronterizos
enero a abril 2019 versus enero a abril 2020
Fuente: Cálculos de los autores basados en Refinitiv. Datos disponibles al 24 de abril.
Los préstamos sindicados transfronterizos son una importante fuente de financiamiento para las economías emergentes y en vías de desarrollo. Como se ilustra en el Gráfico 2, la originación de nuevos préstamos sindicados está estrechamente asociada con el flujo real (desembolsos) de los préstamos comerciales a los países en vías de desarrollo. Ambos cayeron bruscamente durante la crisis financiera global, pero luego se recuperaron. Los nuevos préstamos sindicados a los países en vías de desarrollo en 2018 equivalían a aproximadamente US$200.000 millones, pero actualmente están disminuyendo.[2] Además, los países en vías de desarrollo tienen menos capacidad de financiar grandes programas fiscales como respuesta a la crisis del COVID-19 y sus sistemas financieros nacionales tienden a ser más pequeños. Por este motivo, una desglobalización bancaria puede ser particularmente dolorosa para esos países y podría sumarse al retiro de fondos sustancial que se ha producido en los fondos de acciones y bonos que invierten en los mercados emergentes. El Informe Macroeconómico de América Latina y el Caribe de 2020 señaló una salida de los fondos de bonos equivalentes a casi el 4% del PIB para esta región, lo cual supera lo experimentado durante la crisis financiera global.[3]
Gráfico 2. Los préstamos sindicados transfronterizos son un elemento importante del total de flujos brutos de crédito a los países en vías de desarrollo
Fuente: Cálculos de los autores basados en Refinitiv e International Debt Statistics.
Nota: El flujo bruto de créditos son los flujos brutos (desembolsos) de los préstamos a largo plazo no garantizados (PNG) de los bancos comerciales y los préstamos de los bancos comerciales públicos y garantizados públicamente (PPG), de los bancos privados y otras instituciones financieras, de los datos del Banco Mundial. Se incluyen los países de ingresos bajos y medios.
Los grandes shocks en el mercado de préstamos sindicados transfronterizos plantean una seria amenaza puesto que se pueden propagar a través de la red de prestamistas y tener un impacto en la estabilidad del sistema financiero internacional, con la consiguiente reducción de los flujos de crédito a las economías emergentes.
Los modelos de red de la literatura académica sugieren a la vez resiliencia y fragilidad en el sistema financiero global. En un documento de próxima publicación (Conesa, Lotti y Powell, 2020 [4]), encontramos evidencia de ambas. Centrándonos en los préstamos sindicados transfronterizos a los países emergentes y en vías de desarrollo desde 1993, observamos que los shocks se propagan en la red de préstamos transfronterizos a través de las relaciones de cofinanciamiento, impulsadas en su mayor parte por grandes actores que ocupan posiciones centrales en la red -normalmente los grandes bancos globales. Al mismo tiempo, la red es resiliente ante los shocks en los bancos situados en las fronteras de la red y tienen relaciones de coprestamista limitadas. La crisis financiera global provocó cambios en la red (Gráfico 3). Durante 2009 y 2010, la red se redujo, y había menos bancos (nodos, en la terminología de la red) que prestaban y menos conexiones generales entre ellos (conocidos como aristas en la jerga de la red). Sin embargo, para aquellos bancos que no siguieron prestando, la densidad de la red aumentó (donde esta densidad es una medida del número de relaciones de coprestamistas entre los bancos que realmente se mantuvieron como prestamistas). Sin embargo, después de 2010, a medida que más bancos comenzaron a prestar nuevamente, la densidad disminuyó, es decir, la red se volvió menos completa en términos de conexiones posibles entre los bancos. Los principales bancos globales se volvieron menos globales y entraron nuevos actores, como los bancos oficiales chinos. Encontramos resultados consistentes con la idea de que esta reducción en la densidad puede haber aumentado la resiliencia ante un shock promedio, coincidiendo con Acemoglu et al. (2015).
Gráfico 3. Densidad, nodos y bordes en 2008-10 y 2019-20
Fuente: Cálculos de los autores basados en Refinitiv.
Nota: Para fines de comparación, los datos para 2019 y 2020 comprenden los meses entre enero y abril. La densidad mide cuán completa está la red, los nodos son el número de bancos prestamistas y las aristas son las relaciones de coprestamista.
Sin embargo, la crisis del COVID-19 no es un shock ordinario ni promedio. Ya es evidente que está teniendo un impacto considerable. A la luz de la experiencia de la crisis financiera global, la red se está reduciendo. Mientras que entre enero y abril de 2019, 281 instituciones financieras financiaron préstamos sindicados transfronterizos a los países en vías de desarrollo y emergentes por un total de US$79.000 millones, entre enero y abril de 2020 sólo 233 instituciones financiaron US$52.000 millones. En otras palabras, la red de préstamos sindicados transfronteriza a comienzos de 2020 tenía menos actores que concedían menos financiamiento. Y, como en la crisis financiera global, la red que permanece es más completa -los bancos que prestan están entablando más relaciones y buscando una mayor diversificación de los riesgos. En pocas palabras, la densidad ha aumentado. Pero esto también es preocupante dado que, según la teoría y en línea con nuestros resultados, una red más densa puede ser un vehículo para la propagación de shocks grandes. Es decir, si bien parece que los efectos de la crisis aún no han sido plenamente revelados, existe el peligro de que este mercado se reducirá aún más, con impactos más grandes en la disponibilidad de crédito para los países en vías de desarrollo.
El Gráfico 4 ilustra la red de préstamos para los primeros cuatro meses de este año. Cada burbuja representa un banco y el tamaño de cada burbuja guarda proporción con el número de coprestamistas de esa institución. Los colores muestran las nacionalidades de los bancos en cuestión. Los bancos (burbujas) se sitúan unos cerca de otros cuando sindican préstamos juntos. Como es habitual que los bancos de un mismo país formen sindicatos, las burbujas del mismo color tienden a estar más cerca unas de otras. En el centro de la red se encuentran los grandes bancos globales de Estados Unidos, Europa y Japón. Taiwán también es importante en el mercado de préstamos sindicados transfronterizos y algunos bancos chinos se han convertido en actores centrales. Hay algunos clusters que se sitúan bastante lejos de la masa central. Normalmente, se trata de bancos de algunos países emergentes que también participan en los préstamos transfronterizos pero que no coprestan demasiado con los actores centrales.
Gráfico 4. Préstamos sindicados transfronterizos a las economías en vías de desarrollo, visualización de red para enero a abril, 2020
Fuente: Cálculos de los autores basados en Refinitiv.
Conesa, Lotti y Powell (2020) observan que los shocks grandes que tienen un impacto en los actores centrales se propagan a través de la red y materialmente tienen un impacto en los préstamos a los países en vías de desarrollo. Los bancos prestan menos si sus coprestamistas prestan menos. Los bancos que son centrales tienen más coprestamistas, de manera que si sufren un impacto aquello tendrá naturalmente un impacto más grande en el total de préstamos. Desde la perspectiva de un país prestatario, la reducción en el financiamiento está relacionada con la proporción de préstamos recibidos de los bancos que son centrales.
Para identificar cuáles son los países que tienen el mayor riesgo de ser golpeados por la propagación de un shock, analizamos qué parte del volumen prestado a través de préstamos sindicados proviene de esos bancos. Si los actores centrales se centran en los préstamos nacionales y se retiran del mercado de préstamos sindicados transfronterizos, puede haber un mayor “contagio”, lo que reduciría aún más el financiamiento a los países en vías de desarrollo. Definimos los prestamistas centrales como los bancos en la franja superior del 10% según su centralidad en la red.[5] En 2019 hubo 720 préstamos sindicados transfronterizos a 79 economías en vías de desarrollo. En 608 de esos préstamos, hubo al menos un prestamista central, en copréstamos con otros 14 bancos en promedio.
Los países más vulnerables a la reducción del crédito de este mercado son aquellos que obtienen los mayores créditos de estos actores centrales. En 2019, en América Latina y el Caribe, estos incluían a Brasil (73% recibido de prestamistas centrales), Guyana (63% recibido de prestamistas centrales), México (65%) Colombia (52%) y Panamá (51%). En otras partes en el mundo en vías de desarrollo, países como Botsuana, Kazajistán, Kenia, Kuwait, Liberia, Malasia, Filipinas, Omán, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica y Togo recibieron más de 60% del financiamiento de préstamos sindicados de prestamistas que eran centrales en la red. Al igual que en otras crisis, los prestatarios tienden a ser las empresas más grandes, pero si a esas empresas se les niega esa fuente de financiamiento, es probable que aprovechen los mercados de crédito nacionales, lo que potencialmente contraerá la disponibilidad de crédito a las empresas más pequeñas y a los hogares.
[1] Ver “US Banks Pull Back from Lending to European Companies” Financial Times, 24 de abril, 2020.
[2] Esto supone más del 30% de todos los flujos de créditos comerciales brutos a los países en vías de desarrollo según los datos del Banco Mundial.
[3] Ver también Corsetti & Marin (2020) y Davis (2020).
[4] Conesa, M., G. Lotti y A. Powell. 2020. “Resilience and Fragility in Global Banking”. De próxima publicación. BID.
[5] Empleamos la denominada “centralidad de cercanía”, calculada como la inversa de la suma de la longitud de los trayectos más cortos entre el banco y todos los demás bancos en la red.
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