A medida que los efectos del cambio climático se intensifican en todo el mundo, las empresas se ven cada vez más presionadas por las regulaciones gubernamentales, así como por inversores y consumidores, para que adopten prácticas más sostenibles y ecológicas.
Un ejemplo clásico es el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono de la Unión Europea, que entró en fase transitoria en 2023 y entrará plenamente en vigor en 2026. Esto requiere que las industrias afectadas calculen las emisiones de carbono de sus productos y paguen una multa o cambien su proceso de producción para reducir las emisiones si su producto tiene más emisiones que un producto similar fabricado en Europa.
Las repercusiones para las empresas que no cumplan las regulaciones en América Latina y el Caribe podrían ser significativas. Al gravar las importaciones en función de su huella de carbono, el mecanismo encarecerá la venta de sus productos en la UE para aquellas empresas de la región que no cumplan las regulaciones, lo que podría afectar tanto el empleo como el bienestar económico.
Ante la necesidad de ayudar a las empresas de la región, por un lado, a adaptarse a este nuevo régimen y, por el otro, a proteger mejor las economías de la región, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de la mano con FUNDES, una consultora dedicada a promover el desarrollo sostenible en América Latina mediante el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, han desarrollado una Eco-Herramienta.
Poniendo en práctica la Eco-Herramienta
La Eco-Herramienta ayuda a las empresas a desarrollar y controlar indicadores de ecoeficiencia y a producir más bienes y servicios utilizando menos recursos y generando menos contaminación y residuos. En esencia, se trata de una hoja de cálculo que ayuda a las empresas a hacer un seguimiento de su impacto ambiental utilizando indicadores, como el uso de recursos y el número de trabajadores, para medir tanto los costos ambientales como los resultados económicos. Al ayudar a las empresas a registrar datos sobre su consumo y desperdicio de electricidad y agua, la herramienta les permite comprender mejor su huella de carbono y reducirla.
Sin embargo, el cambio de comportamiento no es fácil. Hay que superar numerosas barreras y sesgos de comportamiento para que las empresas adopten la Eco-Herramienta y avancen en la reducción de emisiones. Así, un reciente experimento de campo llevado a cabo por el BID trató de identificar y luego hacer frente a las barreras estructurales y de comportamiento que impiden a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) reducir su huella de carbono, siguiendo la metodología aplicada por el equipo de economía del comportamiento del BID.
Durante 20 semanas, un equipo del BID siguió a 155 mipymes en la industria textil en Colombia y en la industria del plástico en Perú, elegidas por su potencial integración en cadenas de valor regionales o globales y su necesidad de reducir su impacto medioambiental.
Identificación de barreras
La primera fase del experimento consistió en entrevistar a los propietarios y al personal de las empresas con el fin de identificar las principales barreras de comportamiento a la adopción de prácticas más sostenibles. El estudio constató que las principales barreras eran el sesgo de presente, es decir, la tendencia a dar prioridad a las preocupaciones operativas inmediatas sobre las estrategias medioambientales a largo plazo; las normas sociales, o el hecho de que otros miembros del propio grupo no reduzcan su huella de carbono; y las barreras estructurales, como las limitaciones financieras y la falta de acceso a la tecnología adecuada. A continuación, el experimento trató de aplicar intervenciones del comportamiento, incluidos videos con contenidos motivacionales, de conocimientos y específicos sobre la Eco-Herramienta, así como una sesión de tutoría en línea de una hora, junto con una solicitud de compromiso, para superar esas barreras entre un grupo de tratamiento.
El camino hacia empresas más verdes
El experimento demostró que las intervenciones específicas podían marcar una gran diferencia. En comparación con un grupo de control que se limitó a recibir mensajes informativos sobre la Eco-Herramienta a través de mensajes de WhatsApp —sin los videos, el programa de tutoría o la solicitud de compromiso— los grupos de tratamiento tanto en Colombia como en Perú mostraron un uso mucho mayor de la Eco-Herramienta, siendo el programa de tutoría el factor más importante. De hecho, mientras que el 100% de las mipymes del grupo de tratamiento en Perú empleó la Eco-Herramienta para medir y facilitar la adopción de indicadores de ecoeficiencia, ninguna de las empresas del grupo de control lo hizo. Y mientras que el 63% del grupo de tratamiento en Colombia adoptó la Eco-Herramienta, solo un poco más del 8% en el grupo de control la adoptó.
El cambio climático tiene un impacto cada vez mayor en América Latina y el Caribe. Desde el retroceso de los glaciares hasta la subida del nivel del mar y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, la región se ve cada vez más afectada por los cambios del clima mundial, ya que la necesidad de pasar a una economía con bajas emisiones de carbono, la fluctuación de los precios del mercado y los avances tecnológicos la enfrentan en el ámbito económico. Sin embargo, por muy urgentes que sean los desafíos prácticos, el más intangible de superar los sesgos de comportamiento y lograr que las personas y las empresas actúen resulta crucial. Las intervenciones del comportamiento bien diseñadas, como lo revela nuestro experimento, pueden marcar una diferencia fundamental.
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